Miscelánea
   por Renée Rodríguez
 

Los libros eran una metáfora del tiempo.

Mi gran compañero de ruta me invitó a caminar y allá fuimos. Callecitas de barrio tranquilas y silenciosas. Luego la avenida poblada de negocios, de gente que iba y venía, hasta que llegamos al gran pulmón: El espacioso parque nos invitó a detener la marcha y sentarnos bajo un centenario eucalipto de casi 100 metros de altura y de grosísimo tronco, herido por corazones ensartados con flechas y monogramas. Apoyada mi espalda contra el voluminoso tronco y en mi pecho, la cabecita dulce y tierna de Lautaro, ahora silencioso, nos dimos a la contemplación de dos chicos que tironeaban de un libro de bello formato, pero que mal herido cayó al suelo. El dueño lloraba sin consuelo, el otro, apesadumbrado, trataba de minimizar la hoja rota y el deterioro de otras.
Lautaro, sin darle demasiada importancia al asunto opinó:
-Nona eso se arregla con plasticola y cinta scotch - No contesté, sus ojos me buscaron y percibieron mi ensoñación.
-¡ Eh!, Abu, en qué pensás?
-¿Te animás a cerrar los ojos y dibujar en tu cabecita la línea del tiempo?
-¿Ya está? Ahora llevá tu pensamiento al año 5300 antes de J.C.
-¿5300? Antes de J.C.?
-Sí, bien al fondo de la historia del hombre. Algunos pueden pensar que en ese punto, el hombre aún era simio, pero no, en esa época ya se tenía conciencia de que la preservación de la memoria era igual a libro. En esos tiempos, Lauti, eran tablillas de arcilla, es decir que si la escena que acabamos de presenciar hubiera ocurrido en esos tiempos, la tablilla se hubiera hecho añicos. ¡Y ahí sí que era para llorar! Cuando las tablillas se rompían no había más arreglo, servían para rellenar patios, calles o se hacían ladrillos
-¡Tablillas, Nona! ¿Y cómo se guardaban? ¿Cómo eran de grandes? Además, eran incómodas. -Sí que lo eran, medían 30x30cm. Divididas en columnas verticales que estaban escritas de ambos lados. Tenían grandes enemigos: Las inundaciones y la humedad las destruían.
-Y ¿Era acá, Abu?
-No, era en la zona del Sumer, en el cercano oriente, entre los ríos Tigris y Eufrates, región llamada : “La media luna de las tierras fértiles”. Además cuando los pueblos se atacaban por razones geográficas o económicas, lo primero que hacían era destruir su memoria ¡Para borrarlos! Así que de esa época, se calcula que se han perdido más de cien mil tablillas.
Y respondiendo a tu pregunta: se guardaban, muchas veces bajo tierra, para preservarlas de los enemigos, pero las prevenciones no eran suficientes y sucumbían. Es así que nace el mito del agua, en el cual ésta odia a la memoria, y surge así, el mito del diluvio universal que trata de borrar el fondo de la historia del hombre. Nidaba, era la diosa de los libros, y bajo su protección se ponían los escribas, antes y después de hacer sus trabajos escritos.
-¿Escribas, Nona? ¿Quiénes eran?
-Los escribas eran personajes de gran cultura, amados y respetados por todos, ¡Sabían escribir! Y esto era considerado como un precioso don. Ellos obtenían el título de “Gran hermano”, título honorabilísimo, que los eximía de cualquier falta. Además eran responsables de la supervivencia de la escritura, por lo tanto era su deber divulgarla, cosa tediosa y difícil pues en aquellos tiempos los símbolos eran más de 3000, luego se redujeron a 1000, pero recuerda que estamos en el año 5300 antes de J.C. Por ese motivo, la cantidad de signos, pocos sabían escribir.
-¿Estás hablando de un abecedario de 3000 letras? ¿Cómo hacían los chicos para aprendérselas todas?
-Ese era el motivo por el cual ni reyes ni faraones lo hacían. Pero tenían una enorme capacidad para, aún sin saber, rendir culto a la memoria. Escribir era una artesanía para pocos y te cuento que tuvo sus opositores, ¿Lo podés creer?
-Pero ¿quién, Abu ?
-Platón restó importancia a la escritura y en el Fedro expuso el mito egipcio para explicar que la escritura, provocaría en la humanidad “un descuido de la memoria”.
Pero la escritura arremetió…
-Abu, no me dijiste como acomodaban las tablillas.¡Qué lío, todas iguales y del mismo color!
-Alrededor del año 3300 antes de J.C. se encontraron bibliotecas o Casas de tablillas que tenían anaqueles o baldas clasificados en: flora, fauna, minerales, registros económicos, listas lexicográficas y hacia el año 2500 a de J.C. ya se habían incluido textos de poesía, magia y paramiológicos (tratados de reformas). En esta época, las tablillas traen en su parte superior el nombre del redactor y el del supervisor, cosa sorprendente para aquellos tiempos.
- ¡Como los libros!
- ¡Estamos en el 2500 antes de J.C., y sí, ya se van pareciendo a los actuales. ¿Sabés Lauti en que año aparece la primera escritora? En el 2200 antes de J.C. Se llamaba Enkheduanna.
-A mí me gusta María Elena Walsh. Me hace acordar cuando yo era chico y en el patio del cole cantábamos la canción del jacarandá. Yo me llenaba los bolsillos de flores y se las llevaba a mamá… No me dijiste donde estaban las bibliotecas.
-Los reyes de esa época, pese a no leer ni escribir tenían clara la importancia del almacenamiento correcto de las tablillas que como podrás suponer hasta guardaban textos jurídicos, contratos sociales, herencias y cuando éstos llegaban a su fin las destruían. Ubicaron a las bibliotecas en un lugar del palacio real, circundado por un zoológico, un jardín botánico y estatuas. La biblioteca tenía pasillos y patios, al fondo de los cuales estaban las estanterías y gabinetes. En las paredes había pinturas y símbolos. Era un lugar de consulta. Hay noticias de que algunos pensadores o filósofos pernoctaban allí, en busca de la revelación, es decir en busca de inspiración. Además, en estas lejanas épocas tenían un catálogo de las obras con una pequeña reseña. Ahora oí esto, Siria tenía una importante biblioteca plurilingüe que fue destruida y quemada en 1190 a de C.
-Nona, en mi escuela tenemos una biblioteca que tiene 75 años y es trilingüe: español, inglés y alemán. Y tiene dos bibliotecarias que están refuertes. Las chabonas se saben todo lo que vos les preguntás.
-Los primeros bibliotecarios fueron sacerdotes, de una gran cultura y a ellos se les daba la tutoría de los hijos del rey. Los bibliotecarios formaban una Sociedad Cultural Eclesiástica. Uno de los más destacados directores fue: Zenódoto de Éfeso (325 a 260 antes de J.C.). Editó a Homero y hacía cursos de interpretación de este escritor.
-Una de las bibliotecarias de mi escuela es la Seño Mabel que tiene como 25 años y ella da cursos de lectura veloz.
-¿Sabés que Eratóstenes (276-195 antes de J.C.), modificó la imagen de los bibliotecarios al cambiar su actividad crítica por la científica. Luego combinó la científica con la literatura.
-Abu, cuando yo estaba en 5to, teníamos un bibliotecario que era viejo y que también se sabía todo. Un día fui, pues necesitaba la adaptación del Quijote para niños. El capítulo en que a Quijote, su familia y amigos, también les destruyen sus libros, se los queman y otros se los roban. Nos lo contaba con enojo y a mí me parecía ver como le tiraban los libros por la ventana y me daba una cosa, como bronca…
-Lau, te diré dos cosas: Ese Sr. era un Gran hermano, un sembrador, que ve en los chicos la tierra fértil, los futuros custodios de la memoria. Pero respetemos la línea del tiempo en la cual estamos y sigamos antes de C, ¿Todavía no hablamos del papiro?
-Papiro, ¡en casa tenemos una planta!
-En Egipto había grandes plantaciones de papiro. En la época de Ramsés II (1304-1237 antes de C ), aparece la biblioteca de papiros. De éstos se extraían los filamentos internos y luego de un largo proceso de secado se obtenían unas hojas sobre las cuales era posible escribir. Y, sobre papiros se encontró una bellísima definición de biblioteca: “ Lugar de la cura del alma”. En el siglo V antes de C. hubo una gran revolución cultural, en Grecia, que comenzó cuando la cultura escrita se impuso sobre la oral. Fue tal la pasión por los libros que aparece el primer comercio de ellos. Sócrates decía que en el mercado se podían comprar los libros de Anaxágoras por un dracma (moneda griega que valía cuatro seis tercios). Anaxágoras fue el primero que publicó un libro con dibujos.
-Nonita, ¿las abuelitas de antes de C. llevaban a sus nietos a tomar un helado así de grande, metido en un cucurucho crocante y todo bañado en chocolate?
-¿No sé? Pero desde acá estoy viendo un cartel que dice:”Heladería y cafetería”. ¡Y yo muero por tomar un té con un tostadito acompañada por mi gran compañero de ruta!

Piedra de Roseta, descifrada en 1822 por J.F. Champollion
Piedra de Roseta, descifrada en 182 por J.F. Champollion