Celebración
Por Hilda Ester Trezza *
cababa de llegar. La casona se parecía a un cuidado jardín de cuentos, sereno y acogedor, un amplio camino de césped y árboles cerraban el paisaje. De pronto vi bajar un grupo juvenil y numeroso por las escaleras principales de la casa. Algunas se dirigían hacia la cafetería unos doscientos metros hacia la izquierda, mientras otras seguían en dirección al lugar de ceremonias.
Una joven alta y morena se me acercó.
-Soy Susana, guía de las jóvenes, me comunicaron que llegarías. ¿Cómo estás?
-¡Nerviosa y ansiosa por conocer el lugar…ah, mi nombre es Juana!, - respondí.
Susana asintió y por unos instantes permanecimos en silencio. -El templo de ceremonias para la purificación es en el invernadero de la casa, -explicó Susana. Himnos, licor sagrado, meditación y un sermón están a cargo de Carlos, aclaró.
-Quisiera ir a mi dormitorio -pedí. Y al llegar, una vez sola, me dejé llevar por un llanto salvaje como si quisiera expulsar de golpe todo aquel antiguo dolor arraigado en mis entrañas.
No podía impedir que mi mente dolorida y confusa retrocediera vertiginosamente hacia la infancia con el desorden de un film mudo. Mamá paseando por la galería con su sonrisa que calmaba todas las angustias, Charli, mi hermano en su gracioso pijama infantil y Ramón, mi padre, cercano y distante, el más justo, el más sabio, el más temido, el que todas las noches cuando terminaba de trabajar se asomaba a mi cuarto, entonces yo solo esperaba con terror sus cuidadosos pasos... y todo comenzaba.
-¡Juana, estás lista! -detrás de la puerta la voz de Susana, hizo que saliera de aquella oscuridad. Lavé con agua fría mi cara, acomodé mi vestido y salí.
-Estás pálida. Sé cómo te sientes -acotó -nosotras ya hemos transitado el camino que estás atravesando al igual que estas jóvenes novicias, no te preocupes, llevará un tiempo pero te adaptarás.
Asentí sin pronunciar palabra.
-Bajemos -pidió -las novicias están entrando, -dijo y mirándome a los ojos con voz segura susurró -trataremos de cambiarte el destino mostrándote la salida, pero tendrás que hacer penitencia para alcanzar la purificación.
Observé las largas túnicas blancas, me imaginé con ellas cubriendo mi cuerpo, mis pensamientos, llevándose el ruido de aquellos pasos y supe que todo había terminado.
...
* Hilda Ester Trezza. Docente. Artista plástica. Escritora. Como Plástica en el Taller Paleta de Colores, dicto clases y seminarios de capacitaciones aplicando técnicas varias. Participé en la noche de los Museos con una de mis obras realizada en tiza pastel. Publicación de trabajos en revistas de Arte y Manualidades. Escritora: concurrí a los cursos anuales de la Escuela de Escritores de la licenciada Marta Mutti. Participé en varios libros en la Feria del Libro presentados en Editorial Dunken por la licenciada Marta Mutti, en algunos de ellos fui autora del diseño de tapa. Diserté como artista plástica sobre diseño de tapa en presentación de libro realizada en la Sala Leopoldo Lugones.
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