Pueblo Espejo
por Lola Caloiero
ntes lo llamaban Pueblo Espejo. Hoy lo llaman Pueblo Espejo. Dicen que era uno. La ruta que une el norte con el sur los dividió. La Travesía, quién pudo pensar ese nombre. Dicen que es por la hostilidad del camino, la soledad, la sal, la nada. Ellos, los del otro lado viven de la sal. Nosotros del Hotel. Hace años que nadie se hospeda, pero insisten en mantener limpias las ventanas, las sábanas, la vajilla. Ellos son solo espectros. En nada se parecen a nosotros. Creen en la noche del Asco Matinal. Son espectros estúpidos. No conocen los tornados.
El llano tiene sus ciclos. Dicen que todo comenzó con la construcción de la ruta. Dicen que el cielo se vuelve rosa y todo gira. Ellos pasan de este lado, nosotros del otro. Faltan un par de horas. Hay que tapiar las ventanas. Hoy es la noche del Asco Matinal. Siento pena por ellos. Los veo tapiar las ventanas. Son las horas previas. Corren despavoridos en cuanto ven el rosa del cielo. No conocen los atardeceres. Hace tres años encontré estas palabras “Estoy viva” ya escribí mi respuesta “Yo también”. Dicen que los otros se nos parecen, tanto, que si llegásemos a encontrarnos el equilibrio… Creen que no pueden mirarnos a los ojos. Creen que así les robamos el alma. Fue hace muchos años atrás. La hija del dueño del hotel. Ella no llegó a refugiarse. Encontraron unas palabras “Estoy viva”. No tengo miedo. Hoy es la noche del Asco Matinal. Sé qué lugar ocupar. Lo más lejos del refugio. Quiero ver qué hay del otro lado. Dicen que no los tengo que mirar a los ojos. Ella está viva… Lo más desagradable de esta noche es el olor fétido que nos llega del otro lado de la ruta. ¿La ruta? Está ahí, indiferente a nosotros. Accidentes. Coches volcados. Leyendas… La Travesía dividió al pueblo. Nos separó de ellos. Antes éramos uno. Vivíamos de la sal. El reporte meteorológico ya lo anunció. Tal vez no llegue a ser tan fuerte como la última vez. Corro. El rosa nace en el sur. Al lugar que nunca viajamos. Sí como siempre los vientos fríos llegan del sur. ¿Acaso no es maravilloso sentir esta fuerza? Todo gira. Se me revuelven los pelos. “Estoy viva” grito. Las palabras. Ella ya llegó. Me cuesta caminar. Es tan fuerte. Todo gira. Fue un error. “Estoy viva” grita con tanta fuerza. “Yo también” grito, cada vez sopla con más fuerza. Estamos en el ojo de la tormenta. Todo gira. La sal, las ventanas, la ruta. Ella y yo. Es raro. No quiero mirarla a los ojos, pero ellos tienen vida propia. Ella sonríe, así como yo la hacía antes. Sus ojos me asustan, miran así como yo lo hacía antes.
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