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LITERATURA EN APUNTES

 

Jeanette Winterson

 

Ana Zamulko

 

Toda una pregunta. Una pregunta que puede ser de gran utilidad para definir a la persona que la formula…
Y es el título de uno de los últimos libros publicado por la escritora inglesa Jeanette Winterson, nacida en Manchester en 1951.
Su primera novela, Fruta prohibida, se publica a los 24 años. En 1985 es premiada con el Whitbread Award a la mejor primera novela y luego llevada al cine por la BBC. En ella relata el vínculo complejo que padece con su madre adoptiva y el descubrimiento de su elección sexual, su primer amor con una amiga de la iglesia.
Publica La Pasión en 1986, Espejismos en 1989, el libro de ensayos Art Objets en 1995, The Powerbook en 2000 y La niña del Faro en 2004.

Escrito en el cuerpo, de 1996, expresa con profundo desgarro y una poética bella y salvaje el tránsito a través del amor, la enfermedad y la muerte de su compañera: “... Rescátame. Cógeme al vuelo, deja que me aferre a ti, que te rodee la cintura con los brazos, que cabecee contra tu espalda. Tu olor me invita a dormir, puedo enterrarme en el cálido edredón de plumas de tu cuerpo. Tu piel sabe a sal, sabe ligeramente a cítricos. Cuando te paso la lengua por los pechos dejando una línea húmeda noto el imperceptible vello, el fruncido de la aureola, el cono del pezón. Tus pechos son colmenas derramando miel. Soy una criatura que come en tu mano...”

Leí y releí ¿por qué ser feliz…? varias veces. Jeanette Winterson cuenta su vida. El proceso de su adopción, los padres adoptantes, la casa pobre, la calle, el barrio, la ciudad. Y como el zoom de una cámara lúcida y sensible la Inglaterra de los años sesenta.
Winterson camina la historia del país mostrándonos, para la propia reflexión, que lo que acontece en nuestra cocina a la hora que nos sentamos a comer nos determina tanto como los cambios sociales, políticos, económicos que se suceden mientras crecemos y construimos nuestra propia historia.
Tal vez lo más significativo para el lector es el ping pong que se desarrolla a lo largo del libro y por ende de la historia de Jeanette, entre cada experiencia dolorosa y su rescate de lo positivo que puede obtenerse de ella. “…de niña me pegaban, así que pronto aprendí a no llorar…”
Lo que llamamos de ordinario mirar el vaso medio lleno o medio vacío. Y creo que es lo que determina qué hacemos con la vida que nos toca vivir. “…si me dejaban fuera de casa toda la noche, me sentaba en el peldaño de la puerta hasta que pasaba el lechero, me bebía las dos botellas, las dejaba vacías para enfurecer a mi madre e iba caminando al colegio…”
Oraciones breves y contundentes como trompadas. Metáforas bellas que conectan la historia, la mitología, la literatura mirada a través de distintos géneros con cada hecho producido por el afuera. El afuera hostil son los padres adoptivos, la religión, la escuela, y en medio de tantos dolores la búsqueda del amor. Como un laborioso y obstinado albañil va construyendo su personalidad. Durante todo el desarrollo del libro pone en valor el rol que juega la literatura como puerta de acceso a todos los mundos posibles que crearon otros, tal vez tan necesitados como ella de sanar el alma cuando la realidad es más dura de lo soportable.
El otro hilo conductor de su historia es la búsqueda de la identidad: “…pero la adopción te hace caer en la historia después de que haya empezado. Es como leer un libro al que le faltan las primeras páginas. Es como llegar cuando ya se ha abierto el telón. La sensación de que falta algo no te abandona nunca, jamás; y ni puede ni debe hacerlo, porque falta algo.”

También esta búsqueda se extiende a través de los distintos momentos de su vida, atravesada por el dolor, la soledad y el miedo que todos sentimos cuando debemos enfrentarnos a ese secreto fantasma que a muchos nos habita. Y siempre será rescatada por la amistad y el amor.
No contaré el final de esta novela, sí digo que el mundo está habitado por muchos seres como esta Jeanette, paradas frente a la vida exprimiéndola hasta sacarle sus mejores jugos para alimentarse de ellos. Y para esto no siempre conviene ser normal.
Por ahí leí también que se lo considera un libro de autoayuda. Puede ser. Todo sirve…

Jeanette Winterson

 

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