La personalidad de Dante Alighieri sobresale entre los
escritores inmediatamente precedentes o contemporáneos
a él. Su obra considerada como la máxima creación del
pensamiento medieval personifica quizá la renovación de
la vida intelectual entre fines del siglo XIII y principios
del XIV. Abandonó el latín por la lengua popular, el
italiano, hecho fundamental para su Divina Comedia,
puesto que llegó a un público más amplio y participativo.
Corría el año 1265 cuando en Florencia nace Dante
quien a los cinco años, en una Iglesia conoce a una niña
llamada Beatriz de quien se enamora perdidamente. Su
amada ya transformada en una bella joven se casa con
otro y muere cinco años más tarde. Dante sublimó este
amor a través del acercamiento a Dios y la purificación
del alma y le dio cuerpo en la literatura. La Divina Comedia abunda en lirismo y pasajes tortuosos. Entonces, ¿por qué llamó Dante Comedia a un texto que se dirime
entre lo ascético y lo religioso? Para el poeta, Comedia
era lo que “empezaba mal y terminaba bien”, un viaje
que comienza en el infierno y termina en el paraíso. En la
obra Dante realiza una relevación topográfica del alma, y
eso es lo que a grandes trazos conforma lo dantesco.
Los números uno y tres para el catolicismo son
simbólicos porque expresan en uno a Dios y en el tres a la
Trinidad. Así Divina Comedia es un sólo poema dividido
en tres cánticas, compuesta por 33 cantos cada una, más
el canto introductorio dan cien, con lo que vuelve a cerrar
en la unidad. Además las estrofas son tercetos
encadenados y los círculos del infierno son nueve que es
múltiplo de tres.
El poema narra el viaje de Dante desde donde se
encuentra perdido (en la selva del pecado) por el único
camino posible que es el subsuelo. Guiado por el alma de
Virgilio (quien simboliza la razón que domina los instintos)
a través del Infierno, va conociendo los pecados y los
padecimientos de diversos personajes.
El Infierno es una especie de cráter de cono
invertido por el que se desciende a través de
círculos cada vez más estrechos y dolorosos. En
los primeros círculos se castigan los pecados leves
y así en orden creciente de dolor hasta llegar al
centro de la tierra y fin del Infierno
Después de atravesar el Infierno llegan al
monte del Purgatorio donde comienzan el
ascenso. Una vez purificado, Dante llega al
Paraíso, allí se despide de Virgilio, quien ya no
podrá acompañarlo, pero sí lo hará Beatriz. Dante
ascenderá en los distintos grados de la perfección
y felicidad del Paraíso hasta llegar a la salvación
y a la máxima jerarquía, el conocimiento
completo, que se da en Dios.
Todavía hoy, su descripción metafórica del
cielo y del infierno sorprende y no deja de
invitarnos a un alto para la introspección. Será
cuestión de descubrir los caminos…
Los caminos del alma, según Dante - por María Mantován