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Alguna vez Juarroz

 

Silvia Santilli

 

“Alguna vez dije que la poesía es el arte de lo imposible, de lo indecible. Durante la década del cincuenta y del sesenta publicamos una revista llamada - lo cual he sentido como una pequeña definición - Poesía = Poesía. Porque la poesía es igual nada más que a sí misma, y no hay cosa alguna con que compararla, explicarla, descifrarla. No digo que no existan cosas grandes en mundo aparte de ella, manifiesto que para algunos es autónoma y que se juega allí - en el sentido profundo del verbo jugar - la expresión del hombre en sus últimos límites, en sus últimas posibilidades, y en su mayor intensidad de vida. Entonces no tiene explicación ni lingüística ni filológica. La explicación de un poema es solamente el mismo poema”. Roberto Juarroz.
Nacido en Coronel Dorrego, Argentina, en 1925, fallece en Temperley en 1995. Poeta y ensayista; durante treinta años ejerció la docencia como profesor titular de la Universidad de Buenos Aires. Dirigió de 1958 a 1965 la revista Poesía=Poesía. Su obra traducida a varios idiomas se reúne toda bajo el título de Poesía vertical. Catorce libros con reconocimiento universal. Premiado en 1984 en Buenos Aires por la Fundación Argentina para la poesía y en 1992 recibe en Francia, el Premio Jean Marie. Ese mismo año le fue otorgado el Premio de la Bienal Internacional de Poesía de Lieja, Bélgica.
Roberto Juarroz pone de manifiesto en sus textos un desafío a las normas y la ruptura de lo previsible, para ir en busca de la palabra que surge por debajo del gesto, para poder descubrir la realidad y descubrirse en ella. Él mismo expresa: El poeta no tiene otra alternativa que inventar o crear otros mundos. La poesía crea realidad, no ficción.
Para Juarroz el sentido de su poesía vertical reside en el conocimiento de los grandes poetas, que es la gran escuela para perfeccionar la escritura y la visión del lenguaje.Y lo que propone para acercarnos de modo concreto al logro de un buen poema es: leer, pero leer con detenimiento saber detenerse en cada línea, en cada giro, en cada imagen, en cada elemento, en cada silencio de los grandes poetas.
El poeta sostiene que la verticalidad en la construcción de un texto representa la idea de atravesar, romper, ir más allá de la dimensión aplanada, estereotipada, convencional de cualquier intencionalidad de la palabra, y buscar lo otro.

 

Poesía Vertical I, (25)

El cielo también tiene arrugas
y no para servir a un pensamiento.
El cielo tiene arrugas
para apartar un poco de sombra
y protegerla
y descansar.
Cuando todo se alisa,
quedan las arrugas del cielo
para sostener la fe del universo.
Y hasta el cielo mismo
se refugia a veces todo en sus arrugas
para poder creer.

Poesía Vertical II, (52)

Si alguien,
cayendo de sí mismo en sí mismo,
manotea para sostenerse de sí
y encuentra entre él y él
una puerta que lleva a otra parte,
feliz de él y de él,
pues ha encontrado su borrador más antiguo,
la primera copia.

 

 

Fue amigo de un maestro del aforismo, Antonio Porchia, con quien compartió el hábito y ejercicio de la filosofía en esa búsqueda infinita de la significación del ser. Lo que se destaca en su particular concepción del tono poético y que excede a lo que se relaciona estrictamente con el sentimiento porque aborda un perfil al menos nunca reconocido en toda su magnitud: la inteligencia y la razón. Seguramente resabios de su formación filosófica.
Su poesía es precisa, casi escueta en el uso de los recursos de estilo y metáforas, pero sin dudas deja bien claro los límites que tiene el conocimiento humano. Algo de esto lo podemos reconocer en estos versos…

Y ya en la zona del más puro menos
colocar todavía un signo menos
y empezar hacia atrás a unir de nuevo
la primera palabra,
a unir su forma de contacto oscuro,
su forma anterior a sus letras,
la vértebra inicial del verbo oblicuo
donde se funda el tiempo transparente
del firme aprendizaje de la nada.
(de Menos que el circo ajado de tus sueños)

 

 

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