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Mi barrio
El barrio se demora en el silencio de los días feriados.
Algún sonido descuidado a lo lejos le pone cuerpo.
Callan los pájaros como anunciando tempestades.
Un vecino pasea su perro.
Otro cumple el ritual del diario bajo el brazo.
La muchacha que manda sus críos a pedir algo para comer
provoca ladridos nerviosos puerta a puerta.
El silencio roto se restablece.
El sol del invierno lo acaricia.
Silencio helado en la madrugada.
El miedo duerme inquieto en el adentro
de persianas tenaces.
Suave bruma desciende enamorando el aliento
del laburante que remonta la calle en su bici cachuza.
El estruendo del botellazo sobre el asfalto
Se funde con la puteada de los pibes bolicheros
que se adueñan del silencio
y lo pisotean ninguneándolo en su sordera de alcohol.
Tu silencio responde mis preguntas.
Mi silencio se guarda las respuestas.
Silencio en la casa poblada de voces escondidas
en fotos, cajones, recortes de diarios,
cartas amarilladas de tiempo sin olvido.
Cobardía
Después de los encuentros furtivos
los besos arrebatados,
y las caricias osadas recién nacidas,
ella le confesó audazmente
que él ya era su todo
que ya lo quería.
Pero él, después de tantos años
sin recibir al amor en su guarida,
fue cobarde y tuvo miedo
de emprender aquella nueva travesía.
Entonces junto coraje del que no tenía,
y desvainó su espada fría.
Asesinando sin piedad,
las ganas terribles que tenía
de hacerla parte de su vida.
Poema 6
Hay algo de afortunados en nuestro destino.....
en nuestro encuentro.....
sorprendidos
volvemos a mencionarlo
también coincidencias
que creemos descubrir a cada paso,
como descubrimos nuestra sombra
al caminar por una calle soleada.
Y todo es fácil y grato y tierno y nuestro...
hasta que estalla en encuentro,
y se vuelve grave, absoluto,
eterno de urgencias y deseo lleno.
Entonces las bocas buscan fundirse en una,
en un volver constante,
tu lengua que reconoce cada milímetro de mis labios,
en un camino dulce y desesperado
luego me miras por dentro,
te miro,
acerco nuevamente mi boca a la tuya y
te muerdo despacio
saboreo tu saliva de frutas que es la mía
y por un instante,
solo somos bocas besándonos.
Sanación
Un café sin hacer. Un crucigrama sin resolver. Una luz sin apagar. Una cerveza sin beber. Una canción sin cantar. Un nombre que no se pronuncia. Un viaje que no se hace. Un amanecer que no se ve. Una noche que no se conoce.
Un cigarrillo que se termina. Una estrella que dice la verdad. Un arcoíris que asoma. Un desayuno compartido. Una travesura que nos hace reír. Un viaje al País de las Maravillas. Una nueva canción.
Alejandra Castro - Santa Teresita, Partido de la Costa
No dejes que el humo ajeno
empañe el aura de tus ojos,
ni que la sangre de una herida
inunde tu presente o tu futuro…
ni que la duda de lo oscuro
haga tambalear tu fe.
Desentiéndete de la espada,
de alguna boca enmarañada
que deja tu ira al viento
sin que la puedas controlar.
No dejes que el mundoenvuelto
en agónico pasto seco,
cuelgue a tu alma confusa
para llevarte a morir con él.
Que tu andar sea completo
que tus ojos brillen sin peso
y tus pies elijan caminar.
No contamines tus manos
solo mira desde lo alto
por dónde quieres caminar.
Julio Dal Favero - Santa Teresita, Partido de la Costa
El Paraíso
La vida nos pone a prueba,
la vida juega con nuestros corazones,
la vida nos tumba,
la vida nos da revancha.
La vida me cambió las estaciones,
me hizo ver el invierno en otoño,
me hizo ver la primavera en verano,
y me hace madurar este amor en invierno.
Nuestro amor marcará las estaciones.
Será una permanente primavera,
el sendero donde surcará nuestra vida,
un eterno y ardiente verano será la caldera
eterna de nuestro amor.
El otoño de nuestras vidas,
marcará el plateado tono de nuestras sienes.
Y solo el frío invierno de la muerte,
conseguirá enfriar el eterno amor que te prometo.
Marita Régolo - Santa Teresita, Partido de la Costa
I
Sin el motor de la esperanza
los sueños se suicidarían
antes de conocer mi voz.
II
Alcanzar tu mirada
es darle paz a mi alma
y reconocerme en este camino que transitamos de a dos.
III
Muerdo tu recuerdo
Y revivo el sabor de tu olvido.
La búsqueda
Llegaba desde las sombras. La niebla lo desgarraba, Temblaba como tiemblan las lágrimas en los ojos. Sus manos se hundían en los bolsillos.
Sus pensamientos divagaban en la búsqueda de un tiempo indefinido.
Fatalidad
Viene despacio. Hasta el nombre de las cosas olvidó. Viene en puntas de pie como las estrellas. Pero no sabe acomodarse en el firmamento. Trae una botella de ron en cada mano,
Una mano muerta lo quiere abrazar. Muerta como ese reloj cuyas agujas no marchan. La vida que lleva es un naufragio. Sobreviviente del naufragio. Tiemblan las orillas de mi esqueleto. Las orillas de su vida en herrumbre tiemblan. Es nadie con una botella en cada mano. Una vez fue un feto que nadie esperaba. Una mentira azul, una azul mentira de teléfono descolgado.
Cristales empañados
Tarde de llovizna gris. Humedad en el cielo y en la tierra. Si hasta parece no existir el fuego.
Un silencio mórbido flota en las veredas. Lentifica los pasos y los acobarda
Para distraer horizontes, se opacan los vidrios
Y la memoria trae dibujos frente al sauce lejano y desganado.
Dibujos trazados con los dedos. Una infancia reprochada que se empecina en sueños secretos.
Es cierto que ensuciaba los cristales. Pero quitarle el brillo que pulías, me dejaba construir mi propia vida.
Tarde de llovizna gris, mamá.
Ya no tengo tus ventanas para mis espejismos.
Entonces me resigno a andar estas baldosas olvidadas. Rotas sin piedad y sin protesta.
Deshechas por el tiempo.
¿Qué sé?
La infancia se desliza y vuelve en espiralados y anticuados faroles que se pierden en el cielo, mientras la bocina del auto suena y suena entre pequeñas risas.
La misma yo, y otra, que se miran y se desconocen,
yo sé, ¿qué sé?
Transmutación
Escucho al generoso sabio maestro
que habita en mi interior.
En el creo:
reflejo de mí misma
que es infinito absoluto.
y que convierte la vida
en ligazón de tierra y cielo,
de infierno a paraíso.
Sin límites llama a la existencia,
¡Aquí! ¡Ahora!...
Y es el cuerpo, un santuario
y el espíritu su altar.
Mientras toda la belleza
que de la carne emana
se vuelve, con cada arruga,
más humana.
Mil veces tocada por el fuego
y arrastrada por turbias aguas
ese todo: cuerpo-espíritu
será un pájaro volando,
aleteando eternidad.
Momentos
Por qué a veces el Todo, se vislumbra fugitivo entre luces y sombras rápidas.
Entre sueños, añoranzas y despertares.
Tu silueta celeste se mece en el incesante movimiento de las olas del mar y el arrebato del tono lila de los tulipanes, se cruzaron en el atardecer, para hacerme recordar que:
Primavera es la esperanza, verano la alegría, invierno la tristeza, otoño la melancolía.
Es cuando lleno mi espíritu, de sonrisas de niños.
Ingenuidad de preguntas, respuestas sencillas… Pureza de aire, se respira, cuando estoy con mis nietos, metida en su mundo de fantasías y alegrías.
Ella y Felicita
Ella se diferencia de Felicita en que no gusta de bailar Tango, odia la Cumbia y al potro Rodrigo. Ella se dice artista censurada, cuando en realidad nunca fue artista. Se cree perfecta buscando su perfecto mundo, pero nunca pudo saber cómo era ese espacio. Nunca se dejó querer, ella es la que más se amó. Cuando decía que te amaba te daba y quitaba todo, tampoco se supo a cuantos amó y que todo les dio. Andaba buscando caminos intransitados pero solo hallaba huellas de soledad. Ella confundía a todos con su desamor de primavera. Ella era así...Única e inolvidable.
La Nada
Vuelca la luna plateados rayos, reflejando en las ondas del río los tenebrosos despojos de un castillo. Silencio, otros tiempos donde hubo bullicio y alegría. Recuerdos entre niebla del pasado surge la triste memoria mía, borrada ya por el paso de los años, de la que formo parte y es fiel copia de mi alma. Fuerzas ocultas, silencios, luces, músicas sombrías. Hechos en sucesión jamás turbados, tierra donde todo nace y todo muere, historia de amor que forma parte del mundo de los sueños. Recuerdos perdidos, angustias, desengaños quedan ocultos en las ruinas de los años.
Gótico castillo donde piedras musgosas por el tiempo son testigo fiel del paso de los siglos. Esta noche, sola, el alma llena de infinitas amarguras y agonías. Separada de ti por el tiempo y la distancia donde nuestra voz no nos alcanza.
Por la senda hacia el castillo yo camino, sentí frío, era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte, era el frío de la nada…
Sin matices
Comenzó como travesura de niños. No mediste como sería el final. Los otros lo hacían, porque te habrías de diferenciar. Te advirtieron, no estaba en tus planes escuchar. Te hundías y no nos dejaste ayudar. Los fuegos de artificio estallaban en tu mente. De enfrentar la realidad, ni hablar. Entro y salgo cuando quiero era tu frase habitual. Jugaste. Perdiste. Te perdimos. Polvos blancos. Abismos negros.
Mujer
Asombras al asombro en la lluvia, en la risa y en el llanto que revela el aroma de la piel cuando se nace. Esa piel que es refugio en el abrazo y es el fin de la búsqueda y es el comienzo. ¿Sabes que el sol ronda a la luna porque es madre y es deseo? ¿Porque es confianza y desatino?
A tu palabra todo le vale y ¿quién de tu boca no espera consuelo?
Y tus ojos… donde cuelgas los sentimientos, como esas ropas en la cuerda que cabalgan el viento.
¿Qué eres? ¿Quién eres? ¿Un pájaro que emprende vuelo en medio del invierno como si fuera primavera y deja el árbol en pleno verano para no llorar su desnudez?
¿Qué nombre darte si tienes todos los nombres? ¿Cómo reclamarte si solo te prestas? Si no perteneces, aunque jures que sí.
Me pierdo en tus misterios. Cierro los ojos y me atrevo a tus puertas. Sé que quedará una sin abrir y esa será la que acabará conmigo.
Mañana aprenderé que solo podemos marchar juntos un tiempo, que luego me dejarás y hasta parecerá que yo soy el que te abandona.
Mañana, dejaré de pensarte.
Ahora, me rindo, hagamos el amor.
Soneto 22
Paradigma de amor jamás lisiado
escuela de mi inútil soledad.
Pasajera que yaces a mi lado
libra al viento tu sorda gravedad.
Eres la excusa de un rumor perlado,
de un fuego harto de tanta frialdad,
eres la cuna de un fulgor ansiado
que embiste con su cruel fragilidad.
Dame el silencio que rompe cristales,
dámelo pronto que mi voz se apaga,
que en este recinto de ecos feudales
se hace sentir el peso de la daga.
Oh, pasajera que fundes metales
déjame ser, en esta noche aciaga.
En la playa
Una tonta historia de amor, de las que se imaginan pero nunca se ven. Eran de mundos diferentes, de cielos diferentes. Se conocieron en vacaciones, cuando todo parece perfecto. Cuando el aire huele a flores y la tierra brilla de alegría. Embriagados de encantamientos, mareados de suspiros. Se entregaron de lleno a las pasiones contenidas. Aunque nada es tan fácil ni tan perfecto.
A él lo buscan para ajustar un par de cuentas, negocios sucios, peligrosos. Jamás se preocupó hasta el presente por sus amigos indeseables.
En la playa, a media noche, se encontraban vulnerables. Descubiertos y atrapados no pudieron escapar.
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