Crónicas
  Por José Vicente Valdez Tritti - Miembro de Número y Bibliotecario de la Academia Argentina de Historia
 

Hace unos cien años, una empresa hípica erigió un coqueto Hipódromo en Villa Diehl, hoy Villa Maipú del Partido de Gral. San Martín. Su entrada estaba sobre la calle Gutiérrez frente al hoy Chacarita Juniors, abarcando desde la calle Estrada hasta la calle Sáenz Peña. Tenía un gran muro frontal sobre la calle Gutiérrez por el que se ingresaba al gran Paddock de hierro y tablones techado en sus dos pisos, que hoy estaría ubicada entre las calles Matheu y Mitre. Fue muy famoso y ofreció buenos espectáculos con caballos de importancia nacional por muchos años compitiendo en elegancia y confort con el Hipódromo de Palermo.
La construcción se inició en el Centenario de la Revolución de Mayo y fue inaugurado el 27 de enero de 1912, cuando San Andrés y Villa Diehl eran unas pocas casas dispersas y los muchachos paseaban con carteles en pecho y espalda gritando la inauguración. Se corrió el "Premio Inauguración" sobre una distancia total de 3.200 m. ante unos 4000 espectadores que jugaron 61.634 boletos a ganador y 31.170 a placé. Fue "una magnífica fiesta hípica" decían los diarios. Asistieron las autoridades, invitados especiales y la banda del 4º Regimiento de Infantería que amenizaba la fiesta. El FCCA había dispuesto la circulación de trenes especiales con boletos que incluían el valor de la entrada al Hipódromo y desde la Estación de San Martín las calles estaban empedradas hasta el Hipódromo. Los diarios porteños explicaban cómo llegar con auto al Hipódromo desde la Capital.
La concurrencia se retiró satisfecha y alabando el estado de las pistas de tierra, el Bar y el "Restauran" y otras instalaciones. Como el municipio recibía un 10 % de los ingresos también fue un gran aporte para el Partido, que facilitó sus gastos generales y hasta compraron la Finca Granella para construir nuestro Hospital Thompson.
En 1915 se autorizó al Hipódromo de San Martín para que realice carreras de autos y la de ese año fue ganada por Eugenio Cassoulet al comando de un auto Panhard Lavasseur, un campeón que alcanzó un promedio de 136 km. por hora, récord para la época. En 1916 se corrieron el Gran Premio de Autos de Carrera en el Hipódromo de San Martín que fue ganado por Mario Filipini, quien lamentablemente sufrió un accidente fatal en la siguiente carrera, constituyéndose en la primera víctima del automovilismo argentino.
Cuando asumió el presidente Yrigoyen en 1916 ordenó cerrar el Hipódromo de Gral. San Martín por "razones morales y de buen orden". Hubo protestas y acusaciones contra los miembros del poderoso Jockey Club de Buenos Aires que pensaba construir el Hipódromo de San Isidro y decían que las carreras de caballos locales quitaban asistentes al Hipódromo de Palermo. Lo cierto es que desde 1916 no se pudieron ofrecer carreras de caballos, aunque hubo espectáculos de carreras de autos, acrobacias aéreas, motos, concursos de atletismo, etc. El Automóvil Club Argentino realizó varias carreras de autos denominadas "Campeonato de la Hora", con la participación de Raúl Riganti, Carlos Santiago y otros eximios volantes de comienzos del siglo, donde hubo que lamentar algunos accidentes fatales. Las carreras de caballos se reiniciaron en 1922 y el diario capitalino La Razón fue un difusor de noticias locales y turfísticas.
La presencia en San Martín de los turfistas fue definitiva para los tangueros, quienes eran asiduos asistentes a las carreras de caballos y a los nuevos salones de baile locales. Hablamos de Carlos Gardel, Francisco Canaro, Argentino Ledesma, Hugo del Carril y otros, quienes visitaron continuamente estos pagos y hasta invirtieron en casas y departamentos en la calle Estrada. Sin embargo, los pocos vecinos de la Villa Diehl y San Andrés se quejaban de los Stud y que los vareadores de caballo los días de lluvia paseaban sus caballos de carrera por las veredas y arruinaban las veredas de ladrillos.
En 1929 la presidencia ordenó terminar con las carreras de caballos en el Hipódromo de Gral. San Martín y el intendente Bonifacini lo llevó a cabo. Esta clausura del hipódromo colocó en difícil situación económica al Municipio que debió recortar sus presupuestos y ajustar su personal. El edificio siguió ofreciendo algunos espectáculos por unos años más, pero finalmente cerró. Hay un tango que recuerda con nostalgia el "pueblo y al Hipódromo de San Martín de entonces" cuando habla de la muerte del jockey sanmartinense Argentino Gigena, la "Milonga que peina Canas" con letra y música de cantor Alberto Gómez, que impuso Raúl Berón:

Milonga que peina canas
Y llora por San Martín,
Amianto, Niobe, Porteño,
Cordón Rouge y Pipermint

Milonga que peina canas
Y ablanda mi corazón,
Como Old Man y Botafogo,
Rico, Lombardo y Macon

Milonga que peina canas
Y ablanda mi corazón,
Como Old Man y Botafogo,
Rico, Lombardo y Macon