Universo cuentos

 

 

 

 

Para consultas escribir a:
centroavatares@yahoo.com.ar

Visitanos en:

   seguinos en instagram

 

Realismos

 

Espetacular

por Ana Zamulko

Pasada medianoche, entramos a Campo de Mayo por Puerta Cuatro y ya falta poco para llegar al camino de Buen Aire.

-¿Qué pasa?

-Se cortó el cable del embrague.

Paciencia. Llamás al servicio de remolque.

¿Villa de Mayo? No, no, Campo de Mayo. ¿Cómo que dónde queda Campo de Mayo? Te estoy diciendo, entre Puerta Cuatro y camino del Buen Aire. ¡Qué sé yo qué barrio es! No es un barrio, es Campo de Mayo, ¿nunca oíste hablar de Campo de Mayo, los milicos, las pibas chupadas pariendo en el hospital? Bueno, ahora sí, es por ahí,  mandame la grúa.

-¿Cuánto? ¿dos horas? Y bueno…

-¡Qué bien que te encontré! ¿Es tu coche? Decime los datos: espetacular.

-¿Esperaste mucho, no?¿Una hora nada más? ¡Espetacular!

Cuando me pasaron los datos me creí que era Villa de Mayo, menos mal, Campo de Mayo.

-¿Qué tal, todo tranqui? ¿No vinieron los milicos a ver por qué te quedaste?: espetacular.

-Señora, ¿se quiere subir a la camioneta?

- No, está todo bien, hace unos cuantos años nos hubieran bajado a tiros sin preguntarnos nada.

Este pibe la debe saber de oídas. Cada vez que cruzamos Campo de Mayo para ir a ver a la cría, o cuando lo bordeo desde el tren, me pregunto. ¿Cuántos estarán enterrados acá? Ellos lo saben. Un milico  dijo en un reportaje: no deshonraríamos la tierra de Campo de Mayo enterrando guerrilleros. No se.

El pibe sube el auto con el malacate a la rampa del auxilio, concluye la operación y de nuevo: espetacular.

Subimos los tres a la cabina. Jetona como siempre digo: qué bárbaro, para este chico todo es espectacular.

Silencio breve pero pesado. Este muchacho debe tener alrededor de treinta, barba apenas crecida, negra igual que el pelo, estatura normal. No le pregunto cómo se llama. Capaz que Ariel.

Qué horario hacés, pregunto. De las cinco y media de la tarde a la cinco y media de la mañana.

Pero acá tengo almohada (tono de no es tan malo como parece) me duermo un rato cuando no hay muchos llamados, me entretengo con facebook.

Me pregunto si la vida, la vida en general, la vida de todos, es un blíster de Valium. O una nube de porro del tamaño de un hongo atómico. Pero no, porque hay tantas vidas como tipos atornillados a este planeta, y todos tenemos algún pedacito de sueño guardado en un rincón muy adentro, y lo miramos con distintos sentimientos de vez en cuando, en una noche de insomnio, soplando las velas de cumpleaños, maldiciendo y abrazando.

-¿Y hasta qué hora dormís cuando volvés a tu casa? Y, hasta las cuatro, cuatro y media…

Me siento muy mal, muy afortunada, mi vida es una joda, sacando lo mental, claro. Porque la cabeza a mil todo el día es otro asunto. A mil porque pasan los recuerdos más insólitos mientras pico perejil y ajo. Preguntas de porqué no dije no aquella vez que… también me demoro mirando los brotes y las monteritas por la ventana de la cocina y por ahí lloro porque esa maravilla no me alcanza para que aclare.

A las cinco voy a buscar los pibes al colegio y después retomo el servicio.

Me imagino que los pibes desde que se levantan hasta que se van al cole tienen en sus cabezas la imagen de la enfermera hospitalaria con la cofia y el dedo sobre los labios. Capaz que nunca la vieron pero la madre sí, y cada tanto les debe tirar el no griten que papá duerme.

A veces, entre un servicio y otro tengo una horita o un poco más y me digo: paso por casa. Para qué si están todos durmiendo. Entro despacio, Sabrina se acuesta y deja todo tirado, los platos en la pileta, los juguetes de los pibes por el suelo, la mesa con migas. La miro dormir, es linda Sabrina con ese pelo negro todo revuelto. Duerme un poco encogida, abrazada a la almohada. ¿Qué sueña? En ese mundo no  puedo entrar, ahí es donde me digo que no se quién es Sabrina. Ella tal vez piensa  lo mismo cuando me ve dormir a mí. A lo mejor solamente le revienta que yo duerma cuando ella está levantada y tiene que vigilar el silencio todo el tiempo como si fuera un animal agazapado que los pibes o el timbre o la cacerola que se cae al piso pueden desbaratar. Entonces me vuelvo  a la camioneta y me siento a esperar. Mi casa me expulsa o me parece a mí, me tira adentro de la noche. La noche se agranda, se estira como una mancha de grasa. Un arbolito de navidad  pero chato, con todas las luces desparramadas.

Espetacular, Ana Zamulko

¿Y cuándo tenés franco? pregunto.

- A veces me toca entre semana.

Me levanto a la tarde y espero los pibes en la puerta de la escuela, ellos se dan cuenta porque debo tener otra cara, cara de franco me digo, me saludan con más onda, es lindo porque volvemos charlando.  Sabrina a veces, tiene prendidos unos brillitos por todo el cuerpo. No siempre, para mí que el aburrimiento de la semana no se le pasa así nomás. Cuando engancha ya estoy subido de nuevo a la camioneta. Igual está bueno comer juntos, miramos la tele. Esos programas donde la gente hace cualquiera para ganarse unos mangos nos hacen matar de risa. A veces me pasa como un aire triste por adentro, por ellos digo, yo ni loco me animo. Pero bueno, es así. Cuando alguno pasa todas las pruebas y le dan el premio es espetacular, todo risas, abrazos, cargadas también se nota que hay, los conductores se hacen los amigotes pero mucho no te la crees.

También tengo franco un sábado y domingo al mes, eso es espetacular Ariel sonríe con la mirada atenta al poco tránsito y los muchos cráteres de la ruta 8, se anima la voz cuando responde a mis preguntas.

¿Y qué hacen los fines de semana del franco?

Los sábados son sagrados, con los muchachos alquilamos la canchita de fútbol 5, después nos tomamos una birras, nos trenzamos porque unos son hinchas de Chaca y otros somos de Almagro. En la tabla algunos están espetacular pero otros la lloran mal. Pero no pasa de unas cuantas cargadas. A la noche con Sabrina y los chicos nos vamos a comer unas pizzas, a veces nos juntamos con mis cuñados en alguna parrillita.

Los domingos almorzamos con mis viejos. Mi vieja se queja de que nos ve poco. Sabrina con los chicos no va sola, no se llevan mal pero es la suegra, va más de la madre.

Ya estamos llegando. Lindo barrio. Hay un auto estacionado en la puerta de casa.  Ariel comienza las maniobras para bajar el auto de la plancha del remolque. Cada movimiento reitera el espetacular.

Ariel se ofrece: esperá que saco el camión y empujamos el auto más adelante.

Saludo: muchas gracias, muy amable, buenas noches y suerte ¿eh?

Señora: ¡porqué no se va un poco a la mierda con tantos cuestionamientos!, mi vida es mi vida, hago lo que puedo, la voy remando entre luces y sombras, y usted, ¿usted qué hace con su vida, en este lindo barrio, en esta linda casita? ¿No tiene rutinas? ¿Nunca vuelve o entra en su casita y lo que encuentra no es lo que esperaba? ¿Todas las jugadas le salieron bien, acertó todos los bingos?

Me quedo con la boca abierta, lo miro. ¿Qué te pasa? Si no te dije nada, de dónde sacás toda esta bronca, después de todo pienso lo que me da la gana che.

¿Qué, sos vidente acaso?

-Sí. Le dejo mi tarjeta

 ARIEL ALEGRE  tarot *  videncia * cartas astrales

.....................................................................................

 

Ana   Zamulko - 12-06-14

 

volver a Realismos

 

marta rosa mutti

perfil Marta Rosa Mutti

Avatares - Centro de narrativa y poesia

cursos y seminarios - apasionarte

libros - Marta Rosa Mutti

Asterion letrario

vuelo de papel

novedades Avatares

textos y contextos - Avatares letras

serviletras

contacto-avatares

 

avatAres apuntes literarios y algo más - Anuario de letras - Publicación de Avatares letras, Escuela de escritura - Comunicate: 011 15 40752370 - centroavatares@yahoo.com.ar