Avatares Letras

Claudia Feld y El Mano Negra

Edith Migliaro *

Este cuento narra una parte de la vida de tres jóvenes indigentes que sobreviven con lo que recogen en la basura. Tres posiciones distintas ante la miseria: el joven que encuentra un brazo humano, sin ningún temor, lo toma como un trofeo, en ningún momento piensa si es un desecho patológico, un crimen que es ocultado allí, solo lo ve como un hallazgo, un tesoro. El otro más conectado con la realidad está preocupado por cuidar a su hermanita. Y ella que recoge del basural una zapatilla de baile rosa, sueña algo seguramente mágico. Hasta que son atacados por otros indigentes.
Pobres contra pobres, una situación que se repite en esta sociedad devastada por la desigualdad de oportunidades a la educación principalmente.

Son marginales, según Carlos Ayala Ramírez: pobreza es tener escasez de todo, incertidumbre, es no saber si se tiene para mañana.
Mayra Arena (una chica que logró salir de la miseria) en un reportaje donde explica “Qué tienen los pobres en la cabeza”. Nos asoma a esa parte de la sociedad que vemos pero no miramos, por esa falta de principios, de ética, o de algo muy básico como el sentido común en una sociedad consumista cuyo telón de fondo es una historia de miseria, hijos de pobres, nietos de pobres, padres de pobres sin ninguna posibilidad de superación y convengamos que en muchos casos con rencor, odio a los que tienen e incapacidad intelectual para por lo menos intentar cambiar la historia. Los pobres son marginales no pueden evitarlo y la sociedad, los sucesivos gobiernos los mantiene ahí sin remordimientos. Un estado ausente, sobre todo, ausencia educacional.
Así son llevados por del deseo de poseer objetos que representen pertenecer, ya sea zapatillas o celulares u otras cosas que puedan ostentar y demostrar que son parte de un mundo que los excluyó. Y para obtener esos objetos utilizan cualquier método, vivir o morir es igual. Trabajar (si consiguen), robar, matar, la violencia empieza a ser una forma de venganza. La vida no vale nada, ni la suya y menos la de los demás. Los objetos de sus deseos son más importantes. No tienen nada que perder. También se los señala por tener muchos hijos, y los tienen porque les da sensación de pertenencia, nadie les puede impedir que los tengan y cada hijo es también solo otra vida, no pueden pensar en consecuencias, ni obligaciones, son actos de rebeldía pueden tener hijos y los tienen. La droga los absorbe, con ella se evaden de la realidad que no pueden comprender.
Este escenario por el que deambulan las ilusiones – aspiraciones y espacios vacíos de tres pequeños protagonistas, se presenta en los diálogos descarnados donde cada uno de ellos va definiendo su día, su sobrevivencia si es que al final del mismo, se mantiene. Directo, crudo, por momentos sórdidos, duele y a la vez, curiosamente la escritora imprime en el relato cierta poética que nos lleva a ir y venir por el mismo.
Un cuento testimonial que expone una situación que sucede aquí y ocurre en menor o mayor escala ocurre en toda América Latina y con otras características en todo el mundo ni qué decir de África , Asia y también en Europa.

Claudia Feld

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* Edith Migliaro: Cursó estudios de Filosofía, es bachiller con orientación docente. Lee y escribe desde siempre. Cuentista y poeta. Ha publicado trabajos en ambos géneros en Antologías, revistas literarias y periódicos culturales. Entre sus publicaciones: Descalzos en la lluvia. Detrás del espejo. A bordo del Viento. Transparencias. Vínculos Secretos. Participa desde el año 2008, en la Feria Internacional del Libro de Bs. As.

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marta rosa mutti

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