Apuntes Literarios
 

Todas las cosas que hay sobre la tierra aparecieron
cuando el señor Tlalocan ordenó que todo brotara y reverdeciera.
Las montañas se pintaron de verde con las yerbas tiernas…

La Dra. María Jesús Benites en una ponencia que denominó La escritura en el Nuevo Mundo: voces y textos, revisa los orígenes de la Literatura Latinoamericana suponiendo la existencia de un "grado cero", momento en el que "dos imaginarios completamente opuestos (el español y el indígena) se encuentran, en el cual dos sistemas de comprensión (el escrito y el oral) se enfrentan". Acerca del segundo dimos cuenta en las tres propuestas de los primeros números de avatAres (ver la Creación verbal de los pueblos originarios de América). Aquí nos ocuparemos de los primeros.
Los llamados "textos coloniales" están constituidos por una variada tipología discursiva: "cartas, crónicas y relaciones" como las designa W. Mignolo (1982).
Nos referiremos en esta ocasión a algunos de ellos, de entre los primeros que se escribieron; recortando aquellos fragmentos que aluden a la naturaleza, al primer "impacto físico" ante la nueva realidad geográfica descubierta por "vía de los sentidos" (Arroyo, A., 1967)

Estos escritos se pueden sistematizar en tres períodos: uno no oficial (1505 a 1574); el oficial, que comienza con un cuestionario de 50 preguntas; impreso en 1577 con el nombre de Instrucción y Memoria para la formación de las relaciones y descripciones de los pueblos de Indias, el que fue enviado para su implementación a todos los dominios españoles a efectos de que la corona tuviera un panorama "confiable de sus posesiones" (Benites, Ma. J., 2003).
El tercer y último período lo constituyen libros que se escribieron enmarcados en el principio organizador de las relaciones surgidas como respuesta a dicho cuestionario.

Por razones obvias, el Diario de Cristóbal Colón y su Carta sobre el descubrimiento, enviada a Luis Santángel, tesorero de los Reyes Católicos, escapan no sólo al cuestionario, sino también a las instrucciones impartidas por la corona en las cartas que le enviaron en setiembre de 1493 y agosto de 1494 y en una tercera carta presentada antes del cuarto viaje donde le indicaban "que de todo no traigáis entera relación" (en Jiménez de la Espada, M.; Relaciones geográficas de las Indias 1881).

La circunstancia de que dichas escrituras no tuvieron que circunscribirse al cuestionario le otorgan una cierta espontaneidad no carente de la manifiesta intención de afirmar su posición ante los reyes. Es de interés, entonces, revisar algunos fragmentos de ambos textos para establecer algunas conclusiones respecto de su mirada acerca de las tierras por él visitadas.
"Verde" es una de las palabras que más repite Colón. Este detalle nos proporciona la tónica del paisaje visto por primera vez por este hombre que, con su empresa, constituiría una de las bisagras que introducirán al hombre del medioevo a los nuevos valores sustentados por el Renacimiento, alguno de cuyos pintores se apropiarán de este paisaje descripto en la carta, que fue prontamente conocida en toda Europa. (Ver la copia que Rubens realizará del cuadro del Tiziano que representa a Adán y Eva en el Jardín del Edén; en el que incluye a una guacamaya)
He aquí un breve muestrario extraído de la carta:

"Las tierras de la Española son "todas hermosísimas, de mil hechuras y todas andables y llenas de árboles de mil maneras y altas y parece que llegan al cielo, y tengo por dicho que jamás pierden la hoja (…) que los vi tan verdes y tan hermosos como son mayo en España".

"Es isla muy verde y fertilísima…"

"Puestos en tierra (los marineros) vieron árboles muy verdes y muchas aguas, y una laguna (…) y toda verde que es placer mirarla"

La otra palabra tan recurrente como la señalada es maravilla, con la que da cuenta de la fertilidad, la variada topografía, la abundancia de aguas - mar, ríos, lagunas - la posibilidad de explotación económica, "disformidad" de la vegetación (nuestra hoy vulnerable biodiversidad).

Hablando de la Española dirá "En ella hay (…) y hartos ríos y buenos y grandes que es maravilla"…" en ella hay pinares a maravilla…"
"La española es maravilla…esta es para desear y vista es para nunca dejar"

Con esta mirada acerca de la naturaleza y la ponderación de la mansedumbre de sus habitantes se inaugura el momento mitificador que construyen los europeos con la novedosa - para ellos - naturaleza americana; actitud que no mantendrán todos los cronistas posteriores.


Un nuevo Cosmos del color de la esperanza / por Yolanda Peretti