Apuntes Literarios
 

Según el diccionario de la RAE páramo significa:
1) Terreno yermo, raso y desabrigado y
2) Lugar sumamente frío y desamparado.

Esta última palabra, desamparado, es clave para comenzar a hablar de la novela Pedro Páramo. Narra el desamparo del hombre en ese continente que integran los pueblos que viven al sur del Río Grande.
Rulfo aplica una escritura medida que se hunde en el contenido. Siempre me fascinó la historia de México, su violencia, el culto a la muerte. En esta novela todo esto está expresado de una manera directa, no histórica si no literariamente. Se puede vislumbrar en esta obra la recreación del universo hispanoamericano cercano a la arbitrariedad y el autoritarismo del que posee poder y lo impone a todo lo que lo rodea. ¿Es tal vez esta novela el inicio, la génesis, de lo que luego se denominó realismo mágico? La respuesta queda para los especialistas y estudiosos del tema. Expresa el atavismo de la incultura (¿occidental?) y la permanencia en el subdesarrollo moral que se transmite a lo político, económico y social. Esto a través de una mezcla de lo que estaba con lo que vino, es decir lo indígena con la conquista, con sus contradicciones que parece que tiran hacia un lado u otro pero que ese tironeo lo único que hace es dejar las cosas tal cual, sin perspectivas, sin ánimo para encarar el futuro. Existe una apropiación del futuro por parte de los que mandan y detentan el poder. ¿Es una crítica velada a la forma de constituir y regir a este país?
En cuanto a lo estrictamente literario es de una belleza formal que se expresa sencilla y naturalmente transcurriendo, como el agua en un río, sin que por ello dejemos de estremecernos ante metáforas y otros recursos expresivos, como por ejemplo:

  • ...llegando hasta el lugar donde anidan los sobresaltos.
  • Afuera en el patio, los pasos, como de gente que ronda. Ruidos callados...
  • Salió fuera y miró el cielo. Llovían estrellas.
  • Por la noche volvió a llover. Se estuvo escuchando el borbotar del agua durante largo rato; luego se ha de haber dormido, porque cuando despertó sólo se oía una llovizna callada...
  • Luego dejé de oírla. Y es que la alegría cansa. Por eso no me extraño que aquello terminara.
  • Oía de vez en cuando el sonido de las palabras, y notaba la diferencia. Porque las palabras que había oído hasta entonces, hasta entonces lo supe no tenían ningún sonido, no sonaban; se sentían; pero sin sonido, como las que se oyen durante los sueños...
  • Aclaraba el día. El día desbarata las sombras. Las deshace...
  • ...Luego unas cuantas nubes ya desmenuzadas por el viento que viene a llevarse el día.
  • El pájaro burlón que regresaba de recorrer los campos pasó casi frente a él y gimió con un gemido desgarrado.
  • Llegó hasta el río y allí se entretuvo mirando en los remansos el reflejo de las estrellas que se estaban cayendo del cielo.

El desarrollo de la historia avanza y retrocede, se entrecruza con lo onírico, con la vida de los muertos que siguen vivos, que no terminan de transitar por la vida, en Comala, que deambulan y dañan asimismo en una carrera sin fin y que finaliza como si se fueran desmoronando un montón de piedras. Que bueno poder apreciar al mismo tiempo aquella visión señalada en los primeros párrafos de este comentario, con el ingenio del autor al captar en su más fiel reflejo el habla rural de Jalisco, donde nació, cuya expresión envuelve la novela y la va modelando con cadencia por momentos y en forma abrupta en la mayor parte de la misma. Lo fantástico se revela al lector en las secuencias que entroncan un mundo de sueños con referencias concretas a la vida y el sufrimiento que padecen quienes conviven en una miserable tierra que se les arrebata y que siempre desearon y nunca lograron poseer. Asimismo, quienes habitan Comala y confluyen alrededor de Pedro Páramo cierran el círculo de un universo por momentos discontinuo, como si fueran fragmentos que ligan entre sí para completar un todo inigualable. Lo gris de esas vidas son el auténtico material del que se vale Rulfo para brindarnos una novela que es un ejemplo de rigor, contenido y creación literaria.

Realismo mágico

El realismo mágico se puede definir como la preocupación estilística y el interés en mostrar lo común y cotidiano como algo irreal o extraño. "El tiempo existe en una especie de fluidez intemporal, y lo irreal acaece como parte de la realidad". El escritor se enfrenta a la realidad y trata de desentrañarla, de descubrir lo que hay de misterioso en las cosas, en la vida, y en las acciones humanas. Un narrador mágico realista, crea la ilusión de "irrealidad", finge escaparse de la naturaleza y nos cuenta una acción que por muy explicable que sea nos perturba como extraña. En las narraciones extrañas el narrador, en vez de presentar como si fuera real, presenta la realidad como si fuera mágica. Pero el realismo mágico no es una literatura mágica porque su fin no es de suscitar emociones, sino de expresarlas.

El realismo mágico es, más que nada, una actitud ante la realidad. La estrategia del escritor consiste en sugerir un clima sobrenatural sin apartarse de la naturaleza y su táctica es deformar la realidad Personajes, cosas, acontecimientos son reconocibles y razonables, pero como el narrador se propone a provocar sentimientos de extrañeza desconoce lo que ve y se abstiene de aclaraciones lógicas.
No hay tampoco ambigüedad ni análisis psicológico de los personajes, sino oposiciones bien definidas, y éstos no se desconciertan jamás delante de lo sobrenatural. "Lo maravilloso no es maravilloso, sino natural". El realismo surge como un milagro o como una alteración privilegiada de la "realidad". También, evita cualquier efecto emotivo de escalofrío, miedo o terror, provocado por un acontecimiento insólito. Lo insólito deja de ser el "otro lado", lo desconocido, para incorporarse a lo real: la maravilla en esta es la realidad.


Pedro Páramo y Juan Rulfo. Un todo inigualable / por Luis Elorriaga