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   Seminario - Una jornada de trabajo
 

Seminario dictado Marta Mutti - Miércoles 16 de Marzo de 2011

CONOCIENDO A SAMANTA SCHWEBLIN

CONOCIENDO A SAMANTA SCHWEBLIN


samantha schweblin

Comentario de Editorial Lumen, España, al respecto del libro

“...Este es el mundo de Samanta Schweblin, un territorio peculiar, hecho de esperas y preguntas, donde el lector tiene su parte en la resolución de los enigmas que plantea el cuento; un modo de describir la vida que a veces nos recuerda a Kafka y otras nos lleva hasta Flannery O’Connor, manteniendo siempre su propia identidad; un lugar donde la escritura, sobria y eficaz, está al servicio de las historias que cuenta, sin un adjetivo de más o un verbo de menos.
Sí, como decía Italo Calvino, la buena literatura es aquella que acecha la vida usando las palabras adecuadas, Samanta Schweblin sabe muy bien lo que hace.


Trabajos presentados:
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Por Teresa Del Valle Baruzzi

Escenas y escenarios

Lo sé. Tú dijiste que la distancia nos pondrá alas para volar en el infinito.

No demores más, la noche se come mis ansias con suspiros urdiendo una falsa fantasía que en mi mente gira.

…y ella se sintió endiosada cuando su piel de seda brillaba bajo los relámpagos en la estación de las nueve lunas.

Me sentí alejado de ella, cuando la vi me perdí de nuevo, no sabía dónde ir, el gentío gritaba y se apretujaba cada vez más fuerte, de aquel hueco profundo del asfalto, comencé a divisar que un grupo de hombres experimentados sacaba una mujer casi inerte de una palidez increíble pero reconocí de inmediato su blonda cabellera negra que caía lánguidamente cubriéndola.

Qué pesadilla atroz ¡Habían dejado casi al descubierto la boca de tormenta! Y esos delicados pies cayeron al vacío.

La noche nos sorprendió tratando de entender que hace siglos florecen en el jardín magnolias, y aún se llena de sutil perfume mi piel, mi boca, mi garganta.

Todos los mares del mundo se agitaron ante tamaña explosión, se avecinaba la peor de las crisis existenciales. Los peces volaban, las algas vestían los peñascos.

Era extraño que justo esa noche volviera, después de muchos años. La invité a sentarnos en un banco alejados de todos, recordando cuán difícil fue la vida y cuanta negación tuvo el poeta, que no le concedieron el suave perfume de la rosa, ni el canto del viento que se desparramaba en el río, en el bosque y en el mar. Ni tampoco sentir el aliento de los besos que otrora eran de miel.

Miro a mi alrededor, repasando los objetos familiares y existe un reloj que pertenecía a mi bisabuelo, en un repentino ataque de insensatez, lo tomo y lo guardo en el bolsillo. Comenzó la reunión y estaban las mismas caras conocidas, excepto la de mi prima, que no la había visto en mucho tiempo, hecha ya una mujer, me miraba con picardía, aumentando mi intranquilidad, pero el ruido del tic tac del mismo ponía en evidencia la locura cometida.


Por Dolores Fernández

Palabras, frases y una escena

La noche nos sorprendió tratando de entender
-No demores más, me dijo, el tiempo se desliza maleable como fantasma que se esconde entre las ruinas.
-Mi búsqueda se ha vuelto tensa, observa, todo lo anterior perderá belleza y sentido.
Miró a su alrededor, repasando los objetos familiares, pocos, ya que todo estaba en ruinas. ¿Donde y cuando comenzó el derrumbe? ¿Cuándo nos quedamos mudos, ciegos, sordos? La realidad no sabe responder.
Si quería recordar algo, era imposible, su memoria errática flotaba en confines inalcanzables.
Era extraño que justo esa noche él estuviera allí. Esa noche en que los mares se agitaron alrededor de la tierra y lentamente arrasaron la vida.

 

Dibujando los cuentos en metáforas

Irman: Alcanzar las alturas en alas de un poema.

Mariposas: Breve, leve, frágil es la niñez.

Conservas: Receta para frisar un sueño.

El Cavador: Desde tu primer llanto hasta tu último suspiro, ella te acompaña.

Papá Noel duerme en casa: Conservar la ilusión es una forma de sobrevivir.

Pájaros en la boca: No escuchamos, no vemos, no hablamos, estamos a salvo.

El hombre sirena: Deseando lo imposible no corro riesgos.

La furia de las pestes: Volver tangible lo intangible.

La medida de las cosas: El viaje de un adulto, a su niñez, a través de los juguetes. En búsqueda de la felicidad inalcanzable. La frustración de comprobar que de niño, fue tan infeliz como en el presente por el autoritarismo y abuso de su madre.

Bajo tierra: Tarde o temprano se pagan las deudas.

Cabezas contra el asfalto: A veces, nos basta, la aprobación de los otros no importa cómo la logremos.


Por Vanesa Ibarra

Tiempos y medidas

I
Laberinto

¡Es curioso cómo te has resguardado!, un edificio que ha sido tableado puertas y ventanas, como si algo, ahí afuera, anduviese al acecho y pudieran dañarnos… Te regalo tiempo tempestuoso; como si todos los mares del mundo se agitaran alrededor tuyo y hayan hundido al sentir, hasta enviarlo al fondo, allá lejos. Mi navío es la certeza de que si no es hoy, será mañana. Corazón, aquí me tienes, atrapada en mi laberinto mental de luz y oscuridad; donde no existe el tiempo y elabora conjeturas y supone, se agobia y sufre, tratando de convencer al alma sobre una cruda realidad; mas ella que no sabe de razones, ama sin saber siquiera a dónde irá a parar con todo esto. ¡Es curioso cómo se ha resguardado a sí mismo! mas la belleza y sutileza de su existencia, hacen que valga la pena la espera, que implora silenciosa, con ansias, ¡no demores más!

II
Buenos días, buenas noches

Iba en su auto por la autopista que lo dirigía a la costa, recordó su ciudad y eso lo hizo feliz. Pensar que conocía su espacio físico; de dónde venía lo regocijaba. Iba a descansar por unos días y le daba confianza creer en la idea de que para él había un destino y que “lo que es, es y lo que no, no”; una especie de halo misterioso que envolvía al mundo y que le daban magia y un sentido a las cosas, que para otros, no significaban nada. Hace tiempo que quería escribirle un cuento; dedicárselo! (Buenos días, buenas noches) porque ese era, en definitiva, el deseo de uno al otro en cada mensaje. No lo conocía personalmente y a pesar de habérselo propuesto alguna vez, no pudo concretarse porque como dice San Agustín “el temor y la duda son dos ladrones de la felicidad” y esos ladrones pudieron con ellos. A pesar suyo, la amaba porque amaba su alma y también amaba la manera que ella hacía que se sintiera consigo mismo, en cada frase, en cada palabra. La facilidad con que fluía su vida en cada carta. No estaba solo, aunque interiormente hace tiempo, se sentía una isla porque pese al cariño no podía evitar sentir la distancia que iban tomando el uno del otro. La brecha era cada vez más ancha y muchas veces lo atormentaba la pregunta de cómo andar por un sendero dichoso cuando la otra parte siquiera estaba dispuesta a andar. Entonces llegó el consejo “levántate, anda” y así lo tomó y así fue. Poco a poco las palabras tomaron forma y los mensajes se transformaron en sentimientos y junto a ellos, el temor, la duda y un amor que es y que no; que se va y que se queda; que es destino o ¿será?; de eso se trataría “Buenos días, buenas noches”, el medio que los hiciera llegar al fin.

 


Por Lilia Lasagna


Protagonizando
Alfombras mágicas

¿Vamos a pintar mariposas llenas de colores y esperanzas?¿A dibujar el mar embravecido con la fuerza del agua que llena de vida y espuma se ilumina en cada ola? Vamos, sí, a conquistar el cielo en un viaje de sueños, alegría, alfombras mágicas que viajan en el tiempo. Vamos, seguía llamándola.
Ella volvió su pálida cara hacia él, atravesando su figura con sus ojos transparentes y le dijo: -Lo sé. Tú dijiste que hoy alcanzaríamos el infinito, volaríamos hacia las estrellas y no volveríamos nunca. Tú lo prometiste, ¿crees que vamos a lograrlo? ¿Que nadie va a vernos?
Los bichos nos buscan, los zumbidos se acercan cada vez más. El edificio abandonado es el primer lugar donde mirarán. Les gustan los lugares, oscuros y fríos. Vamos, confía. ¿Por qué dudas de mis alfombras mágicas y de la ayuda de mis nubes? El viento está llegando y sólo tenemos que tomarnos de la mano, subir a la alfombra y él nos elevará lejos de zumbidos y destrucción.
-Tú estás loco – y yo creí que eras de verdad.
-Soy de verdad, el mundo real como vos lo conocés no existe.
-Sólo te hicieron creer que eso era la verdad. Siempre oscura, lúgubre, triste, ruidosa, gris… ¿cómo puedes creer qué eso es verdadero?…
-La vida, el alma es de colores claros, luminosos, dorados, llenos de fuego, de sonidos de agua. Ven, dame la mano que la brisa está envolviéndonos, ven, sí, así, sin miedo, sube, quédate quieta, en calma, cierra los ojos y escucha la música del viento, a los pájaros que nos ayudan a remontar vuelo.
-Tengo miedo, estás loco.
Repentinamente, un remolino de estrellas los cubrió, mientras el misterioso cielo azul se abría para recibirlos. A nosotros, la noche nos sorprendió tratando de entender.


Por María Leone

Micro y Macro visiones

Guardando para sí, el cuándo y el cómo, te irá mostrando cual será tu próxima morada.

Si tus recuerdos están encerrados en una caja, en un simple descuido, se convertirán en nada. Si anidan en tu corazón, te pertenecerán por siempre.

Amas tanto, que fuerte lo agarras. ¡Suéltalo!, no ves que así lo matas.

Todo lo quieres controlar. Vida, muerte, felicidad. Te has olvidado que simplemente eres un ser humano.

No juzgues el proceder de tu hijo, si no eres capaz de evaluar qué le has dado, además de la vida.

Si es de sirena, qué más da, es canto al fin. Tras él escapo, por última vez.

Tu niño interior quiere seguir jugando y ser feliz. Lo duro y triste de la vida lo ha acomodado en un estante, alto, inalcanzable.

Va por la vida haciendo sólo su voluntad. No acepta un no a sus requerimientos. En algún momento, la realidad, lo estrellará sobre el pavimento.

Nacemos y la explosión de vida, en pocos segundos se convierte en llanto. Vivimos vertiginosamente. Sólo deseamos ir lento, al final del camino. No entendemos que es tan poderosa, que a su llegada, acaba con nuestras risas, llantos, proyectos.

Si decides adentrarte en lo inhóspito de tu ser oscuro, no olvides que el monstruo que seguramente hallarás, te pertenece.

Si sabes ahondar en el abismo de tus entrañas, no te asustará la peor de las tempestades.



Tiempo de locura

Por él, lo di todo. Entregué el corazón y lo hizo trizas. Se tomó su tiempo. Años esperando. Harto ya, hasta el reloj se dejó caer. Débil, quiso escapar, no pudo, quedó pendiendo al borde del abismo. Cinco minutos para las siete. Cinco minutos de locura, de buscarlo, rogar, pedir perdón, no perdonar, exigir lo que era mío. Tomarlo por la fuerza. Mis manos escurren sangre. Cinco minutos para las siete, muerte, no tardes más.

 

Caminos sinuosos

Cuando abrí la puerta al destino, más que salida fue escape. No me importó quien quedó en el umbral. La atracción de una vida sin ataduras, todo lo pudo. Recogí cada flor que fui encontrando. Tropecé deliberadamente, con cada piedra en el camino. Tomé aquello que se me ofrecía. Di lo poco que tenía. No desperdicié oportunidad. Larga, muy larga fue la escalera al éxito. Interminable y estrepitoso resultó el descenso. Fue inesperado llegar al punto de partida. Creí que la distancia curaba el mal amor. Cuando volví a verla, entendí que así no era y aquí estoy, rendido a sus pies, otra vez.

seminario: conociendo a samanta schweblin

Por Edith Migliaro

Metáforas y más

Metáforas elaboradas tomando como disparador cada uno de los cuentos del libro, Pájaros en la boca. Los títulos se corresponden con los cuentos.

Irman: Lo desconocido asusta, por eso despreciamos lo distinto.

Mariposas: Maravillados, pretendemos encerrar la perfección en un cajón.

Conservas: Postergar algo que deseamos para un mejor momento, es abortar un sueño que jamás se recupera.

El cavador: Junto a cada hombre, el ángel de la muerte, espera el momento estipulado para llevarlo al lugar definitivo.

Papá Noel duerme en casa: La inocencia de un niño puede convertir un drama en una hermosa fantasía.

Pájaros en la boca: Escondemos nuestros problemas en el lugar más secreto, en nosotros mismos.

Última vuelta: La rueda de la vida va girando y nos deja en el mismo punto de partida.

El hombre sirena: Imaginar la felicidad para no tener que luchar por ella.

La furia de la peste: Lo más peligroso que hace el hombre es recordarle al hombre lo peligroso que es.

Mi hermano Walter: Conmovernos con las miserias de los otros para disimular nuestra propia miseria.

Bajo tierra: Lo más ansiado está al alcance de la mano, pero en otra dimensión.

Cabezas contra el asfalto: En la vorágine por triunfar, somos capaces de todo; triste es que para algunos es digno de admiración.

Perdiendo velocidad: Somos incapaces de advertir cuando la vida, poco a poco se detiene.

En la estepa: Cuando los cazadores son cazados y los perseguidores perseguidos, la víctima se convierte en victimario.


Por Julia Mansi

Metáforas y más

Irman: La vida continúa a pesar de todo.

Mariposas: La agonía de la libertad presa.

Conservas: Creerse dueño del tiempo y de la existencia.

El cavador: Cada uno con su pozo y su cavador.

Papá Noel duerme en casa: Entre máscaras y disfraces seguir confiando.

Última vuelta: Todo pasa, todo vuelve a comenzar.

El hombre sirena: La vida es morir a cada segundo, cuando nos negamos a…ser.

La medida de las cosas: Preso con su vida.

Bajo tierra: La tierra herida se defiende y devora.

Perdiendo velocidad: La muerte sorprende y todo termina.

En la estepa: Lograr objetivos con garras y uñas hasta destrozarnos.

 

Recreación de Una escena
Sin cabezas

Mi búsqueda se ha vuelto tensa, obsesiva. Somos novios sin cabezas, atrapados por una libertad que se dilata en una imposible convivencia. Todo nuestro pasado pierde belleza y sentido.
Me siento alejado de ella. Caminan por calles solitarias, sin tiempo, mi ser y sus caras.
La llamo, no te demores le digo. Ella vuelve pálida. Cuando la miro, levanta los ojos e inclina hacia mí su cara perfecta, se siente endiosada.
Nuestro pasado, nuestros sueños se diluyen en la memoria. La siento lejos a pesar de que todos los mares se agitan alrededor de mi sensibilidad.
La noche nos sorprende tratando de entender. Cae el tiempo. Entramos al edificio con un sin fin de escaleras y nos perdemos.
Llegamos a nuestro cuarto. Enciendo la televisión y cuando le pido agua me dice que en el refrigerador está la botella. Golpeo el vaso vacío contra el vidrio de la ventana. Cae roto en muchos pedazos. Ella trata de juntarlos a todos y los embolsa mientras me dice que tengo que cambiar para poder llegar a descubrirnos nuevamente. Dice que ya encontró su cabeza y que yo aún no la tengo.


Por Silvia Santilli

Sobre la obsecuencia en la lectura de los cuentos
Nuestros momentos en la noche

La noche nos sorprendió tratando de entender esos arabescos imaginarios que nuestra mente elaboraba. No demores más- dijiste- mientras la noche nos despojaba de nuestros mejores linajes. Era extraño que justo esa noche volvieras cuando las sombras caían cortadas por cuchillas monstruosas y el horror desfiguraba tu rostro.

seminario

 

Por Hilda Trezza

Imagen en la memoria

Era la época en que las vides maduraban; desde que empezaron a asomar robustos racimos él la esperaba. Miró a su alrededor, repasando todos los objetos familiares de la casa. Su mirada se posó sobre una repisa donde un reloj de bolsillo antiquísimo con flores finamente pintadas en su tapa y otro más grande sin tapa con horas que se leían claramente cautivaron su atención. Sentado a la sombra de la luz de la lámpara golpeó con el vaso la mesa y pensó:
-¡No demores más! A través de los cristales de la ventana observaba el mar, agitado, era como si todos los mares del mundo se juntaran alrededor. La vista perdida trataba de entender aquella noche en la que ella volvió su pálida cara hacia él y le dijo: -Ese inmenso amor que sentía por ti, ése deseo férreo de estar a tu lado se ha ido apagando en mí – la cara de él se transformó, la luz tenue que entraba por la ventana iluminaba sus lágrimas que tímidamente corrían por su rostro. El volvió a la realidad, dejó atrás esos tristes recuerdos y su búsqueda de verla se volvió tensa, obsesiva; si quería recordar algo, no tenía memoria o la tenía demasiado lejos. Era extraño que justo esa noche volviera. El observó el reloj de considerable tamaño en la repisa, con sus números grandes y como una visión fantástica le pareció ver como el reloj se derretía por el borde de la misma. Se sentía alejado de ella… Seguía llamándola, la imagen de ella persistiría en su memoria.

 

Reseña

Irman: Irman trata de transmitir la inseguridad, la pérdida de control y el miedo que se puede vivir ante determinadas personas; perdiendo así su identidad personal. Es un cuento realista tratado desde lo irracional.

Mariposas: Analiza este cuento la relación indirecta de padres a hijos. Relación que parte desde una idealización y un amor condicionado y sobre protector, casi asfixiante. Sugiere por momentos suspenso. Es un cuento realista manejado a partir de un elemento disparador: la mariposa.

Conservas: Cuento de ciencia ficción que lleva a preguntarse cuántas situaciones y obligaciones podríamos solucionar si existieran tratamientos mágicos y bien vistos socialmente. Quitarnos experiencias que nos forman y nos hacen lo que somos.

El cavador: Cuento que trata filosóficamente la muerte aunque parte desde el individuo en forma directa hasta llegar a transformar esta línea conductora en una alegoría.

Papá Noel duerme en casa: Está manejado desde un realismo dramático. El personaje disparador es la figura de Papá Noel; figura que llega a todo lector, que transforma la historia de un niño que con su inocencia e imaginación convierte una situación o hecho ordinario o trágico en algo extraordinario y mágico en su memoria emotiva.

Pájaros en la boca: Desde lo fantástico aparece un personaje de características esquizofrénicas, quizás provocada por la actitud de los padres, poco comunicativos y devoradores de la personalidad de sus hijos. Tratado desde la visión neo-fantástica nos deja flotando una situación entre padres e hijos de distancia y aislamiento.

Última vuelta: Cuenta desde la fantasía como una abuela ve en retrospectiva su vida a través de una calesita, elemento mágico dentro del cuento.

El hombre sirena: Desde la fantasía considera al individuo un ser que ante determinadas situaciones ve al otro como lo quiere él ver, alejado de la realidad.

La furia de las pestes: Trata la realidad más cruda por la cual puede pasar el ser humano, como puede ser hundido por el medio que lo rodea y la visión nefasta que se encuentra en determinados sistemas.

La medida de las cosas: Este cuento nos muestra dentro de una fantasía realista como literalmente en la medida en que los padres, sobre todo la madre, marcan la vida de los hijos.

Mi hermano Walter: Cuento que trata fielmente como la depresión y la felicidad son dos actitudes frente a la vida diametralmente opuestas. Ante distintas circunstancias la primera necesita de la comprensión de la segunda para llegar a un resultado positivo ante distintos problemas que surjan a través de la vida.

Bajo tierra: Retrata a través de una trama de suspenso como un individuo puede ser absorbido por la sensación tediosa de su trabajo y de sentirse devorado por el sistema.

Cabezas contra el asfalto: Es un cuento que a través de una crítica a la psiquis de un pintor deja entrever a partir de sus actitudes una burla social enfrentando distintos tipos de individuos.

Perdiendo velocidad: Se trata literalmente el fin de la vida o sea “la muerte”.

La estepa: Es una situación ficcional donde entre individuos sacan lo peor de cada uno en momentos difíciles y adoptan actitudes como animales de caza.

 
 
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