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Te preguntaste:
¿qué trasmitís, qué imagen das?

Por Aixa Gondell

Así como surge el enamoramiento, con ese chispazo convertidor, el cuerpo y la actitud se vuelven reconocibles, manifestando una postura diferente frente al mundo que nos hace notables. Emanamos ese no sé qué. Nos miran y nos admiran. Mi propuesta es vivir enamorados de la propia vida, que nos convertirá en seres amables, siendo esta una conducta que invita a los demás a comportarse con nosotros proporcionalmente. Recordá que el comportamiento en público es el pasaporte universal de cada persona.
No caben las sorpresas, sólo tenemos que observar, para darnos cuenta, de quien es quien, nadie logra representar lo que en verdad no es; acaso, ¿tenés alguna duda?

La manera de proceder en la vida social, es un indicador de cómo se es en la vida privada.
Generalmente nos formulamos esta pregunta: ¿Qué es lo que trasmitimos, qué imagen damos? Y yo te respondo: nos manifestamos de diferentes formas y una de ellas es mediante el lenguaje corporal, que tiene su propio vocabulario y pone a la vista el interior de cada uno. Los gestos desprenden la carga emocional íntima que se lleva dentro; también revelan la autoestima y consecuentemente la confianza que uno mismo se tiene; esta ligazón es distintiva, y participará en el semblante que mostramos y que los demás, indefectiblemente ven.

Hombres y mujeres, en todas las civilizaciones, orientaron sus esfuerzos hacia la seducción. No me refiero a la seducción entre los sexos, sino a esa manera sutil y reflexiva de demostrar quién se es mediante un “estilo único”, es lo que se pretende, que hace a la vivacidad de las personas, desde la mirada, la sonrisa, el timbre de voz y también la postura corporal, conjuntamente con la ropa y accesorios seleccionados. Es todo un universo metido en cada ser.
Por lo que sugiero:
Mirar siempre a los ojos, mirar con suavidad, mirar sonriendo y a la vez sonreír con cordialidad y persuasivamente, así se producirá un efecto boomerang.
La voz por sobre todas las cosas debe ser agradable, modulada y con tono positivo.
El humor, tanto el bueno como el malo, se lo relaciona con la actitud que se tiene en la vida, está vinculado al temperamento, es una disposición emocional que desenlaza el estado de ánimo.
La buena postura corporal, evidencia confianza y transmite solidez, y en cuanto a la ropa y accesorios, estos, identifican la personalidad y el buen gusto, aunque si no acompaña el esmero y la prolijidad es muy difícil que se logre el efecto buscado.
Por último, este mapa gestual con idioma propio, como ya comenté, lo fecunda el cuerpo de manera natural. Lo ficticio y rebuscado se nota inexorablemente, siempre aparece la realidad; como decía mi abuela Magdalena “muestra la hilacha”, sentenciosa, mi abuela, ¿no?, pero real.

 

www.aixagondell.com.ar

 

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