"La cultura
tiene que ser para todo el
mundo"
Es una mujer comprometida con la vida, dispuesta a
hacer caminos y a recorrerlos. Se vislumbra en su obra, que
acrisola el paso por distintos estilos y se amalgama en uno
solo. Lo manifiesta su intensa actividad cultural más allá de
la condición innata de artista plástica. Y es una
identificación desde su propia mirada interior: “tengo el
espíritu inquieto”. Pina Poggi vive para el arte. Lo hace a
través de la pintura y de una tarea auto impuesta e
independiente a la que podemos definir como una cruzada
cultural.
“Mi necesidad siempre fue difundir la obra de los artistas.
Yo soy artista también, pero no todos los trabajadores del
arte trabajan para otros”, dice a la hora de argumentar su
labor.
¿Se puede vivir del arte?
No. Pero tengo la suerte y la bendición de practicar otras
técnicas que son más accesibles que el óleo – como el sumie,
que me apasiona –, entonces me vienen a comprar. Vendo
algo, pero no podría vivir con eso. En Europa sí se puede.
¿Por qué? ¿Hay cierto desconocimiento?
Digamos que existen otros indicadores. Soy una de los
tantos que trabajan para que la gente conozca. Muchas veces
aconsejo que no compren una reproducción, que no gasten
en una obra enmarcada que sale 500 ó 600 pesos, cuando
hay artistas que por ese dinero venden un original. Uno
tiene que concientizar a aquellos que no conocen sobre el
tema. Además, según Fernando Botero, el que sabe de arte
conoce qué obra tiene perennidad, por lo que un original
de 500 pesos termina siendo una gran inversión. Botero es
un gran artista, aunque algunos digan que utilizó demasiado
el tema de los gordos. Es una marca registrada.
¿Cuál es su marca registrada?
El trabajo de la luz. Todos hablan muchísimo sobre el
trabajo de la luz. Yo lo venía haciendo desde la abstracción.
Además, los tonos suaves hacen que el espectador se sienta
en paz. Es lo que dicen.
¿Sabe qué va a pintar cuando empieza o deja que fluya?
Tengo una idea, pero nunca termina siendo la idea
original. Además yo dibujo con el pincel, no con el lápiz.
Hago las líneas principales, entonces tengo in mente la idea.
Estoy por empezar una obra y creo, voy a hacer eso, pero
no sé si termino haciéndolo.
¿De qué depende?
De la armonía de la obra. A veces esa fotografía que
uno tiene in mente no está armónica como cuando se la fija.
La serie Transparencias del Bosque es una obra muy pensada,
muy analizada. No está hecha en forma automática. No
quiero que sea un color igual al otro, entonces cuando veo
que son iguales, espero que seque y lo sigo trabajando. Ese
trabajo de hacer las líneas, las transparencias, esos pequeños
seres, todo demanda tiempo y análisis, y debe estar dentro
de la armonía de la obra. La variante está en que lo que yo
pensé quizá, una vez plasmado, no es tan armónico. O en
ese momento la inspiración te dice que algo no va.
¿Se da cuenta si alguien
que mira su obra la interpreta
o no?
Lo que quiero saber es qué
le transmite la obra.
Imaginemos que yo puedo
pensar una cosa, quiero
transmitir algo, pero si el
receptor no siente nada... A
todos los que ven mi obra y me
preguntan qué quise decir, les
pregunto qué es o qué vieron,
qué encontraron. Si coinciden
con el mensaje mío, me parece
fantástico.
¿Y si no?
Me da igual. En este tipo de
obras es más fácil el análisis. Cuando hice pintura abstracta
me decían: “pintabas tan bien...”. Yo hacía figuración como
todo el mundo y en la búsqueda permanente que uno tiene
fui al cubismo, a la abstracción, investigué, porque tengo
el espíritu inquieto. Cuando volví a la figuración, volví a
una figuración sintética, a otra cosa.
¿Cuál es su estilo?
Es un estilo propio, copiado de nadie. Nace de esta
búsqueda, a veces hay autores que se parecen muchísimo
y eso no está ni bien ni mal. Algunos se identifican. A Ary
Brizzi lo reconoces y hay otros que copian a Ary Brizzi.
Quiero decir que está el que se identifica con su obra y el
que plagia. Creo que uno debe ser auténtico. Mi obra puede
gustar o no, pero al ser auténtica la obra vale. Tiene que
haber muchos elementos genuinos, no sólo la composición.
¿Usted con quién se identifica, a quién tomó como
referencia?
Siempre me gustó Petorutti. En mis inicios en el
cubismo, me decían que tenía una tendencia petoruttiana.
Es un artista que considero un grande, que trascendió los
límites de Argentina con su propia obra. No es un cubista
como Juan Gris, ni como Georges Braque, ni como Picasso,
ese grupo primigenio del cubismo. Y después están los más
grandes. Tuve el privilegio de ver en directo las obras de
Miguel Ángel y creo que no habrá otro como él en siglos.
Volviendo a su obra, ¿En cuál estilo se siente más
cómoda?
Yo me he sentido cómoda con la abstracción, con el
cubismo. Todo lo hago con el alma, la mente y el corazón.
No puedo pintar una obra si no es lo que siento
internamente. Por eso hablo de lo genuino y lo honesto en
la obra de arte. La honestidad está en eso, en que uno plasma
un sentimiento. Uno plasma algo que nace bien arriba, de
algo superior, que sale del corazón y se transmite por las
manos, y termina en una obra de arte, o quizás no, pero es
genuina.
UN PROYECTO AMBICIOSO
En tiempos donde la creatividad, el compromiso y la
solidaridad parecen opacados por una sociedad de hiper
consumo, por las horas de la inmediatez y la avanzada
multimediática, la cultura representa uno de los espacios
de contención y libertad imprescindibles para el
resguardo de una sociedad. Atenta a esta problemática,
Pina Poggi, como artista y trabajadora de la cultura,
presentó, a mediados de febrero del corriente año, ante
las autoridades del municipio, un proyecto para declarar
a la localidad, “Ciudad de la Cultura”.
Pina explica sintéticamente como surgió:
“A fines del ‘99 Santiago de Compostela, España, fue
nombrada Ciudad de la Cultura en Europa. Pregunté por
qué no fue París, la ciudad luz, o Roma, la cuna de la
civilización. Jorge Vilanova Mestre, de la revista Tesoro
Público de Barcelona, me respondió: - simplemente se
adelantaron. Lo hicieron todo: lo propusieron, lo declararon
y es la Ciudad de la Cultura Europea -. A mi regreso hice
una investigación a partir del contacto que tengo con gente
de la cultura y personalidades de diferentes municipios, para
chequear qué actividad cultural se desarrolla en cada uno.
Finalmente la propuesta la elevé en al año 2000 y volví a
presentarla en febrero de este año”.
¿Cuál es el objetivo del proyecto?
Llegar a un Observatorio cultural con el apoyo de las
instituciones. Primero se debe hacer un censo. De allí va a
salir una red desde el municipio para que todos puedan
publicar sus actividades, como un portal virtual. A partir
de todo eso se hace el Observatorio cultural, que tiene una
visión más amplia e importante. Allí también entra la ley
de Mecenazgo (N. de R.: Establece la creación de un marco
legal para incentivar las inversiones en proyectos, programas
de desarrollo, capacitación y acciones culturales, tal como
sucede en otras partes del mundo), que el Senado no aprobó
en Capital. Sería importantísimo que fuésemos punta en
esto. Es la idea de Omar Álvarez, del Centro Cultural
Espacios. Todo va sumando.
¿Piensa que la cultura es elitista?
La cultura es una, es universal, heterogénea y tiene que
ser para todo el mundo. No hay una cultura de elite, aunque
en cierta forma lo es.
Pero no debe ser así. Hay
que despertar el interés
en el otro. Por ejemplo,
yo hago visitas guiadas
para las escuelas en el
museo. Entonces les
explico algunas obras y
después los hago trabajar
con los docentes de
plástica. Esto lo vengo
haciendo hace muchos
años.
¿Se trabajará con especial énfasis en las zonas donde el
desarrollo cultural es menor?
El énfasis será igual para todo el partido. Todos tienen
que participar, hasta las Sociedades de Fomento. Es una
manera de acercarnos, comunicarnos y crecer a través del
amplio marco que conforma la cultura. Siempre aposté a
eso. No tiene que ser solamente para San Martín centro,
Villa Ballester o Villa Maipú. Sumar a todos haría una red
maravillosa, por tradición y por la historia de San Martín.
También sería interesante generar un circuito turístico, un
circuito cultural, - sueño con ello -. Las posibilidades son
infinitas.
Pina Poggi es simplemente una mujer que viene
trabajando desde hace veintiocho años pro cultura. Dice,
hace y difunde cultura…que no es poco.
PERFIL
Artista plástica. Directora Fundadora del Museo de Artes Plásticas
de General San Martín, de la Asociación Música en San Martín.
Presidente de la Asociación Cultural Sanmartiniana. Vicepresidente
primero de la Asociación Música en San Martín. Miembro fundador
y Presidente de la Comisión de Cultura de la Casa y Mutual
Universitaria de San Martín. Pro tesorera de la Sociedad de Estímulo
de Bellas Artes de Buenos Aires. Miembro fundador de la FUNSAM
y miembro de la Comisión Honoraria Municipal de Preservación del
Patrimonio Cultural e Histórico del Partido de Gral. San Martín.
Entrevista a Pina Poggi - por Aldo Ferrante (periodista)