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   El Altillo
 

Periodismo Cultural:

Julio Cortazar


Por Graciela Busto

Del Buzón de Genio Julio Cortázar…los dejo en compañía de unos de sus textos imperdibles...

El sentimiento de lo fantástico Por Julio Cortázar

Yo he sido siempre y primordialmente considerado como un prosista. La poesía es un poco mi juego secreto, la guardo casi enteramente para mí y me conmueve que esta noche dos personas diferentes hayan aludido a lo que yo he podido hacer en el campo de la poesía. (...) he pensado que me gustaría hablarles concretamente de literatura, de una forma de literatura: el cuento fantástico.
Yo he escrito una cantidad probablemente excesiva de cuentos, de los cuales la inmensa mayoría son cuentos de tipo fantástico. El problema, como siempre, está en saber qué es lo fantástico. Es inútil ir al diccionario, yo no me molestaría en hacerlo, habrá una definición, que será aparentemente impecable, pero una vez que la hayamos leído los elementos imponderables de lo fantástico, tanto en la literatura como en la realidad, se escaparán de esa definición.
Ya no sé quién dijo, una vez, hablando de la posible definición de la poesía, que la poesía es eso que se queda afuera, cuando hemos terminado de definir la poesía , creo que esa misma definición podría aplicarse a lo fantástico, de modo que, en vez de buscar una definición preceptiva de lo que es lo fantástico, en la literatura o fuera de ella, yo pienso que es mejor que cada uno de ustedes, como lo hago yo mismo, consulte su propio mundo interior, sus propias vivencias y se plantee personalmente el problema de esas situaciones, de esas irrupciones, de esas llamadas coincidencias en que de golpe, nuestra inteligencia y nuestra sensibilidad, tiene la impresión de que las leyes, a que obedecemos habitualmente, no se cumplen del todo o se están cumpliendo de una manera parcial, o están dando su lugar a una excepción.
Ese sentimiento de lo fantástico como me gusta llamarle, porque creo que es sobre todo un sentimiento e incluso un poco visceral, ese sentimiento me acompaña a mí desde el comienzo de mi vida, desde muy pequeño, antes, mucho antes de comenzar a escribir, me negué a aceptar la realidad tal como pretendían imponérmela y explicármela mis padres y mis maestros. Yo vi siempre el mundo de una manera distinta, sentí siempre, que entre dos cosas que parecen perfectamente delimitadas y separadas, hay intersticios por los cuales, para mí al menos, pasaba, se colaba, un elemento, que no podía explicarse con leyes, que no podía explicarse con lógica, que no podía explicarse con la inteligencia razonante.
Ese sentimiento, que creo se refleja en la mayoría de mis cuentos, podríamos calificarlo de extrañamiento; en cualquier momento les puede suceder a ustedes, les habrá sucedido, a mí me sucede todo el tiempo, en cualquier momento que podemos calificar de prosaico, en la cama, en el ómnibus, bajo la ducha, hablando, caminando o leyendo, hay como pequeños paréntesis en esa realidad y es por ahí, donde una sensibilidad preparada a ese tipo de experiencias siente la presencia de algo diferente, siente, en otras palabras, lo que podemos llamar lo fantástico. Eso no es ninguna cosa excepcional, para gente dotada de sensibilidad para lo fantástico, ese sentimiento, ese extrañamiento, está ahí, a cada paso, vuelvo a decirlo, en cualquier momento y consiste sobre todo en el hecho de que las pautas de la lógica, de la causalidad del tiempo, del espacio, todo lo que nuestra inteligencia acepta desde Aristóteles como inamovible, seguro y tranquilizado se ve bruscamente sacudido, como conmovido, por una especie de, de viento interior, que los desplaza y que los hace cambiar.
Un gran poeta francés de comienzos de este siglo, Alfred Jarry, el autor de tantas novelas y poemas muy hermosos, dijo una vez, que lo que a él le interesaba verdaderamente no eran las leyes, sino las excepciones de las leyes; cuando había una excepción, para él había una realidad misteriosa y fantástica que valía la pena explorar, y toda su obra, toda su poesía, todo su trabajo interior, estuvo siempre encaminado a buscar, no las tres cosas legisladas por la lógica aristotélica, sino las excepciones por las cuales podía pasar, podía colarse lo misterioso, lo fantástico, y todo eso no crean ustedes que tiene nada de sobrenatural, de mágico, o de esotérico; insisto en que por el contrario, ese sentimiento es tan natural para algunas personas, en este caso pienso en mí mismo o pienso en Jarry a quien acabo de citar, y pienso en general en todos los poetas; ese sentimiento de estar inmerso en un misterio continuo, del cual el mundo que estamos viviendo en este instante es solamente una parte, ese sentimiento no tiene nada de sobrenatural, ni nada de extraordinario, precisamente cuando se lo acepta como lo he hecho yo, con humildad, con naturalidad, es entonces cuando se lo capta, se lo recibe multiplicadamente cada vez con más fuerza; yo diría, aunque esto pueda escandalizar a espíritus positivos o positivistas, yo diría que disciplinas como la ciencia o como la filosofía están en los umbrales de la explicación de la realidad, pero no han explicado toda la realidad, a medida que se avanza en el campo filosófico o en el científico, los misterios se van multiplicando, en nuestra vida interior es exactamente lo mismo.

julio Cortazar


Si quieren un ejemplo para salir un poco de este terreno un tanto abstracto, piensen solamente en eso que utilizamos continuamente y que es nuestra memoria. Cualquier tratado de psicología nos va a dar una definición de la memoria, nos va a dar las leyes de la memoria, nos va a dar los mecanismos de funcionamiento de la memoria. Y bien, yo sostengo que la memoria es uno de esos umbrales frente a los cuales se detiene la ciencia, porque no puede explicar su misterio esencial, esa memoria que nos define como hombres, porque sin ella seríamos como plantas o piedras; en primer lugar, no sé si alguna vez se les ocurrió pensarlo, pero esa memoria es doble; tenemos dos memorias, una que es activa, de la cual podemos servirnos en cualquier circunstancia práctica y otra que es una memoria pasiva, que hace lo que le da la gana: sobre la cual no tenemos ningún control.
Jorge Luis Borges escribió un cuento que se llama “Funes el memorioso”, es un cuento fantástico, en el sentido de que el personaje Funes, a diferencia de todos nosotros, es un hombre que posee una memoria que no ha olvidado nada, y cada vez que Funes ha mirado un árbol a lo largo de su vida, su memoria ha guardado el recuerdo de cada una de las hojas de ese árbol, de cada una de las irizaciones de las gotas de agua en el mar, la acumulación de todas las sensaciones y de todas las experiencias de la vida están presentes en la memoria de ese hombre. Curiosamente en nuestro caso es posible, es posible que todos nosotros seamos como Funes, pero esa acumulación en la memoria de todas nuestras experiencias pertenecen a la memoria pasiva, y esa memoria solamente nos entrega lo que ella quiere.
Para completar el ejemplo si cualquiera de ustedes piensa en el número de teléfono de su casa, su memoria activa le da ese número, nadie lo ha olvidado, pero si en este momento, a los que de ustedes les guste la música de cámara, les pregunto cómo es el tema del andante del cuarteto 427 de Mozart, es evidente que, a menos de ser un músico profesional, ninguno de ustedes ni yo podemos silbar ese tema y sin embargo, si nos gusta la música y conocemos la obra de Mozart, bastará que alguien ponga el disco con ese cuarteto y apenas surja el tema nuestra memoria lo continuará. Comprenderemos en ese instante que lo conocíamos, conocemos ese tema porque lo hemos escuchado muchas veces, pero activamente, positivamente, no podemos extraerlo de ese fondo, donde quizá como Funes, tenemos guardado todo lo que hemos visto, oído, vivido.
Lo fantástico y lo misterioso no son solamente las grandes imaginaciones del cine, de la literatura, los cuentos y las novelas. Está presente en nosotros mismos, en eso que es nuestra psiquis y que ni la ciencia, ni la filosofía consiguen explicar más que de una manera primaria y rudimentaria.
Ahora bien, si de ahí, ya en una forma un poco más concreta nos pasamos a la literatura, yo creo que ustedes están en general de acuerdo que el cuento, como género literario, es un poco la casa, la habitación de lo fantástico. Hay novelas con elementos fantásticos, pero son siempre un tanto subsidiarios, el cuento en cambio, como un fenómeno bastante inexplicable, en todo caso para mí, le ofrece una casa a lo fantástico; lo fantástico encuentra la posibilidad de instalarse en un cuento y eso quedó demostrado para siempre en la obra de un hombre que es el creador del cuento moderno y que se llamó Edgar Allan Poe. A partir del día en que Poe escribió la serie genial de su cuento fantástico, esa casa de lo fantástico, que es el cuento, se multiplicó en las literaturas de todo el mundo y además sucedió una cosa muy curiosa y es que América Latina, que no parecía particularmente preparada para el cuento fantástico, ha resultado ser una de las zonas culturales del planeta, donde el cuento fantástico ha alcanzado sus exponentes, algunos de sus exponentes más altos. Piensen, los que se preocupan en especial de literatura, piensen en el panorama de un país como Francia, Italia o España, el cuento fantástico no existe o existe muy poco y no interesa, ni a autores, ni a lectores; mientras que, en América Latina, sobre todo en algunos países del cono sur: en el Uruguay , en la Argentina... ha habido esa presencia de lo fantástico que los escritores han traducido a través del cuento. Cómo es posible que en un plazo de treinta años el Uruguay y la Argentina hayan dado tres de los mayores cuentistas de literatura fantástica de la literatura moderna. Estoy naturalmente citando a Horacio Quiroga, a Jorge Luis Borges y al uruguayo Felisberto Hernández, todavía injustamente, mucho menos conocido.
En la literatura lo fantástico encuentra su vehículo y su casa natural en el cuento y entonces, a mí personalmente no me sorprende, que habiendo vivido siempre con la sensación de que entre lo fantástico y lo real no había límites precisos, cuando empecé a escribir cuentos ellos fueran de una manera casi natural, yo diría casi fatal, cuentos fantásticos.

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el altillo periodismo cultural


Por Dolores Fernández

La Poesía en el Rock Nacional

La palabra poesía proviene del término latino poesis que a su vez deriva de un concepto griego. Se trata de la manifestación de la belleza o del sentimiento estético a través de la palabra ya sea en verso o en prosa. De todas formas, su uso más usual se refiere a los poemas y composiciones en verso, aunque es difícil establecer el origen de la poesía, se han hallado inscripciones jeroglíficas del año 2600 A.C las que se consideran las primeras manifestaciones poéticas. En la antigüedad, la poesía tuvo un carácter ritual y comunitario en especial en pueblos como los sumerios, asirios, babilónicos y judíos.
La poesía nos acompaña desde entonces. Pero si vamos a presenciar un concierto de Rock o escuchamos grabaciones de diferentes Bandas, no siempre, prestamos atención a la letra de cada tema Nos atrapan los sonidos de los instrumentos. Guitarras eléctricas. Bajos, teclados y la batería marcando emociones. Algunas bandas han agregado instrumentos de viento. Si logramos despegarnos de la música escucharemos enredadas en las notas bellas rimas. Retazos de sueños. Rebeldías.
¿Quién puede resistirse a Catalina Bahía?
Catalina tenía la rutina del eterno crepúsculo en la piel…Me soplaba la letra con su aliento y nos iba surgiendo esta canción. Labio sobre labio sobre labio y la península mía. Beso contra beso contra beso y tu bahía...
Por supuesto que recordamos Muchacha Ojos de Papel quien no asocia esta letra con algún recuerdo personal.
...Muchacha pequeños pies, no corras más quedaté hasta el alba /Sueña un sueño despacito, entre mis manos/ hasta que por la ventana suba el sol. Muchacha piel de rayón no corras más tu tiempo es hoy...
Pueden decirme que son excepciones, les aseguro que son innumerables los ejemplos. ¿Que pueden decirme de los temas que interpreta La Renga? No se apresuren, los duros del Rock tan bien derrochan poesía, como ejemplo, Una Triste Canción de Amor.
Ella existió solo en un sueño/ y él es el poema que el poeta nunca escribió /Y en la eternidad los dos / unieron sus almas para darles vida / a esta triste canción de amor. Él es como el mar /y ella como la luna/ y en las noches de luna llena hacen el amor/y en la eternidad los dos/unieron sus almas para darle vida / a esta triste canción/...
Los ejemplos abundan, la poesía nos acompaña en miles de recitales. Está viva y palpita en cada nota.

*Catalina Bahía-Pedro y Pablo.
*Muchacha Ojos de Papel- Spinetta.
*Una Triste Canción de Amor-La Renga.
*Revista Interforum.

La poesía en el Rock Nacional

 

Señales de la mitología - I -
La Creación según los Tehuelches

La creación, era un ser que siempre existió, su nombre Arrok.
En el principio estaba rodeado por tinieblas .Envuelto en la soledad comenzó a llorar, lloró durante mucho tiempo. De las lágrimas que brotaban de sus ojos se formó el mar primitivo que se llamó Kooch, cuando notó que el agua aumentaba, dejó de llorar y dio un profundo suspiro, que originó el viento que borró las penumbras y dio paso a la claridad y entonces en el lejano horizonte apareció el día y la noche Creados los tres elementos. El Viento, la Luz y las Nubes, Kooch, hizo brotar del mar una isla muy grande, donde creó la vida perecedera, aves, animales, insectos y peces. El sol enviaba luz y calor, las nubes la lluvia.
Transcurría pacíficamente la vida en la isla, hasta que llegaron los gigantes, seres monstruosos y perversos. Elal nació en la isla. Su padre el gigante Noshtex y su madre Teo (Nube).
Fue el Cisne, quien trajo a Eleal siendo muy pequeño, lo depositó en la cumbre del Cerro Chalten, donde durante tres días y tres noches protegidos por las aves contempló la nueva tierra. Desde allí Elal, trasladó, a la Patagonia a los animales, que fueron sus amigos.
Elal, heroico y protector fue el personaje central de la mítica Tehuelche, más que un dios, fue un maestro. Fue el creador de los Chonek (Tehuelche) reveló a los hombres el secreto del fuego, inventó el arco y la flecha, les enseñó el arte de la caza y como seres creados a su semejanza, les inculcó principios de moral y conducta.
Finalmente, el ciclo terminó con el alejamiento del héroe, que cumplida su misión, dejó lugar al hombre, sobre la tierra.
Es en esa misteriosa isla donde Elal aguarda a los Chonek muertos, que llegan guiados por Wendeunk, un espíritu tutelar que lleva las cuentas de las acciones de todo Tehuelche.

Fuente: Portal Patagónico

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Por María Leone

De jóvenes y no tanto

Los tiempos en que llega, cuando llega, el éxito para los escritores ¿tendrá relación con tipo de cultura en la que están inmersos? En Occidente, cuna de los adoradores de la belleza y la juventud eterna, están destacándose autores muy jóvenes. En nuestro país, solo por nombrar a dos, tenemos a Florencia Abbate y Patricia Suárez. F. Abbate, nació en Buenos aires en 1976. Es escritora, periodista y Licenciada en Letras, su obra es posmodernista y ella suele definir sus trabajos como de “realismo delirante”. Con éxito ha publicado El grito, Puntos de fuga, Los transparente y Magic Resort, entre otros. Patricia Suárez, nació en Rosario, en 1969, además de escritora y periodista, cursó estudios de Psicología y Antropología. Muchas de sus obras han sido premiadas, entre ellas, Perdida en el momento, recibió el premio Clarín de Novela, Año 2003. Además escribe literatura infantil, teatro, ensayos, y en los años 2005 y 2006, fue autora de dos comedias para adolescentes, distribuidas vía SMS, convirtiéndose en la primera escritora latinoamericana de novelas para celulares. Si giramos la mirada y nos vamos a, Oriente, en donde veneran la sabiduría de los ancianos, se está dando el fenómeno de que una señora de casi cien años, Toyo Shibata, con su antología poética No te frustres demasiado, se convierta en un éxito al vender más de un millón y medio de ejemplares. Esta sorprendente abuela, practicó danzas clásicas japonesas hasta los noventa y dos años, es decir el arte no le era ajeno. Como su físico ya no le permitía bailar, en lugar de quedarse a esperar mansamente el final, decidió transformar su energía creativa en poesía. En sus poemas nos dice “pese a los noventa y ocho, aún me enamoro. Tengo sueños, uno es montar sobre una nube” o “ todo el mundo es igualmente libre para soñar” Vive sola, en los suburbios de Tokio, generalmente escribe por las noches. Cuando le preguntan sobre qué la inspira, dice: “Pienso en varias cosas, recuerdos de mi pasado y mi familia, mi vida actual. Me sumerjo en esos recuerdos y escribo de ellos”. Dice sentirse “...una flor florecida de un árbol de un siglo de antigüedad”... y que su tema pendiente es “ ...ahora tengo un recuerdo que llevar al más allá y presumir allí ante mi marido y mi madre…” Vaya tarea se ha encomendado. Toyo Shibata, se espera que llegado el momento, cumpla con este sueño íntimo. El reconocimiento público, ya lo tiene.

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Pomona - Mitologia de Roma

Señales de la mitología – II -
De Roma, Pomona

La mitología romana narra las historias de los dioses relacionándolos entre ellos, con los hombres y con la naturaleza. Los romanos consideraban a sus dioses como protectores y los dividían en dos clases: Los que estaban encargados de velar por el Estado y los que protegían a la Familia. Entre estos últimos estaba Pomona, diosa de la fruta y de los árboles frutales, el olivo, la vid, los jardines y huertos. Sus atributos eran la manzana, el cuchillo de podar, la hoz y en algunas imágenes aparece también la jabalina. Su nombre proviene del latín y significa fruta, es por ello llamada “señora de los frutos”. Pomona era uno de los “Numina”, deidades primitivas, guardianes y protectores, compartía el patronazgo con su esposo Vertumnus y con la diosa Flora. Según Ovidio, Pomona había sido asediada por varias divinidades de la selva, pero solo el dios Vertumno la había amado de verdad. Ella vivía aislada del mundo, solo aceptaba que pocas personas pudieran acercársele. Al principio, rechazó incluso recibir a Vertumno, divinidad de las estaciones y de los árboles frutales, perdidamente enamorado de ella, pero al fin cede a sus pretensiones. Éste se valió de una ardid para acercarse y hablarle: disfrazado como una vieja mujer, fue a felicitarla por las frutas de sus árboles y la abrazó de buen corazón. Entonces, le mostró un olmo enlazado por una vid y comenzó a defender la causa del amor. Luego, le contó la historia de amor de Anaxárete. Así, viéndola hechizada por la historia, Vertumno le mostró su verdadero rostro, resplandeciente de juventud y salud. Pomona no pudo resistirse y aceptó su amor.

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Por Silvia Santilli

Otra Mirada

El erotismo desde la creación literaria y desde la reflexión crítica en Julio Cortázar

Tu más Profunda Piel (de Rayuela)

Cada memoria enamorada guarda sus magdalenas y la mía -sábelo, allí donde estés- es el perfume del tabaco rubio que me devuelve a tu espigada noche, a la ráfaga de tu más profunda piel. No el tabaco que se aspira, el humo que tapiza las gargantas, sino esa vaga equívoca fragancia que deja la pipa, en los dedos y que en algún momento, en algún gesto inadvertido, asciende con su látigo de delicia para encabritar tu recuerdo, la sombra de tu espalda contra el blanco velamen de las sábanas. No me mires desde la ausencia con esa gravedad un poco infantil que hacia de tu rostro una máscara de joven faraón nubio. Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer y las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche. De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes, de tanto desembarco amable o resistido de embajadas con cestos de frutas o agazapados flecheros, y cada pozo, cada río, cada colina y cada llano los hallamos en noches extenuantes, entre oscuros parlamentos de aliados o enemigos. ¡Oh viajera de ti misma, máquina de olvido! Y entonces me paso la mano por la cara con un gesto distraído y el perfume del tabaco en mis dedos te trae otra vez para arrancarme a este presente acostumbrado, te proyecta antílope en la pantalla de ese lecho donde vivimos las interminables rutas de un efímero encuentro.
Yo aprendía contigo lenguajes paralelos: el de esa geometría de tu cuerpo que me llenaba la boca y las manos de teoremas temblorosos, el de tu hablar diferente, tu lengua insular que tantas veces me confundía. Con el perfume del tabaco vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante que es como un vórtice, sé que dijiste “ Me da pena, y yo no comprendí porque nada creía que pudiera apenarte en esa maraña de caricias que nos volvía ovillo blanco y negro, lenta danza en que el uno pesaba sobre el otro para luego dejarse invadir por la presión liviana de unos muslos, de unos brazos, rotando blandamente y desligándose hasta otra vez ovillarse y repetir las caída desde lo alto o lo hondo, jinete o potro arquero o gacela, hipogrifos afrontados, delfines en mitad del salto. Entonces aprendí que la pena en tu boca era otro nombre del pudor y la vergüenza, y que no te decidías a mi nueva sed que ya tanto habías saciado, que me rechazabas suplicando con esa manera de esconder los ojos, de apoyar el mentón en la garganta para no dejarme en la boca más que el negro nido de tu pelo. Dijiste “Me da pena, sabes”, y volcada de espaldas me miraste con ojos y senos, con labios que trazaban una flor de lentos pétalos. Tuve que doblarte los brazos, murmurar un último deseo con el correr de las manos por las más dulces colinas, sintiendo como poco a poco cedías y te echabas de lado hasta rendir el sedoso muro de tu espalda donde un menudo omóplato tenía algo de ala de ángel mancillado. Te daba pena, y de esa pena iba a nacer el perfume que ahora me devuelve a tu vergüenza antes de que otro acorde, el último, nos alzara en una misma estremecida réplica. Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se llegaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada.
Con el perfume del tabaco rubio en los dedos asciende otra vez el balbuceo, el temblor de ese oscuro encuentro, sé que una boca buscó la oculta boca estremecida, el labio único ciñéndose a su miedo, el ardiente contorno rosa y bronce que te libraba a mi más extremo viaje. Y como ocurre siempre, no sentí en ese delirio lo que ahora me trae el recuerdo desde un vago aroma de tabaco, pero esa musgosa fragancia, esa canela de sombra hizo su camino secreto a partir del olvido necesario e instantáneo, indecible juego de la carne oculta a la conciencia lo que mueve las más densas, implacables máquinas del fuego. No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo hoy unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre ti para lentamente reclamar las llaves de pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo. Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel desde tanto horizonte diferente, después de fabulosas máquinas de sitio y parlamentos y batallas. En esta vaga vainilla de tabaco que hoy me mancha los dedos se despierta la noche en que tuviste tu primera, tu última pena. Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo.

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Mitologia China


Señales de la mitología - III -
De China

La creación del mundo
Caos era como un huevo de gallina. En esos tiempos no existía ni la tierra ni el cielo.
De ese huevo nació Phan-Ku. Las partes del huevo se separaron. Las partes pesadas formaron la tierra y las livianas el cielo. Estas partes luego se llamarían Ying y Yang.
Por el término de 18.000 años la distancia entre el cielo y la tierra se incrementaron a razón de 3 metros por día y Phan- Ku creció de la misma forma llenando el espacio entre uno y otro. A Phan- Ku se lo representa como a un duende vestido con piel de oso o con hojas de árboles.
Cuando Phan –Ku muere, entonces las partes de su cuerpo se transforman en los distintos elementos naturales. Algunas fuentes dicen que de su cabeza salieron las montañas. El sol y laguna de sus ojos, los ríos y océanos de su cara, las plantas de sus cabellos.
Otras fuentes dicen que de sus lágrimas brotaron ríos y mares, que de su aliento, el viento, de sus ojos la luz y de su voz el trueno.

Los dragones
Representado como una larga serpiente en cuatro patas, en China los dragones son signos de buenas energías y gran potencial. En la cultura China de hoy está prohibido desfigurar la imagen mítica de un dragón por ser considerado un insulto a sus creencias y virtudes más ancestrales Son vistos como la representación del concepto del yang y asociados como los proveedores de la lluvia y el agua en general.
Los orígenes de los dragones chinos se los puede percibir a través de los varios totems de diferentes tribus de China. Algunos presumen que la imagen del dragón chino viene de la desfiguración de serpientes, peces, y cocodrilos.

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Por Edith Migliaro

Haruki Murakami

Haruki Murakami

“Tengo pánico a convertirme en una celebridad y tomo todas las medidas posibles para que eso no ocurra”
“No tenía a nadie que me enseñase escribir así que tuve que basarme en lo que sabía, que por entonces era la Música”
Estas son algunas, de las pocas, declaraciones que ha hecho Haruki Murakami que llamaron mi atención, escritor y traductor japonés, nacido en Kioto, Japón en 12/01/1949, estudió literatura y teatro griegos en la Universidad de Waseda (Soudai), Amante de la música, sus trabajos anteriores a la literatura, de una u otra manera siempre estuvieron relacionados con ella, la que influyó en toda su obra. Después de la publicación de su 1era. Novela Norwegian Wood vivió en Europa y América pero regreso a Japón en 1995 cuando se produjo el terremoto de Kobe, su ciudad natal y los ataques de una secta con gas sarín en el metro de Tokio, luego escribiría sobre ambos sucesos.
Ha recibido muchos premios como el Noma, el Tanizaki, el Yomuiri. El Franz Kafka, Jerusalén 2009, en Barcelona fue galardonado con el XXIII PREMIO INTERNACIONAL CATALUNYA otorgado por Generalitt, reconociendo por su obra narrativa, por haber trascendido su ambiente cultural y por ser un referente del panorama literario mundial. Xavier Robert de Ventos -presidente del jurado- ha dicho “es unamuniano porque tiene la capacidad de llevar al límite las cosas y permite absorber aspectos como el jazz, el pop, el mango, las marcas, la magia o la sexualidad, logrando un coctel entre oriente y occidente”,
La ficción de Murakami, que a menudo es tachada de literatura pop, por las autoridades literarias japonés, es humorística y surreal y al mismo tiempo refleja la soledad y el ansia de amor que conmueve a los lectores de todas las culturas. Dibuja un mundo de oscilaciones permanentes entre lo real y lo onírico, el gozo y la obscuridad, es una adicción para los que quieren viajar por los caminos que cruzan la ficción y la realidad, entre lo conciente y lo inconsciente, entre gatos que hablan y peces que caen del cielo. Escribe con facilidad de la parte oscura del ser humano sin prejuicios, para sacar la parte más inconciente de la zona que no se ve.
Algunas de sus obras son Crónica del pájaro que da cuerda al mundo; Sputnik, mi amor; Al sur de la frontera, al oeste del Sol;Kafka en la orilla; Tokio blues; el Sauce ciego, mujer dormida; After Dark; 1Q84.
Una acotación que nos enorgullece es que Huruki Murakami reconoce como uno de sus escritores favoritos a Manuel Puig y su libro La Traición de Rita Hayworth.
El placer de leer aumentará leyendo este maravilloso autor.

Fuente: Diario El País de Barcelona

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