Descubriendo a Mario Delgado Aparaín
Escuchar y ver cuál es su mensaje
Manuel Mujica Láinez y su fundación de Bs. As.
Visitanos en:
Manuel Mujica Láinez y su fundación de Buenos Aires
Patricia Moltedo
Buenos Aires, fue fundada muchas veces, y se sigue fundando, por cada uno de nosotros. Históricamente, la primera fundación fue hecha por el Adelantado Don Pedro de Mendoza, en el año 1536, se dice que buscando oro y plata, teniendo una mala relación con los indígenas, pasando por hambrunas, que llevó a practicar la antropofagia.
La Segunda Fundación fue por Juan de Garay, en 1580.
Y hubieron otras fundaciones: Las de la pluma y la palabra, llevada a cabo por varios e ilustres. Es de rigor nombrar a Jorge Luis Borges, quien lo hizo con su mitología de Arrabal, el cuchillero, el guapo. Hombres que caminaron calles de tierra y empedrado.
Borges descubre el puerto en Buenos Aires. Otro puerto, que es el mismo puerto con Emma Zunz y su sacrificio en pro de su dignidad...
Y Manuel Mujica Láinez, abriendo cajas chinas sobre una belleza que emula quién sabe qué la descubrió invocando misterios. Marcando acordes estrictos desde su más primigenia etapa, donde la hambruna definió la angustia fraternal y la humedad mural de su estructura. Revela en los cuentos precisamente de Misteriosa Buenos Aires, desde sus personajes y escenarios toda nuestra estampa de brillos, bajezas y opacidades.
Tomando de su saga, en su misteriosa fundación, algunos años claves, cabe observar algunas impresiones que, tal vez, actúen como disparadores, a saber, en:
1580: Cuento La fundadora, entre tanta fundación, una fundadora, Ana. Entre tantos hombres –son más de setenta– sólo hay una mujer: Ana Díaz. Las otras bajarán del caserío poco más tarde, cuando la ciudad haya sido fundada de nuevo y comiencen a perfilarse las huertas y a levantarse las tapias. Un mes y estarán allí. Hasta entonces Ana Díaz será la única mujer.
1605: El libro; o la ignorancia, el desamor, el amor, el contrabando y ¡El Quijote! Todo en el mismo testimonio.
1679, El imaginero, la blasfemia, el judaísmo, los portugueses, los negros, el mestizaje, el falso testimonio, el prejuicio. Todo encerrado en un relato colorido y lleno de imágenes que se hacen reales, en nuestro imaginero... de nuevo fundamos.
1825, El ángel y el payador: El bien y el mal, el hombre y el pecado, cantándole al señor, y los barcos, siempre los barcos...
1904, El salón dorado. La gloria perdida... ¿Premonición? O ¿será alguna extraña maldición, a la que estemos condenados a repetir en virtud a nuestra forma de ser?
Sigamos fundando Buenos Aires, descubramos historias, cuentos y formas, con nuestros lápices y nuestras computadoras.
avatAres apuntes literarios y algo más - Anuario de letras - Publicación de Avatares letras, Escuela de escritura - Te: (+54) 011-47685174 - centroavatares@yahoo.com.ar