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Claudia Elizabeth Soler *
Estudiaba teatro, y mi maestro Miguel Cavia me avisa de una función de títeres; que por supuesto fui a ver y quedé impactada. En ese momento mi actriz quedó relegada y comenzó a aparecer la titiritera. Comprendí rápidamente que un títere es capaz de lograr casi cualquier cosa, más que un actor. Yo me olvidé por completo de esas personas que estaban detrás de esas cabezas; (porque los títeres eran solo cabezas) y me contaron una historia maravillosa (como si fuera poco, estaba viendo “La vida es sueño” de Calderón de la Barca).
Esos pequeños objetos con todas sus limitaciones de movimientos son capaces de llegar a lo más profundo de cada uno de nosotros, por supuesto que no se puede lograr nada de esto, si atrás no hay un titiritero comprometido.
Erróneamente (para mi apreciación personal) se cree que estos muñecos son solo para niños, y no. Alguna vez escuché en una de las clases de la facultad al maestro Mauricio Kartun decirnos, que el títere cautiva al espectador incauto, a ese que lleva al niño, y se maravilla al observar…
Creo firmemente en eso, y creo que todos somos capaces de interpretar un títere y/o objeto. Para los niños esto es lo más natural, desde el hacerlo hasta creerlo, para los adultos y con los prejuicios y la sociedad con sus reglas (hay que ser serio) es más difícil.
Es en ese momento comencé un caminito de hormiga para acercar el mundo de los títeres a los adultos. No hay nada más fascinante que ver como una persona adulta puede ponerse a jugar con un muñeco, sus propias posibilidades expresivas y los del objeto.
Hace unos cuantos años, y gracias a Miguel Cavia y su confianza, ofrecí un taller de construcción e interpretación de títeres para adultos, en un espacio que me ofreció dentro de sus clases. Para mi sorpresa la convocatoria fue estupenda, cada participante aprendió a realizar su muñeco (un títere de manipulación directa de mesa) y construyó una historia. En el inicio eran muñecos torpes realizados con papel (también me interesa el tema del reciclado y la reutilización por eso el material) y rápidamente aparecieron verdaderos personajes con todo un mundo por contar (también los participantes construyeron sus escenografías; vestuarios, etc.…)
Durante el proceso los alumnos se conectaron de otra manera con su propio cuerpo, (desde la técnica que enseño, para mí lo primero es entender el movimiento para transmitirlo al objeto) con el juego, (algo fundamental para un titiritero y actor) si no nos animamos a jugar a “No ser yo” difícilmente logremos crear un “otro”.
En el taller se trata de venir a poner el cuerpo, de jugar, dejar la sociedad afuera y vincularse con uno mismo, con el grupo de trabajo y con su propio objeto. Como técnica, cualquiera que elijan los integrantes es válida; de mesa (son muy parecidos a los muñecos) de guante o retablo, bocón, marioneta o simplemente un objeto inerte, que cobra vida por un titiritero.
Exactamente en el último taller hicimos foco en eso y el resultado fue precioso. Un guante era un compadrito tanguero, una profesora de química que asistía al taller le dio vida a unas moléculas que usa en sus clases, y un pedazo de telgopor flexible (de esos que se encuentran en las calles) fue una nave espacial que conquistaba universos y al público presente…
El títere es un mundo de infinitas posibilidades, y lo podés llevar adentro de una mochila y hacer maravillas en cualquier lado. También algo que ocurrió producto de estos talleres que surgió una pequeña salida laboral, ya que aprender a construir títeres y la posibilidad de venderlo e incluso montar un pequeño espectáculo…
¿Por qué los títeres? Porque creo es fascinante… y también (esto alguna vez se lo escuché al maestro Docampo en otra clase) porque no importa la edad o silueta que tengas, con un títere adelante, tenés la posibilidad de interpretar un ogro, un perro o una hermosa princesa…
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* Claudia Elizabeth Soler: Bachiller en Ciencias Sociales. Especializado en Trabajo Social. CENS 453. Intérprete de Lengua de Señas I y II. UNSAM. Diplomatura de Teatro, Títeres y Objetos. Profesora titular de teatro en 6 grado, en escuela “La Salle” en el partido de San Martín. Directora del Grupo “Producción Teatral” de niños y Jóvenes, que depende de la Comedia Municipal de Gral. San Martín. (Realizando también la tarea de adaptación de los textos teatrales utilizados).
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