Apuntes Literarios
 

Sin duda la síntesis en la escritura es y ha sido un desafío seductor.
Los cuentos cortos, cortos conocidos como flash fiction, micro historias, textículos (Cortázar), sudden fiction (ficción súbita) o simplemente short stories, constituyen obras donde la causalidad y circunstancia se imponen al personaje.
El cuerpo y la estructura del cuento están determinadas por la tensión, el efecto elipsis o bien por la metaforización del relato, es decir se sustituyen fragmentos narrativos por otros disonantes.
En cuanto a su estructura podemos decir que se espirala es un hecho repentino, una alegoría, una imagen instantánea.
La fuerza de evocación que tienen los mini textos tiene su base en la naturaleza propiamente artesanal del manejo de la sintaxis, apoyada a su vez en dos elementos esenciales: la ambigüedad semántica, la intertextualidad literaria o extraliteraria y la metatextualidad.
En estos textos desde el título comienza el conteo de la exactitud y la apuesta al enigma y desde el tema, la dirección sigue el camino de la ambigüedad.
Otro de los recursos es el manejo de la puntuación a los fines de buscar sorpresa o desarticular. Lo mismo sucede con el desenlace, que por lógica cae en pendiente, provocando el golpe final, en el que el lector se ve involucrado para alcanzar la resolución.
La línea de escritura de estas micro historias es intertextual – su plataforma es el meta relato- e, hipertextual, porque el lector se ve compelido a construir una trama gracias a la superposición de contextos y esto se debe a que la intención narrativa no es suficiente para completar la secuencia.
En las últimas dos décadas este género estalla y transgrede a modo de fenómeno híbrido que resiste un sistema de clasificación. No imponen nuevos modelos, muestran propuestas que impulsan a descubrir nuevos enfoques en la brevedad, potenciando al máximo la anonimia vaguedad que permite al lector participar de la experiencia como co autor – personaje de la creación de otra voz que viene más allá de todo sujeto.
Levedad y brevedad según Italo Calvino convienen al micro relato. Para ello es espacio común el recurso de la ironía, el humor, el absurdo. Se apunta a distraer o a suponer un distanciamiento de la realidad para expresarla a través del escepticismo posmoderno.


Justificación de la mujer de Putifar.
¡Qué destino: Putifar eunuco, y José casto! (Marco Denevi)

Cláusula III
Soy un Adán que sueña con el paraíso, pero siempre me despierto con las costillas intactas. (Juan José Arreola)

La mujer
Un hombre sueña que ama a una mujer. La mujer huye. El hombre envía en su persecución los perros de su deseo. La mujer cruza un puente sobre un río, atraviesa un muro, se eleva sobre una montaña. Los perros atraviesan el río a nado, saltan el muro y al pie de la montaña se detienen jadeando. El hombre sabe, en su sueño, que jamás en su sueño podrá alcanzarla. Cuando despierta, la mujer está a su lado y el hombre descubre, decepcionado, que ya es suya. (Ana María Shua)

La sombra
Después de vueltas y más vueltas ha vencido al terco viento. Debajo de la copa de un frondoso y abigarrado pino, encuentra su lugar.
Confiada se entrega al esperado reposo. Ahora sólo le queda aguardar la llegada de la lluvia.
Ignora, esta semilla, que allí, sólo caen agujas verdes, finas y lacerantes. (Marta Mutti)

Lección
Llegué a casa furiosa. ¡Había perdido una hora en el puesto de verduras! Encendí la cocina de inmediato y preparé la comida. Había que ganar tiempo. Tendí el mantel
de un tirón sobre la mesa. Cuando estaba disponiendo la vajilla, de golpe se apareció. Para que aprenda, no le serví ni un rábano. La muy fresca, volvió al reloj sin chistar.
(Marta Mutti)

Este tipo es una mina
No sabemos si fue a causa de su corazón de oro, de su salud de hierro, de su temple de acero o de sus cabellos de plata. El hecho es que finalmente lo expropió el gobierno y lo está explotando. Como a todos nosotros.(Luisa Valenzuela)

Historia antigua
Los sitios que hemos conocido no pertenecen tampoco a ese mundo del espacio donde los situamos para mayor facilidad. Marcel Proust.
Hace años que el hombre se casó y hace años que el hombre es infeliz en su matrimonio. El hombre vive en Buenos Aires y pasa el tiempo, o intenta que el tiempo pase, pensando en el Imperio Azteca. El hombre está obsesionado por el Imperio Azteca desde que su maestra, hace tanto, tanto tiempo, le explicó todo sobre el tema. El hombre llega a la conclusión de que es más fácil salvar el Imperio Azteca que salvar su matrimonio, y entonces decide salvar el Imperio Azteca. El hombre se sienta en su sillón favorito frente a una ventana desde donde puede ver la jaula de los leones en el zoológico de enfrente, se queda dormido y se despierta en medio de una jungla, en la península de Yucatán. El hombre ha retrocedido en el tiempo y no tarda en encontrarse con un azteca que le señala el camino a Tenochtitlán después de caer de rodillas. El hombre descubre que habla azteca bastante bien y que su barba rubia lo hace parecido a Quetzalcoatl, el dios que los aztecas vienen esperando desde hace siglos. El hombre descubre que ha llegado a México diez años antes que Cortés. Entonces se le ocurre la manera de salvar el Imperio Azteca. El hombre se hace amigo de Moctezuma, le enseña español, le hace memorizar la genealogía real española y le explica que, cuando llegue Cortés, diga que es católico y que se han abolido los sacrificios humanos públicos. Moctezuma se muestra de acuerdo. Cuando Cortés desembarca en las playas de México, el emperador de los aztecas le pregunta en perfecto español cómo anda la Reina y elogia la galanura de los caballos manchegos que el conquistador ha traído del otro lado del océano. Cortés se enfurece, quema sus naves y destruye el Imperio Azteca. El hombre comprende que no se puede cambiar el pasado, vuelve a su época, se divorcia y el resto es historia, historia antigua. (Rodrigo Fresán)

Entre leve y breve:
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Augusto Monterroso

 


Levedad ¿Qué tan breve puede ser un cuento muy breve? - por Marta Mutti