Universo cuentos

 

 

 

 

Para consultas escribir a:
centroavatares@yahoo.com.ar

Visitanos en:

   seguinos en instagram

 

amores románticos y amores alterados

 

El Final de una Carta

por Emanuel De La Roca

No había oscurecido todavía cuando comencé a terminar la carta que le había escrito. El susurro del viento me hacía pensar en cuánto la extrañaba y en qué cosas quería decirle.

Me había quedado en “me esfuerzo por olvidarte y sin querer te recuerdo”, sabía que no era algo mío, pero no me importa. Porque seguramente nunca leerá lo que le escribí, pero es exactamente lo que siento.

Miré a través del ventanal frío y doloroso el lugar donde corríamos juntos. Aquel bonito y simple beso que nos dimos debajo de la higuera.

Los brazos del árbol que llegan al techo de la casa, me preguntan si alguna vez volverán a ver esos bellos ojos. Pero no podía responderles, porque no lo sabía.

¿Alguien podría decirme a dónde te fuiste? 

¿Qué hago con los recuerdos que vienen a mi mente y no me dejan dormir tranquilo? 

Si fuera fácil borrarlos, los agarraría y los tiraría al fondo del mar.

- ¡Te amo para siempre! 

- Nunca voy a amar a otro hombre como vos. 

- No podría estar lejos de ti, me moriría.

Me lo dijo interminable cantidad de veces, no sabe cuánto duele una mentira.

(Cuan tontos podemos ser cegados por el amor)

Boom, Boom, boom Estalló una bomba dentro de mi corazón cuando se marchó sin decir nada.

Quisiera poder odiarte pero me es imposible porque cuando más te odio, más te amo, al darme cuenta que no te olvidé y el amarte me hace infeliz. Soy casi un muerto en vida.

Se me terminó la tinta de la lapicera y decidí seguir la carta en otro momento. Me senté a escuchar música y me propuse hacer solo eso.

Pero como era sabido, mis ganas de terminar lo que escribí, no me lo permitían.

Pero me negué ese día a continuar, me obligué a dar por terminado ese asunto. Y la guardé debajo del primer cajón de la mesita de luz.

Es que soy realista, pido lo imposible, no va a volver.

Escapándome de ese lugar me fui a recorrer un par de calles, en medio de una cuadra vi a dos personas caminando felices de la mano. Como siempre pasa en los días en que estás triste, pero seguí mi camino y no me detuve a pensar.

Confieso que me burlé de ellos porque no creo que dure mucho.

Ja, pronto se les va a borrar la sonrisa  de su rostro

El amor no es para toda la vida.

Convencido en la vanidad de mi mente seguí enfurecido el camino de regreso a casa. La calle estaba tan oscura como mi alma completamente vacía.

De repente la luz de sus ojos irrumpió mi destino, era simplemente el reflejo de lo que soñé toda mi vida. Intenté seguirla pero la perdí.

Me había quedado quieto mirándola sin hacer nada y cuando doblé en la esquina, ella ya no estaba.

Igualmente nunca se hubiera fijado en alguien como yo, y tampoco valía la pena insistir, ¿para qué? Solo sufrimos cuando amamos.

Ya en mi cuarto me saqué las zapatillas y me acosté mirando hacia el techo pidiendo “que se termine mi día Señor” y así fue, pude dormirme y también soñar ¿a qué nos saben que fue lo que soñé?

Sí. Exactamente, con el recuerdo de lo feliz que había sido con ella.

Así que eso dispuso como sería el resto de mi molesto día.

Desayuné, y me fui a trabajar.

Allí en el laburo siempre hay dos millones de cosas para hacer, pero no tenía ganas de hacer nada. Consultaba a mi reloj a cada rato la hora para poder irme. Alguien vio en mi quizás, la tristeza y me invitó a tomar un café, pero no quise “estoy Cansado”, repliqué, me voy a casa.

Pero aunque en el fondo de mi corazón no quería ir aquel lugar, donde me estaba esperando el final de la carta, decidí seguir mi camino.

Llegué a dónde había dicho, empezó a llover, me fui a dormir, parecía no poder cerrar los ojos. Solo le pedí a Dios una oportunidad.

Intenté prender la radio

Shiuuuuuu, shiuuuuu, shiuuuuuuu, shiuuuuuuuuuu era lo único que se escuchaba. En un momento se sintonizó en un dial que no conocía, la radio me habló y dijo: “hoy voy a mostrarte que es el verdadero amor, sí existe, porque en este día….

Shiuu, shiuu, shiuu, shiuuu se cortó la sintonía y no la recuperé más. Molesto por la situación Salí de mi casa y en medio del camino me topé con dos ancianos, ellos iban de la mano y parecían muy enamorados, yo me caí al suelo al tropezar, pero pude ver en ellos algo que nunca vi.

Me levanté rápidamente y decidí seguirlos, ellos ni imaginaban que yo iba detrás.

Escuchaba lo que hablaban, las historias que contaban, todo lo que vivieron juntos. El hombre se digirió con su mujer hasta la playa.

Se sentaron en la arena, mirando la luna. Él señaló el agua y le dijo que su amor era tan grande como la inmensidad del mar y que hoy no se iría de su lado, hasta ver el amanecer juntos.

Era lo único que a lo largo de su vida les faltó hacer.

Ella estaba tan enamorada, lo apreciaba en sus ojos, no necesitaba nada más. Solo atinó a abrazarlo y esperar el nuevo día a su lado.

No podía creer lo que veía, ¿acaso sí existe el amor para toda la vida?

Miré con mucha más atención y vi en el rostro de ella, algo que me pareció haber visto antes (cuando estaba en la calle y apareció aquella chica).

Quise saber quién era él, pues nunca vi su cara.

Amanecieron juntos en la playa. Se besaron y lentamente emprendieron el regreso a casa. Me escondí entre los médanos y observé detenidamente.  Sus pasos al andar eran similar a los míos, sus brazos ejercían un movimiento conocido, su cuerpo golpeado por el tiempo se mantenía fuerte.

Me esforcé aún más para verlo y lo vi a sus ojos, quedé estupefacto. Sin poder creer. Yo era Él y él era yo.

A pesar de su edad pude Reconocerlo, a ella también, pero no lo entendía, por qué ¿Qué estaba haciendo ahí, viéndome a mí mismo?

Lo último que escuché de ellos fue su nombre y su nombre era el mío.

Cuando logré salir entre los médanos, intenté alcanzarlos pero ya no estaban. Grité pero nadie me escuchó.

Todo oscureció, y me encontraba de vuelta en la calle donde me caí, pereciera que todo había sido un sueño pero mi mente no dejaba de pensar en ello. No quiero perder lo que viví. Entonces corrí a mi casa, abrí la mesita de luz, saqué la carta y la terminé.

Comprendí que esa historia debía terminar y lo último que escribí fue,“gracias por haberme mostrado lo que no es el amor” y permitirme vivir algo que nunca imaginé. Espero que seas muy feliz.

Por fin llegué a un final, así como estaba la tiré al tacho de la basura. Motivado por la situación tomé las llaves de mi casa, abrí la puerta.

Salí en busca de mi amor verdadero y para toda la vida.

El final de una carta

 

volver Amores Románticos y Amores Alterados

 

marta rosa mutti

perfil Marta Rosa Mutti

Avatares - Centro de narrativa y poesia

cursos y seminarios - apasionarte

libros - Marta Rosa Mutti

Asterion letrario

vuelo de papel

novedades Avatares

textos y contextos - Avatares letras

serviletras

contacto-avatares

 

avatAres apuntes literarios y algo más - Anuario de letras - Publicación de Avatares letras, Escuela de escritura - Comunicate: 011 15 40752370 - centroavatares@yahoo.com.ar