Apuntes Literarios
 

El laberinto; un espejo del que huimos, al que regresamos una y otra vez para ver nuestro reflejo.

En 1947 Cortázar escribió un poema dramático, tal como él mismo definiera, que sigue la estructura de una obra de teatro divido en cinco escenas. El centro de éste, es el mito de Teseo y el Minotauro. El relato pretende poner en primer plano la dicotomía que por esencia es uno de los engranajes que determina nuestro hacer. Nada es lo que parece, Nadie es quien parece.

Revisemos el mito del Minotauro; según la versión de Apolodoro de Atenas, autor del libro: Biblioteca, siglo II a.C

"Mientras ofrecía un sacrificio a Poseidón suplicó que saliera del fondo del mar un toro, prometiendo inmolarlo. Poseidón hizo surgir un toro magnífico y Minos obtuvo el reino, pero entonces envió el toro a su vacada y sacrificó otro en su lugar. Minos fue el primero que ostentó el dominio del mar y sometió casi todas las islas. Poseidón, irritado con él por no haber sacrificado el toro, embraveció a éste y lo hizo objeto del amor de Pasífae. Ella, en su pasión por el toro, tuvo como cómplice a Dédalo, hijo de Alcipe y Eupálamo, hijo de Metión, que era un excelente arquitecto y el primer escultor. Éste, Había huido de Atenas por haber despeñado desde la Acrópolis a Talo, hijo de su hermana Pérdix, que era su discípulo, por miedo a que lo aventajase con su talento; pues Talo, con una mandíbula de serpiente que había encontrado, serró un delgado trozo de madera. Descubierto el cadáver, Dédalo fue juzgado en el Areópago y condenado, entonces huyó y buscó refugio junto a Minos. En ayuda de Pasifae, Dédalo construyó una vaca de madera sobre ruedas, la vació, le cosió alrededor la piel de una vaca desollada y, llevándola al prado donde el toro solía pacer, metió dentro a Pasífae; el toro llegó y copuló con ella como si se tratara realmente de una vaca. Pasífae dio a luz a Asterio, el llamado Minotauro, que tenía rostro de toro y lo demás de hombre; Minos, advertido por ciertos oráculos, lo encerró y mantuvo custodiado en el laberinto. Éste, construido también por Dédalo, era un recinto de complicados pasajes que confundían la salida. Quien entraba allí no podía escapar, pues complicadas sinuosidades ocultaban la salida. Cada año, Minos ordenaba enviar a siete muchachos y otras tantas muchachas para alimento del Minotauro.

El mito es una construcción polivalente pues se construye con hechos de la naturaleza, de la historia y de la Psique. Sus protagonistas son seres extraordinarios quienes con su existencia y acciones revelan y explican a su modo, realidades humanas universales, ya tengan que ver con los orígenes del mundo, el decurso de las civilizaciones, su desaparición o la muerte.

¿Cómo surge en Cortázar la idea de tratar este tema?

Dice de este trabajo el autor:

"Un día de golpe sentí toda la presencia de algo que resultó ser pura mitología griega, lo cual creo, le da toda la razón a Jung, y a su teoría de los arquetipos en el sentido de que todo está en nosotros. Que hay una especie de memoria de los antepasados y que por ahí un archibisabuelo tuyo que vivió en Creta 4.000 años a. C. a través de los genes y de los cromosomas te manda algo así que corresponde a su tiempo y no al tuyo. Y tú, sin darte cuenta escribes un cuento o una novela y en realidad estás transmitiendo un mensaje muy antiguo, muy arcaico"
De Cortázar a fondo, programa de TV. Producción y Dirección Joaquín Soler Serrano, en Madrid, año 1977

Cortázar des - vuelve la mirada del mito en su obra, si bien sigue las líneas de la historia vulnera la máscara de los personajes y muestra el otro lado del quién. La imagen invertida de nosotros mismos, ésa, que da paso a paso a los otros.

Veamos esta cuestión sobre ejemplos:

Minos, es el poder y el miedo a perderlo. Minos muestra su temor por la llegada de Teseo que le supone perder su poder. Ariadna le muestra que el temor le viene por haber encerrado al Minotauro, en el laberinto, y ese mismo temor es el que le produce Minos a los pueblos vecinos:

Nadie sabe qué mundo multiforme o qué multiplicada muerte llenan el laberinto. Tú tienes el tuyo, poblado de desoladas agonías. (Ariadna a Minos)

Teseo, el héroe, el orden, que trastocará en desequilibrio y ruptura para mantener su imagen en la sociedad. Teseo pretende el control absoluto, incluso el de las palabras…

"De pronto me descubro una peligrosa facilidad para encontrar palabras. Lo que es peor, me gusta tejerlas, ver qué pasa, arrojar las redes"...

Lo cierto es que Teseo les teme, porque reniega de la verdad a que éstas lo enfrentan.

¡Calla! ¡Muere al menos callado! ¡Estoy harto de palabras, perras sedientas! ¡Los héroes odian las palabras! (Teseo al Minotauro).
En este pasaje, el escritor instala el concepto de la importancia del lenguaje: las palabras van unidas a lo que representan. (Metaficción)

Teseo, quien mata para mantener su condición de Héroe

¿Tenías que matarlo? (Minos a Teseo)

Sí, por lo mismo que tú tenías que encerrarlo. Aquí divergen nuestras sendas, rey, pero la inteligencia es alta y se comprende de un hombre a otro y desde sus diferencias. (Teseo a Minos)

¿Quién y es quién?

Teseo: -Ya ningún monstruo vivo. / Minos: -Sólidos nuestros tronos. / Teseo: -Ningún monstruo vivo solamente los hombres. / Minos: -Mira si nos parecemos."

Ariadna, a quien Cortázar quita la D, (en la obra analizada figura Ariana)
¿De Doncella, de Deseo, de Decencia?, dice amar a Teseo, pero revela el amor incestuoso hacia su hermano Asterio (Minotauro), quizá en una analogía asimétrica con su madre, Pasifae.
Ariadna quien se transforma en la causa de la muerte del Minotauro, pues el amor que despierta en éste al creerla ingenua y compasiva, hace que se rinda ante su verdugo.

El hilo de Ariadna: guía al matador y da la salida al perseguido, el objeto de su deseo. Tanatos y Eros. Lo dual, lo ambivalente, en ensamble.

El Minotauro, que no devora a los jóvenes y doncellas que le eran entregados en tributo, sino que convive con ellos, juega, danza, se sumerge en reflexiones, lo que provoca en Ariadna aún más desenfreno. Esa suerte de ingenuidad e inocencia del monstruo, hace más irrefrenable la posesión del mismo. A la cual, éste no es ajeno, pues presiente que el hilo que ella ha entregado a Teseo, guarda un secreto para él.
El Minotauro, un ser al que la sociedad debe sacar de en medio. Se dejará matar, morirá para mostrar su humanidad consciente de que el afuera es otra cárcel, en la que tendría que convivir bajo la mirada y límites de los otros. El mundo del Minotauro es hasta donde le permiten llegar los sueños, un mundo libre, en donde a su modo habita el amor:
En la trama que pareciera emular a la vida, el engaño y la traición van y vienen, reinan sobre la razón.

Llegaré a Ariadna antes que tú. Estaré entre ella y tu deseo. Alzado como una luna roja iré en la proa de tu nave. Te aclamarán los hombres del puerto. Yo bajaré a habitar los sueños de sus noches, de sus hijos, del tiempo inevitable de la estirpe. Desde allí cornearé tu trono, el cetro inseguro de tu raza. (Minotauro a Teseo)

Decostrucción = La inversión del mito que hace Cortázar en el texto narrativo.
Descubre la mirada hacia la propia cara, desnuda de disfraces a la identidad, la conducta de cada uno, que sin duda nos llevará a concientizar la bestia que llevamos todos. Utiliza la historia original re - direccionándola, la decostruye.

Así, por ejemplo:

Teseo es el joven que parte de Creta para salvar a las doncellas que van a ser sacrificadas, y es el mismo que las rapta para su placer. Seduce y enamora a Ariadna para luego abandonarla a su suerte en una isla, acaso ¿un olvido? Dice que es rey, cuando su padre no ha muerto, y para que este muera él deberá ser vencido por el Minotauro.

Ariadna, engaña a su hermano y a Teseo, pues el azar del hilo y la salida, es para ambos, claro, ninguno de los dos lo sabe. Finalmente traiciona a su padre y a su pueblo, cuando parte con Teseo al extranjero.

La obra se desarrolla en el escenario del perímetro exterior del laberinto donde el ir y venir de acciones son el ir y venir del laberinto que a diferencia del que construyera Dédalo, equivale al que construimos para nosotros. Encrucijadas y estancias, donde cambiar las ideas, mudar de piel, desaparecer, y acaso, renacer, (decostrucción).

El mensaje de Cortázar: los roles y ajustes que debemos jugar no tienen un punto fijo, por el contrario, es ese deambular permanente desde nuestras antípodas. La polivalencia y antítesis, a las que nadie puede eludir.

Bibliografía:
Julio Cortázar: Una búsqueda del mito, Bs. As. Noé.
Julio Cortázar, Los reyes, Editorial Sudamericana. 1970

Los Reyes de Cortázar y la deconstrucción del mito de Teseo / Por Marta Rosa Mutti