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Crónica

El General y la niña

Nelly Liguori - Santa Teresita, Pdo. de la Costa

El General y la niña

 

EL 2 de agosto de 1823, Remedios Escalada de San Martín muere en la ciudad porteña. El 4 de diciembre siguiente, tras catorce días de viaje, San Martín le rinde homenaje con la siguiente inscripción en su tumba: “Aquí yace Remedios de Escalada, esposa y amiga del general San Martín”. Hostilizado por muchos y en desacuerdo con su suegra doña Tomasa, por la educación harto regalona que recibía Mercedes, toma la decisión de hacer una segunda travesía: la que lo llevará al ostracismo definitivo, aunque él nunca lo concibió como tal. El 10 de febrero de 1824, padre e hija se embarcan con rumbo a Europa, en el navío francés “Le Bayonnais”
La educación de Mercedes es idea fija, casi obsesiva, para su padre. Acerca de cómo había encontrado a la niña al regresar a Buenos Aires, hará en 1828 esta confidencia a Manuel de Olazábal: “¡Qué diablos!, la chicuela era muy voluntariosa e insubordinada, ya se ve, como educada por la abuela”. Mientras navegan, se muestra tan severo, (quizá para eliminar prontamente la inconducta), que Merceditas “lo más del viaje lo pasó arrestada en el camarote”. Ya en Europa e internada la hija en un colegio inglés, del que más adelante pasará a otro sitio en el continente, el Libertador dedica a su educación la mayor parte de los pocos bienes con que cuenta por entonces. Pero no solamente el dinero, sino, también, sus meditaciones. Si para los granaderos había dictado un severo reglamento con mucho de pedagogía castrense, para mejor formar a Mercedes, redacta en 1825 las célebres once máximas que él tendrá por objetivos y a cuya lectura recurrirá para hacerlas realidad. A medida que el tiempo transcurra y vea concretarse el éxito deseado, San Martín se referirá al asunto una y otra vez. Así, escribirá a Guido: “Cada día me felicito más de mi determinación de haber conducido mi chiquilla a Europa y arrancada del lado de doña Tomasa; esta amable señora, con el excesivo cariño que la tenía, me la había resabiado, -como dicen los paisanos- en términos que era un diablotín. La mutación que se ha operado es tan marcada como la que ha experimentado en figura. El inglés y el francés le son tan familiares como su propio idioma, y su adelanto en el dibujo y la música son sorprendentes. Ud. me dirá que un padre es un juez muy parcial para dar su opinión, sin embargo mis observaciones son hechas con todo el desprendimiento de un extraño, porque conozco que de un juicio equivocado pende el mal éxito de su educación.”

Amor a la verdad y odio a la mentira.
Respeto sobre la propiedad ajena
Acostumbrarla a guardar un Secreto.
Amor por la Patria y por la Libertad.

Enfatizan algunas…


 

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