De cómo construir un Mundo Fantástico
Pintar también es una ficción.
Sicodrama, una escena espontánea
Albert Espinosa, el Ingeniero Amarillo de Pulseras Rojas
Norberto E. Mattarana
El escenario era mi propia alma.
…aparecieron sentimientos no expresados...
Hay un misterio que no se explica, nos toma.
Llegamos al salón y nos sentamos alrededor, sobre almohadones, en el piso. El coordinador del grupo (Juan) comienza su tarea para ayudarnos a que cada uno de nosotros logre su propio “darse cuenta”.
Los interrogantes más comunes: ¿Por qué? y ¿Cómo?
Sabemos que el acto reemplazará a la palabra. Drama etimológicamente es acción.
El caldeamiento, realizando juegos con la intervención activa del cuerpo, nos ayuda a dejar el afuera y entrar a un estado de espontaneidad.
Se presentan episodios vividos por quien los narra que necesitarían resolverse, aclararlos, comprenderlos, quitarlos de la geografía de la inquietud. Elegimos uno de ellos. Juan, sobre un lateral del salón, limita el espacio dramático en el que se desarrollará la escena. Caminando su interior, acompañado por el dueño de la misma, éste describe sucintamente como se conforma el lugar donde sucedió. Luego elije entre los compañeros quiénes representarán a los personajes y los ubica donde deben colocarse. Mediante sucesivos “doblajes” le muestra a cada uno el rol a desempeñar. Sin aclaraciones explicativas cada uno aprehende el argumento.
Se inicia la escena. Juan según su percepción comienza a desarrollar el lenguaje sicodramático utilizando las herramientas del mismo. Pide una “inversión de roles” y el papá pasa ser hijo y el hijo papá. Un “soliloquio” y alguien expresa qué le está pasando en ese momento. Un “doblaje” y alguien parado detrás de un compañero se expresa como si fuera una voz interior de él. Se cambian de lugar los personajes. Se modifican algunos parlamentos. No se expresan ideas o aclaraciones sino sentimientoso sensaciones. Se realiza un “entre” y alguien comienza a desplazarse por los espacios vacíos, expresándose verbalmente, llenándolos de significantes.
El grupo se interrelaciona en un acto creador. Hay un otro que me contiene: puedo sentir tranquilamente desde mi perspectiva.Quien prestó su escena siente que se la han robado, que ya no le pertenece. La dinámica grupal desafía a la imaginación. El juego dramático inhibe el miedo al ridículo, el temor al descontrol, el prurito a exhibirse. Todo lo que pasa está ahí en el espacio sicodramático, también mis resistencias. El “clima” se corporiza en todo el salón desde la escena a los espectadores. Se torna tangible. Un todo que nos lleva al “in sight”. La escena se recrea las veces que Juan lo considere necesario para poder llegar a una resolución terapéutica. Por último la da por terminada y los actores vuelven a ocupar su lugar en los almohadones.
La fantasía interpreta y expresa lo vivido según lo hayamos incorporado a través de nuestra propia historia. Comienza la “multiplicación”: Cada uno sólo o con quienes necesite crea pequeños flashes escénicos, brevísimos, rápidos. Toma al compañero, le explica cómo será la escena, saltan al escenario, se expresan y vuelven a sentarse mientras otro ya está reemplazándolo. Las escenas tienen un ritmo loco y a veces son totalmente desconcertantes. No debe ser una creación razonada sino sentida. Los conflictos se mezclan. Lo que parece un caos es un orden alternativo que nos puede llevar a una catarsis inmediata o a una producción postergada.
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