Apuntes Literarios
 

Wiracocha

La poesía en lengua quechua

Kusi ñawillaykin paqarichum,
q qoñi samayñiykin mayrarichum
(1)

Ruma-Simi (habla de la gente) es el nombre que en lengua quechua recibe este idioma. El mismo era hablado en el Tawantinsuyo por no menos de dos millones de habitantes que vivían dentro de un régimen colectivistaagrario y bajo la autoridad de un emperador absoluto; régimen que puede resumirse en el dicho del gran Túpac- Inca-Yupanqui: “El pueblo a sus oficios, y el gobernar para los nobles”.
En esta lengua existe una vasta producción de raigambre precolombina, aunque no siempre compuesta antes de la llegada de los españoles a las tierras del actual Perú (téngase en cuenta que no tuvieron una escritura propiamente dicha; los quipus constituyeron un método de contabilidad y, quizás, una ayuda-memoria para las narraciones).
Sin embargo, la tradición oral permitió que varios cronistas dieran testimonio acerca de la existencia de esta literatura y su vigencia en la sociedad incaica. En tiempos precolombinos, la producción literaria estuvo a cargo de personajes destacados de dicha sociedad: los harawicus, poetas populares y los amautas, filósofos eruditos, más ligados a la clase aristocrática.
Debido a que una gran parte de esta literatura daba cuenta de su cosmovisión y creencias religiosas, fue eliminada por el clero europeo.
No obstante, varios cronistas testimoniaron acerca de cuán importante fue la poesía para este pueblo, generalmente acompañada de música y danza. Estos autores no sólo se refieren a la existencia de los mencionados poetas, sino que también transcribieron algunos poemas; únicos que pueden considerarse auténticamente producidos en épocas anteriores a la influencia española. Santa Cruz Pachacuti al contar cómo Apomanco Capac celebró una buena señal, lo refiere así: “…se paseó con alegría, y comenzó a cantar el canto de chamaiguarisca, de pura alegría”.
El Dr. R. Porras Barrenechea, que estudió estas manifestaciones literarias, reconoció, en primer lugar una “poesía mística” (haylli) cuyas notas características serían, mezcla de hechos reales y maravillosos, presencia de “indicios históricos” y espíritu optimista de la vida. En la misma, los cerros y las piedras (huacas) son dioses; el trueno, un golpe de un dios enojado en el cántaro de agua de una doncella astral; los astros, vasallos del Sol y la Vía Láctea, es el río luminoso. Este autor da cuenta también de la existencia de taquis (cantos) dedicados a expresar la alegría colectiva, expansiva y glorificante de la vida y el trabajo, que después de la Conquista se volvió melancólica. Recoge diversas variedades líricas: el araui o harawi (actual yaraví) que no podía cantarse sin la quena, estuvo casi siempre referido a la naturaleza y al amor. Los wawaki eran diálogos entre los guardianes nocturnos del agua utilizada en las sementeras. Los wanka eran las elegías y los huaynus; poemas líricos en los que se fusionaban el canto y la danza alegórica.
El siguiente fragmento inicial de un poema de 28 versos(2), ilustra algunos de los aspectos señalados para la lírica quechua precolombina:

¿Qué suerte adversa nos separa, mi reina?
¿Qué barreras, mi princesa,
nos dividen?
Hermosa mía, porque eres flor
de Chinchircoma
en mi mente y en mi corazón
te llevaré.


(1) Himno Wiracocha: “Que la alegría de tus ojos/ venga en el alba/ que el calor de tu aliento/ venga en el viento.”
(2) Transcripto por Guamán Poma de Ayala.


La expresión verbal de los pueblos originarios de América III - por Yolanda Peretti (Licenciada en Letras Modernas)