Universo cuentos

 

 

 

 

Para consultas escribir a:
centroavatares@yahoo.com.ar

Visitanos en:

   seguinos en instagram

 

Realismos

Una historia de pueblo

por Marcelo Chavanne

Justiniano Orcos Ramírez se había exilado a una localidad costera, vecina a Mar del Plata en la que pedían oficial pastelero y se presentaría a la convocatoria.
Justi o el cordobés - así lo reconocen en la comarca-, había enviudado muy joven y cargaba en su mochila a 5 hijos el mayor de 12 años y los restantes en una escalera que finalizaba con una pequeña que se llamaba Milagros y que tenía tan solo 3 años.

Es así, que consiguió su primer trabajo en una panadería de la zona -bastante reconocida- por la calidad de su pan, pero también porque Pancita -así le decían a su dueña- levantaba quiniela para el mayor capitalista de la región, además de ser el diario Crónica del lugar.
Largas madrugadas fueron testigos del esfuerzo de este cordobés que remaba diariamente para mantener a su numerosa familia. Se había propuesto crecer para ayudar a sus hijos a desarrollarse en la vida.
A los pocos meses de ese primer trabajo en el año 1994 logró independizarse y alquilar un pequeño local en donde diariamente amasaba pan y facturas para los habitantes del vecindario. Claro, la diferencia con todos los demás era que a las 5 de la mañana ya estaba atendiendo y despachaba pan y factura para los madrugadores, como era mi caso.
Mes a mes fue generando simpatías y reconocimientos por su esforzada labor y empezó a monopolizar la venta de pan sobre las panaderías del lugar, que todas las temporadas se abrían y se cerraban por falta de mercado. Inclusive la panadería de Pancita había sido superada ampliamente por quien había sido su empleado, el maestro panadero.
Justi remaba y remaba atendiendo a los viajeros que llegaban a la madrugada y no tenían donde tomar un café con una medialuna en las heladas madrugadas de Santa Clara del Mar. Siempre pensando en brindar un servicio a la gente de la que nadie se ocupaba y quedaba expuesta en una delegación del partido, cuyo centro operativo estaba en la localidad de Coronel Vidal, a unos 60 Km del lugar.
Fue pasando el tiempo y un día apareció la oportunidad en un local que se alquilaba precisamente enfrente de su pequeño local para abrir un bar, restaurante, panadería que no existía en el pueblo y que permaneciera abierto hasta muy tarde y abriera muy temprano. Muchas veces concurrí al local y lo encontré durmiendo en el piso, extenuado por el esfuerzo que había hecho la noche anterior y por amasar el pan para iniciar una nueva jornada. El local funcionaba a las mil maravillas y sus hijos colaboraban en ese desafío del que serían los mayores beneficiarios porque todos pudieron adquirir sus casas y sus autos, producto de la renta del local. Es verdad que había descubierto una veta que en Santa Clara hacía falta, porque nadie había generado un negocio que siempre estuviera abierto y que se dedicara a servir desayunos, almuerzos, cenas con comidas preparadas o pizzas de muy buena calidad.
Justi, bancaba a cuanto delirante se encontraba en el camino subsidiándolo con comidas, cafés y lo que sea para ayudarlo a comer cuando la mano venía brava.
Su restó bar se llama “el Viejo contrabandista” haciendo honor a la primera hostería que se había abierto en los principios del barrio allá por 1948 regenteado por una pareja francesa conocida como Monsieur y Madame Baruch. Brigitte la mujer, que era mucho más joven que él (que se presentaba como un conde de algún lugar europeo) había dejado la concesión de la hostería para inaugurar un Café and Tie en la rotonda a pocos metros del bar de Justiniano conocido como L´Hirondelle.
Justi fue creciendo y creciendo hasta lograr un reconocimiento de la comunidad que lo llevó a postularse como Intendente del lugar. Se equivocó en el planteo al elegir al postulante para presidente en las elecciones del 2003. Volvió a intentarlo en el 2007 pero sus propuestas eran demasiado simples para una clase política que solo piensa en cómo beneficiarse y no brindar un servicio a la comunidad como él lo había hecho, a lo largo de toda su permanencia en la comarca.
Justi trabajaba para hacerse fuerte políticamente, pero la vida lo estaba esperando para un nuevo desafío. Un virus lo atacó severamente y lo llevó a perder la mitad de su peso que casi lo lleva a la muerte.
Diariamente la gente preguntaba por este cordobés que había ganado el cariño de los vecinos y se preocupaba por la evolución de su enfermedad que prácticamente lo tenía postrado y sin posibilidades de desplazamiento.
Pero pasado el tiempo empezaron a correr buenas noticias sobre su mejoría y poco a poco comenzó a hacerse presente en el local para retomar el control de su negocio.
Fue llamativa su recuperación. Lentamente se lo vio progresando y haciéndose cargo de sus responsabilidades que las había dejado en cabeza de sus hijos durante el tránsito de su dolencia, que nunca se supo cuál había sido su origen. También la facturación había mejorado sustancialmente toda vez que el alma del negocio era él. Claro, con todos estos acontecimientos había descuidado su actividad comercial pero también su actividad política.
Solo alternaba su trabajo saliendo a perseguir perdices y liebres con una escopeta muy venida a menos con su inseparable ladero Rigoberto Cifuentes un entrerriano que a los 50 años vivía de la explotación de una taberna en donde se servía desde chimpancé salvajes, gorriones al vino tinto, cadáveres de liebres siamesas, milanesas de tatú, a nutrias desecadas que nadie podía reconocer. Pero así era la cuestión, vos te sentabas en el boliche de Rigoberto (el chino para los muchachos) y él te iba sirviendo hasta reventar, todo tipo de animales salvajes que a la gente le gustaba por la originalidad de la propuesta. Todo iba más que bien en lo que a recuperación sanitaria y comercial se refiere, pero cuando terminaba la temporada del 2013 una epidemia de regulares proporciones se hizo presente en la región y obligó a todos los comerciantes a cerrar sus negocios y obligarse a una cuarentena rigurosa para sobrellevar la enfermedad. Era un virus electrizante -por su contagiosidad- que le producía a la gente que se infectaba, el olvido de sus necesidades más básicas. Una especie de Alzheimer precoz que obligaba a los infectados a ser acompañados por alguien porque se olvidaban hasta de comer. Claro, imagínense el cuadro en Santa Clara que había 2.000 habitantes y más de la mitad ya había contraído el virus y que los pocos sanos ya no daban abasto para atender a la mayoría que no comía y a veces no bebía agua y poco a poco se irían muriendo, si no se encontraba un tratamiento urgente, cosa que no aparecía.
Entonces como una muestra de su inventiva y sagacidad que lo había caracterizado se puso a hacer sticker con la leyenda… “no te olvides de comer te lo dice el cordobés” … o “no te olvides de beber si me querés volver a ver” que los pegaban en todas las casas desde la heladera hasta el baño y así se fueron sanando los infectados y fueron poco a poco recuperando la normalidad.
Pasado unos meses cuando se aproximaban las elecciones del 2015 el cordobés se volvió a presentar a las elecciones con la premisa de que él era el gestor de la idea de los sticker, pero ahora decían “no te olvides de votar al que te supo salvar” o “si vas a votar muy temprano no se olvide de su hermano”.
Esa era toda su propuesta, tampoco no podía ser otra, porque sus condiciones económicas para hacer una campaña no eran muy sólidas luego de la epidemia, pero, intentó lograr el triunfo a base de su simpatía y cordialidad.
Llego el día de las elecciones, las encuestas lo daban como un seguro ganador y los políticos de carrera estaban indignados por la precariedad de la propuesta y la aceptación por parte del pueblo. Cuando se habían computado el 70 % de los votos su máximo contrincante se presentó ante los micrófonos y lo declaró ganador indiscutible. La diferencia era tan amplia que era prácticamente indescontable y así lo fueron explicando todos sus contrincantes.
Asumió el 10 de diciembre de 2015 y su gabinete estaba conformado por personas del pueblo que no eran políticos “profesionales” como él los catalogaba en forma irónica.
Su compañero de fórmula era Rigoberto Cifuentes -que había cerrado su taberna para ocuparse de la campaña política- y se ocuparía del manejo del Consejo Deliberante, su jefe de gabinete seria Asdrúbal León Escalante que había dejado el reparto de diarios en bicicleta  para entrenarse en su futuro cargo (era común encontrarlo con las obras de Borges debajo del brazo o con algún libro de economía), su ministra de salud   Azucena Londra Etchenique (Pancita para los amigos) que había sido su primera empleadora a la llegada del cordobés a Santa Clara, su secretario de seguridad sería Delfor Leoncio de las Carreras el explotador del quiosco de diarios (el jefe de Asdrúbal) que semanalmente le allanaban el quiosco porque era una sucursal del juego clandestino que en la región manejaba “Pancita”, el secretario de obras públicas el mismo Nemecio San Julián que era el concesionario del único hotel alojamiento del pueblo que solo estaba abierto al público de 3 a 5 de la mañana, para evitar ser detectados por los vecinos y generar comentarios, su secretario de finanzas era Claudio Cortezzi un antiguo reducidor de autos muy reconocido en la sociedad por haber sido su padre unos de los primeros constructores de Santa Clara, y su vocero Daniel Ridruejo Oncativa que también era muy popular por patrocinar un asado todos los sábados de enero y febrero con visitantes de la temporada, en donde se hacían todo tipo de chanzas que trascendían demasiado pero, que había sido el ambiente en donde se había gestado la campaña.
Así se sumaron otros componentes de la región -que se radicaron en el pueblo con anterioridad para poder ser elegidos- como concejales para apoyarlo políticamente con sus decisiones.
Fue tan grande el fracaso de su gestión que de a poco se empezaron a conocer otros sticker que rezaban “si te quedaste sin comer no te olvides de correr” o “no te dejes convencer porque vamos a volver” ...
No duraron mucho en su gestión porque a 6 meses de iniciada, una mañana de junio atracaron en la puerta de la Intendencia tres celulares de la Policía de la Provincia de Buenos Aires para levantar al Intendente y a todo su gabinete por supuestas irregularidades administrativas ordenadas por un juez federal de Mar del Plata.
Uno a uno fue zafando, pero no para volver a sus puestos porque habían sido desplazados de sus cargos sin poder ejercer la función pública por 50 años, pero con la excepción de los tres funcionarios más corruptos Asdrúbal Escrapante, Rigoberto Cifuentes que habían intentado con Pancita intervenir el casino clandestino del pueblo para uso particular de ellos y de alguno de sus amigos.
El cordobés volvió a su querido restaurante bar pizzería -del que nunca debió salir-y los demás se pro fugaron por varias temporadas después de la única aventura política que habían tenido.

Y así terminó la historia de un laburante que supo tener la loca fantasía de ser amante del trabajo.  
Terminaba estas páginas y pasé por el local del Cordobés y me encontré con un cartel que rezaba: 
“Nunca más volveré a intentar porque aprendí a pensar…” Justiniano Orcoz Ramírez.

 

...........................

 

Marcelo Chavanne
Marcelo Chavanne es un empresario argentino nacido en Buenos Aires, Capital federal, más precisamente en el barrio de Villa Devoto.
Cuarto hijo de una familia de 7 hermanos, cursó la escuela primaria en el colegio Cardenal Copello y la secundaria también en un colegio católico Claret.
Comenzó sus estudios de derecho en la Universidad de Buenos Aires, pero los abandonó muy temprano para dedicarse al difícil arte de la venta, sobre todo conformando grupos de conducción de personal.
Consiguió resultados exorbitantes en esa disciplina llegando a facturar millones de dólares con el arte de la palabra.
Se casó y tuvo dos hijas que hoy conforman su grupo familiar junto a 4 nietos.
Ya en el atardecer de su vida y por obra de la pandemia, se dedicó a escribir primero una autobiografía narrada que tituló.” De Devoto a Recoleta y continuó con la saga de cuentos, “La seducción de la Intriga” en donde se perciben sus inocultables experiencias y la intensidad de su vida.
Su pluma más allá de su calidad, describe a un personaje  que ha hecho del humor, un medio de vida para sortear sus innumerables aventuras.

 

 

volver a Realismos

 

marta rosa mutti

perfil Marta Rosa Mutti

Avatares - Centro de narrativa y poesia

cursos y seminarios - apasionarte

libros - Marta Rosa Mutti

Asterion letrario

vuelo de papel

novedades Avatares

textos y contextos - Avatares letras

serviletras

contacto-avatares

 

avatAres apuntes literarios y algo más - Anuario de letras - Publicación de Avatares letras, Escuela de escritura - Comunicate: 011 15 40752370 - centroavatares@yahoo.com.ar