Hablar de Manuel Mujica Láinez nos lleva a un mundo mágico a nuestras raíces como nación que él conocía muy bien. Tanto por sus creencias esotéricas como por sus raíces genéticas o familiares: Por su abuelo paterno descendía de Juan de Garay, fundador de Buenos Aires. De allí le viene el amor a la tierra natal. Y del abuelo materno el gusto por la literatura. Si nos ubicamos cronológicamente, veremos que en: 1923- Parte la familia hacia París donde estudia dos años. Vuelve a Buenos Aires y termina su educación secundaria en el colegio Nacional de San Isidro. Luego ingresa en la Facultad de Derecho. Estudia dos años pero abandona. Evidentemente, busca, se forma y busca…
Más tarde accede como redactor del Diario "La Nación" lo que le permite recorrer el mundo. Y es donde se jubila. También se da tiempo para contraer enlace con Ana de Alvear Ortiz Basualdo.
Por fin en 1969- El escritor y su familia se trasladaron a la zona de Cruz Chica en La Cumbre, Córdoba, a una antigua casona de estilo colonial español rodeada por un importante parque,"El Paraíso". Lugar que hay que conocer.
Allí, escribió: "Cecil, el Laberinto", curiosamente protagonizado por "Ginés de Silva" el chico que, si observamos bien, veremos, (en la parte inferior del cuadro "El entierro del Conde de Orgaz" del Greco), sostiene un cirio encendido mirando al espectador y presentando la escena y que, se dice, era Juan Manuel, el hijo del Greco.
La novela muestra la España de tiempos de Felipe ll, su esplendor y su miseria.
Todo ese mundo de imágenes, descripciones y magia, lo vuelca en sus obras.
Canto a Buenos Aires (poemas)-, Estampas de Buenos Aires, Misteriosa Buenos Aires, El hombrecito del azulejo, La casa, .Bomarzo, El Unicornio, El brazalete, El escarabajo... Imposible nombrarlas a todas o evitar citar las anteriores.
El Unicornio. Cuenta la historia del hada Melusina y de la relación con su madre. Ésta, envidiosa la tiene bajo mágicos desencantos, la transforma en serpiente de agua, luego la hace invisible, por siempre... Pero luego Melusina, recupera su cuerpo… como hombre. Curioso ¿No?
En la Edad Media, laberíntico, gótico. Muy actual. ¿Laberintos? nos suenan familiar e interesante.
Misteriosa Buenos Aires, comienza en 1536 - El Hambre - Primera Fundación.
Termina en el Salón Dorado - 1904, retablo de una egoísta señorona arruinada.
¿Será la ésta señorona, la Buenos Aires actual? ¿Videncia?
El brazalete, lo fantástico, y La casa. ¿Cómo no identificarse?
Placeres y fatigas de los viajes - Es un ir y venir, hacia nuestro interior, desde 1935 a 1958.
Manucho Mujica Láinez fue elegido en 1956 miembro de la Academia Argentina de Letras y en 1959 académico de la de Bellas Artes.
Obtuvo premios, por su obra literaria y la Legión de Honor del Gobierno de Francia en 1982. Compartió con Ginastera, el Premio Pulitzer que se confirió a la opera Bomarzo.
A pocas semanas de su muerte fue nombrado ciudadano ilustre de Buenos Aires. Se debe decir, además que sus libros fueron traducidos a más de quince idiomas.
Y a su vez, él, ha traducido Sonetos de William Shakespeare y piezas de Racine, Molière y Marivaux.
Su prosa aristocrática y fluida, música para los oídos, coherente, armónica e ilustre, nos acompaña. Es mentira que se fue un 21 de abril de 1984.
Todo lo antedicho me lleva a escribir: Manucho…
¿Lo vi? o lo imaginé. O compartimos cierta personificación
Delgado, menudo. De estricta indumentaria inglesa, con sombrero, casi, casi tirolés.
Claro, luego me enteré que gran parte del año, la pasaba en las sierras de Córdoba, en Alta Gracia. En el Paraíso.
De finos modales. Me quedaron ganas de conocerlo. Un día se fue y listo.
Ahora me gusta imaginar que se reunió con el Arlequín, ese eterno Peter Pan porteño, y que también se fueron con él, toda aquella gente de la Misteriosa Buenos Aires.
Compartirá con el cocinero, de zapatos y hermanos.
Con el alienado encerrado en la pieza del fondo, encontrado por los ingleses en la invasión.
¿Qué será del Escarabajo? ¿Qué princesa exótica lo recibirá? A Él, el Escarabajo.
¿Qué laberinto recorrerá junto a Unicornio? ¿En que encarnación fatigará los placeres de los viajes, entonces? ¿Qué objeto lo cuidará en el camino? ¿Qué enfermedad Terminal atacará a los libros?
¿Cuantas películas nos estaremos perdiendo?
Eliana Roiger - permanecer