La metaficción es una estrategia narrativa que muestra los elementos que hacen posible la ficción, es una ficción dentro de la ficción (o ficción acerca de la ficción), un metalenguaje (al decir de Jakobson) puesto que la ficción reflexiona en sí misma, es decir que no sólo refleja el contenido de la obra, sino que refleja la composición misma.
No es un recurso nuevo, veamos este micro-relato del filósofo chino Chuang Tzu escrito en el año 300 a. C
El sueño de la mariposa
Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzui.
Según Dotras Ana María: la literatura metaficcional tiene cuatro características principales: su antirrealismo, su autoconsciencia, su autorreferencialidad y el especial papel que le da al lector. Las tres primeras características tienen en común una reflexión sobre el acto de escribir y la cuarta nos impone la participación del lector en la línea narrativa. El texto, la novela, el cuento metaficcional es aquel que no revela la realidad sino que se vuelve sobre sí mismo y mediante diferentes recursos como volcar la interrogación que se hace el escritor sobre qué está haciendo en su texto y la reflexión que este acto le provoca. La finalidad de la narrativa metaficcional es desestructurar el realismo.
El cuento Continuidad de los parques, de Julio Cortázar es un ejemplo clásico de metaficción, es decir, es un texto de ficción cuyo tema principal es la naturaleza de un texto de ficción. La idea de continuidad en el título se refiere directamente a la relación entre los personajes dentro del cuento, pero puede referirse también a nosotros como lectores intervinientes en el cuento.
El propio Anderson Imbert describe la técnica utilizada en éste y otros cuentos suyos, que
él denomina "duplicación interior":
El escritor, consciente del juego de reflejos recíprocos entre realidad y ficción, en algunas ocasiones decide intensificar esos efectos ópticos y para ello arma su cuento con espejos. Entonces se produce la forma del arte dentro del arte, que tiene muchas variantes. Un objeto entre dos espejos enfrentados se multiplica en imágenes, en reflejos de reflejos, hasta perderse en el infinito. Se pone un cuento dentro de un cuento: ese segundo cuentista cuenta algo parecido o igual a lo que está contando el cuentista primero. Y aun se puede poner un tercer cuentista dentro del cuento del segundo..., y así por el estilo hasta que la figura se nos pierda de vista.
- En el fragmento que sigue de la novela: Evangelio según Jesucristo de José Saramago, veremos algunos de los usos señalados: autorreferencial, autoconsciencia, participación del lector.
...Fue así como las falsas promesas de los maestros carpinteros de Belén condujeron a José a pensar en Dios y en sus, de él, promesas verdaderas, de ahí al templo de Jerusalén y a las obras que aún se están haciendo, en fin, blanco es, gallina lo puso, ya se sabe que donde hay obras se necesitan obreros en general, canteros y picapedreros en primer lugar, pero también carpinteros, aunque sólo sea para escuadrar barrotes y aplanar planchas, primarias operaciones que están al alcance del arte de José. El único defecto que la solución presenta, suponiendo que le den el empleo, es la distancia que hay desde aquí al lugar del trabajo, una buena hora y media de camino, o más, a buen paso, que de aquí para allá todo son subidas, sin un santo alpinista para ayudarlo, salvo si lleva el burro, pero entonces tendrá José que resolver dónde deja seguro al animal, que no por ser esta tierra entre todas la preferida del Señor, se han acabado en ella los ladrones, basta ver lo que todas las noches viene diciendo el profeta Miqueas. (El narrador se mete en la trama = autoconsciencia) Cavilando estaba José sobre estas complejas cuestiones cuando María salió de la cueva, acababa de dar de mamar al hijo y de abrigarlo en el comedero, Cómo está Jesús, preguntó el padre consciente de la expresión un tanto ridícula de una pregunta formulada así, pero incapaz de resistirse al orgullo de tener un hijo y poder darle un nombre. El niño está bien, respondió María, para quien lo menos importante del mundo era el nombre, podría incluso llamarle niño toda su vida si no estuviera segura de que, fatalmente, otros hijos nacerían, llamar niños a todos sería una confusión como la de Babel. Dejando salir las palabras como si sólo estuviese pensando en voz alta, manera de no dar demasiada confianza, José dijo, Tengo que ver cómo me las arreglo mientras estemos aquí, en Belén no hay trabajo.
El recurso metaficcional es muy interesante porque permite dialogar sobre el proceso de la creación literaria y hasta revelar una poética de la literatura. Muchas veces nos aclara los problemas con los que se enfrenta un autor al escribir. Para lograrla, por ejemplo, podemos ver que en la narración los personajes son escritores o bibliotecarios o editores que dialogan entre sí sobre un libro que están leyendo o sobre un determinado escritor que vivió o vivirá, y hasta comentan sobre la escena que ellos están viviendo. El libro que están leyendo sus personajes puede contener a otros personajes que están realizando lo mismo que ellos. Situación que hace a la metaficción: autorreferencial. El papel del lector es vital dada la importancia que se le otorga al destapar o exponer ante él, ese proceso de creación del escritor cuya intención es llamar la atención sobre su obra de ficción, (recurso que encontramos a menudo en muchas de las novelas de Carlos Fuentes y de José Saramago, como hemos visto).Ello nos hace reparar que la oposición realidad/ficción es substancial para la metaficción al debatir los límites entre literatura y realidad
- La novela Voces en la noche, de Isidoro Blainstein, su única novela por cierto, deja una suerte de compendio ilustrativo acerca de la utilización del recurso metaficcional. En ella de un modo concreto el escritor entra en el texto como parte del mismo. Dice la reseña publicada en La Nación, 5 - 9 - 2004:
"La novela empieza cuando el protagonista intenta matar con veneno -lleva siempre en el bolsillo sobrecitos con cucarachicida por si aparece "el que debe morir"- al dueño de una tienda de cotillón y mediocre escritor aficionado. Anselmi, tal es su apellido, autor de cuentos y poesías "comprometidas", le habla esa tarde del mérito de "la ruptura de la sintaxis en la era de la fragmentación". El protagonista comprende que Anselmi es incapaz de un juicio semejante y que esas palabras deben de haberle sido dictadas por el abyecto asesino de la literatura, un escritor seguramente fracasado y resentido a quien, desde ese momento, procura descubrir.
Tras las voces que irrumpen en sus insomnios, convertidas por momentos en perentorios aullidos, oye, como un bálsamo que le devuelve la serenidad, la voz de la señora Tokoyama que le recita un haiku y le refiere las enseñanzas de un maestro zen; haiku y enseñanzas que enuncian siempre graciosas y engoladas obviedades".
Metaficción en cuentos hiper breves
- Disparos de Ana María Shúa
Los hombres salen del saloon y se enfrentan en la calle polvorienta, bajo el sol pesado, sus manos muy cerca de las pistoleras. En el velocísimo instante de las armas, la cámara retrocede para mostrar el equipo de filmación, pero ya es tarde: uno de los disparos ha alcanzado a un espectador que muere silencioso en su butaca. (antirrealismo - autoconsciencia)
- La cucaracha soñadora de Augusto Monterroso
Era una vez una Cucaracha llamada Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un empleado llamado Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha. (Antirrealismo, autoconsciencia, autorreferencialidad, participación del lector)
Para completar el tema podemos revisar su aplicación en los cuentos: El Aleph y Pierre Menard, autor del Quijote, de Jorge Luis Borges.
Bibliografía:
BAQUERO GOYANES, Mariano, 1970, Estructuras de la novela actual. Planeta
ALBÈRES, René-Marie ,1971, Metamorfosis de la novela. Taurus.
¿Qué entendemos por Metaficción? / por Marta Mutti