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amores románticos y amores alterados

 

Pájaros de humo

por Marta Rosa Mutti

Nací en un asentamiento a orillas del Riachuelo. Mi niñez transcurrió en medio de la nada, entre calles llenas de basura, con desagües de aguas cloacales y extraños olores mezclados de grasa, comidas recalentadas y frutas podridas. Encerré las filosofías de la vida en mi piel. Tatuajes en tinta azul, violeta, rojo. Víboras, halcones, calaveras y puños crispados. Todavía busco el significado de esto para mí. Tal vez por eso la encontré.

Pajaros de Humo - Marta Rosa Mutti
Ilustración: Jorge Soto

La conocí en el centro de salud, cuando la vi perdí conexión con todo. Me sentí como una serpiente que abandona su antigua piel después de retorcerse entre piedras. Di un par de vueltas, busqué un lugar y esperé que cumpla con sus horas de trabajo y me presenté. Los ojos de ella cuando la miré como si nos conociéramos me dijeron que sí.

La invité a caminar por la orilla del río, en algún lugar de la Costanera Sur. No sabía su nombre. Alicia, dijo fundiendo el celeste de sus ojos en la negra oscuridad de los míos. La tarde recién se abría. Tomé su mano y la llevé en silencio hasta que le empecé a contar de casas con techos de cielo porque por algún lado tenía que empezar.

–¿Cielo raso?, –preguntó. –¡No!, –dije y señalé hacia arriba. Empezó a reír y a mover la cabeza de un lado al otro.

–¿Qué sucede?, –interrogué. Hasta recién creía que la había impresionado.

Ella hizo un esfuerzo para contener la risa y me dijo que era de un lugar donde hay conejos, liebres, sombrereros y tazas que hablan y cantan hasta que uno se muere de risa.

–Ah bueno, –¿quién sorprende a quién? –le dije y pensé que estaba un poco loca.

–Busquemos al conejo, y al hoyo pequeño, –propuso y como si fuera poco agregó: –Antes tomemos la llave que duerme en la mesa, ¿te parece alta?

–No te preocupes, de un salto la alcanzamos, –contesté, no podía quedarme fuera del juego. De reojo me miré en el reflejo de un charco de agua y vi que me había vuelto del alto de un lápiz. No podía pensar, justo se levantó una corriente de aire.

–Podemos aprovecharla. Vamos, no mires para atrás. No hace falta llevar nada. Los pájaros de humo existen si roban atardeceres y eso es lo que vamos a hacer.

–Eso es imposible.

–No en este lugar

–No podemos esperar, la tarde se escapa y se lleva los colores – me explica angustiada. –El conejo me enseñó que cuando el violeta y el azul y el rojo se mezclan no hay cosas imposibles. Todo es más fácil.

Esos son también mis colores, –dije y supe que podía cambiar de piel y de historia si me animaba a ser un pájaro de humo aunque creo que sin ella, nunca hubiera ocurrido.

–Corramos, –aventuré, –la noche no tiene que sorprendernos, el humo se pierde con la oscuridad.

–No te preocupes, eso no va a pasar, podemos detenerlo si lo invitamos a tomar té, café…

–Digo en ese sitio, ¿gaseosa, cerveza, piña colada, seguro que no?, porque eso es lo que toman en las tardes de mi villa, pero claro si toma cerveza se duerme y la noche gana la mano es mejor darle algo más liviano.

–Así es, entonces juntaré un poco de rocío eso le caerá muy bien. Nosotros tomaremos té afuera debajo de sus colores, hasta que se haga la hora de llevarlo junto a los otros y mañana, mañana vendremos por más.

–¿Qué té? No veo nada como para servir té…

–¿Cómo que no lo ves? Ahora mismo tenemos las tazas en la mano y lo acabamos de tomar. Mejor no hables que los conejos y sombrereros van a pensar que somos como los otros.

–¿Qué otros?

–Los que no saben encontrar puertas. Por hoy hicimos bastante. Vamos a mirar el río, la luna está alta, el agua ahora no es marrón sino plata. Es hora de volver.

La acompaño y nos despedimos frente a su casa.

Camino muchas calles hasta llegar al Riachuelo. No tengo casa. Me refugio debajo de un puente, o algunos nylons, o en alguna estación de trenes sin trenes. Cierro los ojos y los colores me abrigan, me acompañan. Ella creo, me recuerda un libro que me contaron o tuve alguna vez.

sí quizás ella exista detrás de alguna puerta.

Extraña Oscuridad

 

 

Pájaros de humo Pájaros de humo, del libro: Extraña Oscuridad, Marta Rosa Mutti, edición 2015

 

 

 

 

 

 

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