“La poesía es de todas las
aguas claras la que se entretiene
menos en los reflejos de sus puentes.”
René Char
La voz del poema es el encuentro
de la palabra del hombre con la
historia. Encuentro que no trata de
conceptos sino de sensaciones, tonos,
ritmos y vivencias. Es labor del poeta,
recrear esta realidad aprehendiendo la
palabra a la actitud y al momento del
devenir existencial. La poesía es un
juego peligroso indisociable de la vida,
el encuentro en el que la creación se
cumple dando y diciendo. Donde el
hombre es quien la provoca y le da
cuerpo, porque dice en ella, lo que el
otro desea y lo que él desea. Y en el
poema concilia la significación de las
palabras con la búsqueda de lo
misterioso en lo cotidiano. Entonces
el poema refleja aquello que no se mira,
canta lo que no se escucha y cuenta
en todas las voces existentes, el rito
infinito e inacabable de todo principio
y fin. Cabe decir que las voces de la
poesía se generan en ese origen para
luego vivir un destino final en el
poema. Existen porque en cada línea
se habla y se calla. Se murmura y se
grita. Se nace y muere. Se ríe, se llora,
se ama, se odia. Pero nunca traicionan
el ciclo vital en cuyo núcleo se agita el
ser.
La voz poética representa un
interrogante inacabable y el poema es
la respuesta, que el poeta ofrece,
cuando halla refugio en una casa, en
un puerto o en la mansedumbre de una
bahía. Es el momento en que la voz se
suelta y la palabra engendra al poema
y el hálito que le deviene de los dioses
la hace ilimitada, porque anuncia al
mundo ni más ni menos: la celebración
de la vida.
Y uno aprende de Jorge Luis Borges
Y uno aprende...
después de un tiempo,
entre sostener una mano
y encadenar un alma.
Y uno aprende
que el amor
no significa recostarse
y una compañía
no significa seguridad.
Y uno empieza a aprender….
que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y que uno empieza a aceptar sus
derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos.
Y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno del mañana
es demasiado inseguro para
planes…..
y los futuros tienen una forma
de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende
que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar
que alguien le traiga flores.
Y uno aprende….
que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
y que con cada adiós uno aprende.