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Íntimo y secreto
Cuentos ilustrados
Destacado en la Feria Internacional de Frankfurt Alemania, 2017
A la venta en:
Editorial Dunken: Ayacucho 357. Ciudad de Bs. As.
Venta on line. Dunken
En: Amazon
Íntimo y Secreto es un libro cuyos relatos y cuentos destejen historias con palabras e imágenes y no es casual que su lectura, querido lector lo vuelva protagonista o testigo de muchas de ellas.
Íntimo y Secreto contiene los momentos en que nos despojamos de las formas, el reloj, el compartir con el otro para mirar y escuchar en nuestro interior profundo.
Ese encuentro con los sentimientos y sentidos. Un andar con uno mismo como caminar la playa virgen que nadie ha pisado. Ser otro, hacerse otra vez y re comenzar.
Perdernos bajo la ducha, en el trabajo, donde sea. Suspender el instante estando ahí, pero lejos, sumergidos en lo que nos pasa, en lo que esperamos, en lo que hicimos.
Explorar los silencios, escuchar lo que dicen. Repasar la pasión y el adiós. Revisar los armarios
y algún cajón porque ahí suele quedar la ilusión y curiosear, solo con eso, volverá a arremeter con todo.
Mirar lo desnudos que nos deja la angustia, después de todo se puede pensarla como un sabor o un color al que dejamos durar. Vagar entre las horas, entre un antes y un después, en un abrazo, en la alegría, en el cansancio, entre sábanas blandas, en los miedos. En la propia crueldad, en el amor, la bondad y el dolor para entender y cambiarlo.
Soltar las rebeldías y que se encuentren con los sueños y claro… regresar.
Son tan solos unos segundos Íntimos y Secretos. Tanto que hay que hacer que la sonrisa no se vuelva carcajada y todos nos miren.
Marta Rosa Mutti
Este libro encierra relatos fascinantes, habitado por las palabras de Marta Rosa Mutti y las ilustraciones de Eugenia Martínez, (en este caso; yo).
Ilustraciones que se involucran con el texto e incitan a la lectura. Imaginan mundos e ilustran sensaciones, actuando en complicidad y sintonía con los relatos.
Por eso, a medida que leía cada texto, se presentaban en mi mente diferentes imágenes disparándose frente a mí un sinfín de diapositivas.
Un trabajo de gran disfrute y creación. Diferentes días, distintas sensaciones y las formas iban apareciendo y mutando a la vez. Escribir cada idea que se venía a mi mente, bocetar, tirar líneas, dibujar, descartar, volver a leer, nuevas sensaciones, otras imágenes. Con la fortuna de contar con la colaboración de Jorge Soto, quien me ayudó a bajar las ideas al papel, dibujando a mi lado.
Luego llegó el momento de decidir, de elegir que imágenes quedarían. Ordenar las ideas. Intentar leer la mente de la escritora y ponerse en su lugar, interpretar qué imágenes pasaban por su cabeza mientras escribía.
Ojalá puedan disfrutar de esta serie de cuentos ilustrados, los hicimos pensando en ustedes…
María Eugenia Martínez
Textos: Marta R. Mutti
Ilustración: M. Eugenia Martínez
Incógnitas. Amor, deseo, razón y pasión. Noches en el cruce de algún grillo y un zanjón. Horas que se matan. La niña que vive en el libro. El golpe de la puerta que deja un adiós. El beso que respira en la nuca.
El golpe de la puerta que deja un adiós. Va a un bar por un café y medialunas porque tiene que hacer algo. El cielo es una amenaza gris. Camina y repasa las nubes, piensa que si llueve en el pocillo aunque esté bajo techo, sacará un pañuelo para secar las gotas de la mesa y no extrañarla…
Íntimo y secreto… Estaciones de refugio para un viaje de ida que no se detiene a esperar donde vos, yo, todos somos protagonistas.
Aquí uno de los cuentos...
Algo en el medio
De pequeña esperabas la llegada de la primavera porque con ella venían las mariposas que se perdían en medio de los verdes y los colores de las flores. En las noches demoradas por el calor entre el cruce de un grillo con algún sapo te acercabas a la zanja donde corría el arroyo improvisado en el que las casas soltaban sus aguas y caminabas por su orilla para sorprenderlas dormidas. Las tomabas de las alas cerradas como tesoro y toda vos temblabas sin entenderlo. Aspirabas con el tacto la suavidad y el polvillo que desprendían, imaginabas que con él te transformarías, luego, abrías tus dedos y las dejabas libres. Tus ojos recorrían la noche que respiraba entre luces lejanas y sentías que algo tuyo se iba con esas mariposas. Presentías que entre el día y la noche había otra cosa, algo en el medio. Pasó mucho tiempo de aquello, hoy sos la mujer que se viste y luego se para delante del espejo y gira una y otra vez, se acerca y se aleja y es muchas mujeres.
Sabés que la luna no se refugia en ningún lugar y que el mundo no es mágico. También que el olvido es un arte que se aprende, por eso te das el permiso, te agarrás a ese bolso que lleva el orden de tu desorden y salís.
El hombre es apuesto. Sus ojos no se quedan quietos, desvisten el alrededor, evalúan, te seduce de alguna manera aún sin haber cruzado todavía, palabra. Aguarda en la barra del selecto restaurante, sostiene una copa, se lo ve relajado. Halagada reconstruís el momento en que te seleccionó del catálogo entre tantas otras. Pero también estás allí por otro motivo y no te forzaron para eso sino que te lo propusieron:
“Si aceptás no vas a tener que trabajar nunca más en tu vida y cualquier situación molesta se disipa con un viaje al sitio que escojas y con todos los lujos. Pensalo así: Borrón y cuenta nueva para ese encuentro y para esa cita. La vida es corta, nada se pierde si matamos un par de horas y hacemos que no existan”. Cosas que suceden en cualquier trabajo, te dijiste.
La instrucción fue precisa. No sería una velada más, una cena y ciertos menesteres referidos al placer, sino el tramo de tiempo que tendría que perderse en un agujero entre el día y la noche, como cuando eras chica. Algo que está pero no existe.
El dinero que te ofrecieron te quitó hasta la respiración, así que solo te preparaste para la función y cumpliste con el ritual, como con las mariposas, pero esta vez, te tocaba volar a vos.
Estás sentada en la cama de una hermosa suite, por las ventanas entra la brisa del río. A un costado el diario que recién has dejado. En la portada, la foto del hombre. El papel entintado no logra quitarle expresión a esa mirada con la que no podés. Él no fue solo el abultado fajo de billetes, sino que algo pasó en tu corazón porque sus brazos te sujetaron con exquisita delicadeza y las yemas de sus dedos te acariciaron con deseo y ternura, hasta temblaste, como lo hacés ahora a diferencia de que este temblor es por el llanto.
Lo hallaron muerto pocos minutos después de que partieras. “Imposible si te despidió alegre, pleno de vida”, ¡estallaste! Pero ¡qué sabés si vos nunca lo viste!, ¿olvidaste lo que dijeron?
Buscás algo para tomar. En las sienes te acecha un ruido oscuro que tendrás que borrar de tu cabeza. Todo tiene que ser nada, como el otoño y el invierno que para vos pasan sin que te des cuenta porque para eso te pagaron.
Dejás pasar el licor por la garganta, volvés a esa primera página donde está el hombre junto a la foto del arma, levantás el diario y despacio, empezás a romperlo en trozos pequeños, hoja por hoja.
Adquiera este libro en Editorial Dunken . Ayacucho 357. Ciudad de BS. As. O Solicítelo a la misma venta on line. www.dunken.org
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