
En una primera instancia pareciera
que traducir no es más que trasladar una
palabra de un idioma a otro sin mayor
conflicto que buscar en un diccionario
los términos complicados. Sin embargo,
Borges, quien tradujo del inglés obras de
Joyce y de Faulkner, siempre reconoció
con admiración el creativo trabajo de
traducción que se hiciera de sus obras al
inglés valorándolas como obras literarias
en sí mismas ya que reconocía el arduo
trabajo de re-creación que implica una
traducción literaria.
Tradicionalmente la traducción se
hacía en forma literal, es decir, palabra
por palabra. Se imaginan lo que pasaría
si traducimos al inglés nuestra vieja
expresión “andá a freír churros”, muy
usada por mi mamá por cierto cuando
le agotábamos la paciencia. No sólo un
anglosajón no tiene ni idea de lo que es
un churro, sino que además aunque el
traductor se las ingeniara para explicárselo,
la expresión nada tiene que
ver con ir a freír nada tampoco. Por lo
tanto cualquier traducción literal
carecería de la intención del autor al usar
dicha frase.
Todos los idiomas poseen expresiones
idiomáticas que han sido transformaciones
o deformaciones del lenguaje.
Algunas son tan viejas que ya se ha
olvidado de donde provienen. De otras
se conoce el origen y cuentan historias
muy interesantes, como la expresión
“tirar la cadena” que aún se usa hoy en
día sea cual fuere el sistema del baño.
Estas expresiones de uso corriente y
popular no sólo son propias de cada
idioma sino que además son
circunscriptas a cierta
región en la mayoría de los
casos. Es decir que inclusive
dentro del mismo idioma una expresión
corriente de Chile puede ser ininteligible
para un argentino. Estos problemas
solían ser frecuentes en el doblaje de
películas. Éstas eran dobladas en su
mayoría en México para toda
Latinoamérica, como Shrek donde
encontramos expresiones tales como “¡Quiero que me apapachen!”
totalmente carente de sentido para
nosotros los argentinos. Es por eso que
este mercado ha tendido al uso de un
español neutro. Y hasta más recientemente
se han realizado versiones con
actores argentinos adaptando las frases
a nuestros localismos para
el mercado nacional, como
fue el caso de las películas
animadas Los Increíbles y
Cars.
Pero volviendo al tema
de la traducción literaria, si
analizamos, por ejemplo, la
expresión del inglés out of the
blue y hacemos una traducción
literal sería algo así
como “fuera de lo azul” o
quizás “desde lo azul”. ¿Y
esto qué significa para un
lector de habla española?
Nada. Y ciertamente nada
tiene que ver con el sentido
que quiso darle el autor ya
que la frase significa algo así
como “de repente”, “inesperadamente” o “como proveniente de
la nada”. He aquí el importante rol del
traductor: conocer el idioma del texto
original (lengua fuente) de forma casi
nativa para estar alerta a este tipo de
usos de la lengua y que preferentemente
que la lengua a la que está traduciendo
ese texto (lengua meta) sea su lengua
materna para poder reemplazar dichas
expresiones por otras de equivalente
sentido aunque literalmente no tengan
nada que ver. Como por ejemplo, el
dicho It is the early bird that catches the
worm, que literalmente sería: “es el
pájaro tempranero el que atrapará la
lombriz”, y que en realidad equivaldría
a nuestro dicho: “Al que madruga Dios
lo ayuda”. O bien si no se encuentra una
frase equivalente, el traductor debe
poder explicarla manteniendo el sentido
que le quiso dar el autor.
Pero no crean que la única dificultad
que se le presenta al traductor es cuando
encuentra expresiones idiomáticas,
dichos o proverbios, para los cuales hoy
existen diccionarios al menos para los
más tradicionales. Esta misma dificultad
se encuentra en la construcción de cada
frase para que no suene tan artificial tras
la traducción. Un típico ejemplo de esto es el uso de los adjetivos que en inglés se
ponen delante del sustantivo, a beautiful
girl, y en castellano deberían ponerse
detrás del sustantivo, una niña hermosa.
Sin embargo, la inversión ya no nos
resulta tan extraña hoy gracias a la
globalización.
Asimismo considerando que existen
diversas maneras de decir lo mismo y que
la riqueza de un texto radica en la
elección de las palabras y expresiones,
es doblemente importante la elección de
términos que haga el traductor. Dicha
elección deberá ser fiel al clima que
intencionó el autor respecto de las
palabras tanto como de los silencios,
recreando metáforas y hasta ironías y
juegos de palabras en lo posible.
Imagínense lo que sucede con la
traducción poética cuando a estas
dificultades se le suman la métrica y la
rima que llevan los versos y a las que hay
que respetar tanto como a las metáforas
ya que decididamente condicionan el
clima de un poema.
Pero entonces, ¿cómo ha de sonar el
texto nuevo resultante de la obra
traducida? ¿Cómo una traducción o
como un texto propio de su lengua? Ésta
es la importante decisión que debe tomar el traductor: ser fiel a las palabras o ser
fiel al sentido. La respuesta parece casi
obvia hoy en día, fiel al sentido, pero
déjenme decirles que llevó años de
debate y aún hoy la cuestión de cuanta
libertad se puede tener en la traducción
de un texto crea cierta controversia.
Es así que aquellos lectores que
sufren por no poder leer a Shakespeare
o a Faulkner en su lengua materna
esperan que el traductor sea una persona
apasionada por poder transmitir
fielmente la intención del autor. Y es ésta
la importante misión del traductor, que
siendo un enamorado de las palabras,
pone toda su creatividad al servicio de
la traducción y humildemente se
enorgullece de poder construir ese
puente entre el lector y el autor con la
más absoluta fidelidad. Y convirtiendo
así su traducción en un trabajo de recreación.
Un ejemplo que ilustra lo dicho
anteriormente es la traducción de esta
canción del conocido cantante británico
Elton John. A continuación está la
versión original en inglés y una
traducción literal (es decir palabra por
palabra) que hemos hecho de la misma.
Lean ahora la versión en castellano
que canta Pedro Aznar, que
si bien en una primera
instancia no parece una
traducción literal fiel,
perciban si no transmite un
sentimiento mucho más
genuino, inclusive sin
necesidad de entender la
versión original en inglés.
Creo que el lector u oyente,
la canción es preciosa, puede
identificarse mucho más con
la letra de esta segunda
traducción que logra transmitir
más efectivamente los
sentimientos de la versión
original.
Sorry seems to be the hardest word
What have I got to do to make you love me?
What have I got to do to make you care?
What do I do when lightning strikes me
And I wake to find that you’re not there?
Ésta es la traducción literal de la canción:
Perdón pareciera ser la palabra más difícil
¿Qué tengo que hacer para hacer que me ames?
¿Qué tengo que hacer para hacer que te importe?
¿Qué hago cuando el rayo me pega
y me despierto para encontrar que no estás allí? |
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Ya no hay forma de pedir perdón
(recreación por Pedro Aznar)
¿Cómo voy a lograr que aún me quieras?
¿Cómo lograr que quieras escuchar?
Cuando este fuego me desvela
pero despierto solo una vez más.
¿Cómo lograr verte de nuevo?
¿Cómo he de recobrar tu corazón?
¿Cómo aceptar que todo ha muerto
y ya no hay forma de pedir perdón? |
La traducción como recreación / por Ximena Espinosa (Profesora de Inglés / Traductora)