Justificación de la mujer de Putifar.
¡Qué destino: Putifar eunuco, y José casto! (Marco
Denevi)
Cláusula III
Soy un Adán que sueña con el paraíso, pero siempre
me despierto con las costillas intactas. (Juan José Arreola)
La mujer
Un hombre sueña que ama a una mujer. La mujer huye.
El hombre envía en su persecución los perros de su deseo.
La mujer cruza un puente sobre un río, atraviesa un muro,
se eleva sobre una montaña. Los perros atraviesan el río a
nado, saltan el muro y al pie de la montaña se detienen
jadeando. El hombre sabe, en su sueño, que jamás en su
sueño podrá alcanzarla. Cuando despierta, la mujer está a
su lado y el hombre descubre, decepcionado, que ya es suya.
(Ana María Shua)
La sombra
Después de vueltas y más vueltas ha vencido al terco
viento. Debajo de la copa de un frondoso y abigarrado pino,
encuentra su lugar.
Confiada se entrega al esperado reposo. Ahora sólo le
queda aguardar la llegada de la lluvia.
Ignora, esta semilla, que allí, sólo caen agujas verdes,
finas y lacerantes. (Marta Mutti)
Lección
Llegué a casa furiosa. ¡Había perdido una hora en el
puesto de verduras! Encendí la cocina de inmediato y preparé la comida. Había que ganar tiempo. Tendí el mantel
de un tirón sobre la mesa. Cuando estaba disponiendo la
vajilla, de golpe se apareció. Para que aprenda, no le serví
ni un rábano. La muy fresca, volvió al reloj sin chistar.
(Marta Mutti)
Este tipo es una mina
No sabemos si fue a causa de su corazón de oro, de su
salud de hierro, de su temple de acero o de sus cabellos de
plata. El hecho es que finalmente lo expropió el gobierno y
lo está explotando. Como a todos nosotros.(Luisa
Valenzuela)
Historia antigua
Los sitios que hemos conocido no pertenecen
tampoco a ese mundo del espacio donde los situamos para
mayor facilidad. Marcel Proust.
Hace años que el hombre se casó y hace años que el
hombre es infeliz en su matrimonio. El hombre vive en
Buenos Aires y pasa el tiempo, o intenta que el tiempo
pase, pensando en el Imperio Azteca. El hombre está
obsesionado por el Imperio Azteca desde que su maestra,
hace tanto, tanto tiempo, le explicó todo sobre el tema. El
hombre llega a la conclusión de que es más fácil salvar el
Imperio Azteca que salvar su matrimonio, y entonces decide salvar el Imperio Azteca. El hombre se sienta en su sillón
favorito frente a una ventana desde donde puede ver la
jaula de los leones en el zoológico de enfrente, se queda
dormido y se despierta en medio de una jungla, en la
península de Yucatán. El hombre ha retrocedido en el
tiempo y no tarda en encontrarse con un azteca que le señala
el camino a Tenochtitlán después de caer de rodillas. El
hombre descubre que habla azteca bastante bien y que su
barba rubia lo hace parecido a Quetzalcoatl, el dios que los
aztecas vienen esperando desde hace siglos. El hombre
descubre que ha llegado a México diez años antes que
Cortés. Entonces se le ocurre la manera de salvar el Imperio
Azteca. El hombre se hace amigo de Moctezuma, le enseña
español, le hace memorizar la genealogía real española y le
explica que, cuando llegue Cortés, diga que es católico y
que se han abolido los sacrificios humanos públicos.
Moctezuma se muestra de acuerdo. Cuando Cortés
desembarca en las playas de México, el emperador de los
aztecas le pregunta en perfecto español cómo anda la Reina
y elogia la galanura de los caballos manchegos que el
conquistador ha traído del otro lado del océano. Cortés se
enfurece, quema sus naves y destruye el Imperio Azteca.
El hombre comprende que no se puede cambiar el pasado,
vuelve a su época, se divorcia y el resto es historia, historia
antigua. (Rodrigo Fresán)
Entre leve y breve:
Cuando despertó, el dinosaurio
todavía estaba allí.
Augusto Monterroso
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